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DE LOS MALOS OLORES DE CIVAC… AL HUMO DEL TIRADERO DE TEZONTEPEC


MIRADA INTERIOR 

 

 

Por: Isaías Alanís 

 

En lo que fuera la mina de tezontle del cerrito de Tezontepec, gracias a la complicidad de diversas autoridades, se convirtió en un tiradero a cielo abierto, que debe tener mas de 20 años funcionando. Van a parar desechos de toda clase y a corto plazo ha generado un grave problema ambiental para los habitantes de colonias, fraccionamientos, condominios y casas habitación de Jiutepec. La actual administración ha logrado reconvertir este grave problema al mantener la recolección de basura sin costo alguno. Y durante trienios y sexenios, el tiradero que debe ser ilegal, se mantiene abierto. No se trata de un relleno sanitario, si no de un simple tiradero de toda clase de desechos. 

 

¿Además de tiradero de Tezontepec, ¿Cuántas toneladas de residuos suelta CIVAC? A esta cantidad le agregamos empaques de fabricas, tiendas de conveniencia; Aurrera, Wal-Mart, la Comer, Chedraui, la decena de Oxxos. y de todo el comercio formal e informal de Jiutepec. Y de los miles de habitantes, no todos con una cultura del reciclaje y que lanzan a los camiones de basura los desechos en una bolsa de plástico o directamente en el camión contenedor. ¿Existe una investigación al respecto? 

 

En Cuernavaca se esta logrando crear una cultura ecológica para que los habitantes de la capital, separen sus desechos en orgánicos e inorgánicos. Nos parece atinado el impulso que le está dando a este grave problema el alcalde capitalino José Luis Urióstegui. 

En Jiutepec, gobernado en segunda ocasión por Rafael Reyes, debería impulsarse esta medida y comunidad y gobierno crear una conciencia ecológica social y abocarse a resolver lo del tiradero, los malos olores de la barranca de Analco, el canal de Navajillas que desemboca con heces fecales en las Fuentes y revertir el problema de la contaminación en concordancia, comunidad, gobierno y PROCIVAC.  

 

En México solo existe un lugar donde se recicla residuos de construcción; la empresa Concretos Sustentables Mexicanos, inaugurada en 2022, “es la única en recibir los residuos de la construcción y demolición combinados con otros materiales como madera, tabique rojo o yeso. Ubicada junto al Parque Bicentenario, en la alcaldía Miguel Hidalgo, la planta recibe al mes 2 mil 500 toneladas de cascajo, alrededor de una quinta parte de lo que se produce al día, debido a la falta de rigor en la aplicación de la ley que obliga a las empresas a llevar su material a un centro de reciclaje. Lo más grave es que no existen ni estan reglamentados en México, tal es el caso de Tezontepec. 

 

Las autoridades competentes deben verificar si tienen el cambio de uso de suelo de mina a tiradero, lo extraño es que no solo va a parar poda, he visto toda clase de desechos farmacéuticos, hace años tiraban una especie de cal blanca apestosa de Mexama o Ponds, basura, botellas, madera, cartón, plásticos, etc. ¿Durante tantos años que sustancias se han vaciado a las entrañas de la tierra en ese lugar? Y en que medida podrían afectar los mantos freáticos y envenenar el agua que bebe una gran parte de Jiutepec? Eso no lo se porque no somos expertos, pero con tantito sentido común es obvio que ya existe un daño ambiental que por el momento no se ve, y el otro, la contaminación por humos tóxicos a gran parte de la población como es el caso desde el pasado 2 de abril. 

 

Antes llevaba la poda a una composta de mi hermano en la cual se convertía en abono orgánico por degradación microbiana de materiales acomodados en capas y sometidos a un proceso de descomposición, que eran utilizados en mi jardín. 

Al cerrarse ese sitio, tuvimos que recurrir al tiradero. En mi vehículo subía cuatro o cinco bolsas negras con hoja y ramas. Por esa cantidad pagaba 50 pesos. No dejaba el plástico, lo regresaba para reciclarlo. En una de tantas veces que fui al tiradero a eso de las dos de la tarde, salía de las grietas formadas por los desechos, un humo que no provenía de una fuente calorífera, si no de una combustión química. Pese a llevar cubre bocas el olor era insoportable, y nuestra reacción fue huir del tiradero.   

 

Es imposible saber que hay bajo toneladas de plástico, botellas, ramas, piedras, desechos de mampostería, muebles, tinas de baño, mesas picadas, ventanas, mortero, cascajo de construcción y cientos de miles de desechos que van a parar ahí. La piedra es separada -imagino- para su venta. ¿Desde hace cuántos años esta amenaza pública ambiental ha sido solapada por las autoridades competentes, municipales, estatales y federales ante el silencio de la comunidad? 

 

Justo el sábado 2 de abril, día del inicio del incendio a la 1.30 de la tarde, un día antes del Domingo de Ramos y el principio del viacrucis tóxico de los habitantes de Jiutepec, llevé cuatro bolsas de poda al tiradero, hacía un calor del demonio y como siempre, con rapidez vaciamos el contenido y salimos huyendo. Pese a llevar cubre bocas de inmediato sentí ardor en garganta, ya que la exposición al CO2 monóxido de carbono provoca náuseas, dolor de cabeza, vista borrosa, dificultad para respirar y falla cardiaca. ¿Cuántas toneladas de CO2 han salido del tiradero de Tezontepec, entre otras sustancias? 

 

A catorce días del comienzo del fuego, ¿la brasa sigue activa?, pese a los esfuerzos del gobierno municipal y estatal, del ejercito, bomberos, gente del pueblo el magma de basura tóxica enterrada continua; la fuente de calor no ha sido apagada, como acontece en rellenos sanitarios que ya son obsoletos, siempre expelen llamas subterráneas “controladas” que salen al exterior mediante una chimenea 

 

Expertos de Protección Civil Estatal y Municipal, están abocados a sofocar el incendio subterráneo y a flor de tierra. La comuna de Jiutepec ha chambeado horas extras, así como bomberos, decenas de personas que con cubetas pretenden apagar el incendio. Se deberían sacar muestras del humo para saber la procedencia de la fuente calórica o qué genera el fuego bajo tierra, donde abunda el tezontle, mineral emanado de erupciones volcánicas, contiene silicatos de aluminio y retiene la humedad. Se imaginan cuantos grados bajo tierra tiene el mini infierno jiutepequense?  

 

Ese tiradero debe clausurarse, pese a que es un predio privado. Deben existir mecanismos legales o bien convertirlo en una planta recicladora de mortero y desperdicios de la construcción. Ya sucedió cuando se hundió la carretera y hubo heridos y un fallecido producto del hundimiento. No hay que esperar a que se ahogue el niño para tapar el pozo.  

Y que las dependencias abocadas a observar y valorar la calidad del agua, hagan un estudio para determinar hasta que punto los líquidos y lixiviados producto de la descomposición de los solidos y gases producidos, crean sustancias dañinas para la salud y los mantos acuíferos y al ambiente. Las visiones literarias sobre el infierno deben de quedarse chiquitas ante la gravedad de ese averno íntimo y social que tiene su morada en lo profundo del tiradero y ahora de la tierra. 

 

Y sería conveniente para una era democrática, excluir de la narrativa gubernamental las palabras, apoyo, ayuda. En una democracia existe una correlación de igualdad entre el gobernante y los gobernados, un compromiso, un contrato según Juan Jacobo Rousseau. 

Nacido de ese compromiso social otorgado por el voto, la relación gobernante-gobernado no es para ayudar si no el eje de esta relación de compromiso, es la mutua colaboración y obligación; el gobernante de cumplirlo y el ciudadano de hacerlo cumplir, no como un actor pasivo, si no como la fuerza por la cual el gobernante ha obtenido en urnas que lo facultan para cumplir con leyes y normas que rigen al estado en bien de la comunidad, municipio, estado federación y que se mantienen producto de los impuestos que los ciudadanos aportamos para la economía.  

 

DE REOJO 

 

La ley minera, heredada de Salinas, ya encontró el primer tapón por parte de los empresarios, que se niegan a cumplir con la ley. No pagan impuestos, es una mentada lo que cubren por ese concepto, genera contaminación, explotan el agua y aun así se niegan a perder sus canonjías medievales, y que se convierta en una actividad equitativa la explotación minera en todas sus formas. Qué país, rico y el más pobre en cuanto a leyes que cuando tocan al poder económico, jueces, magistrados y la propia maquinaria del poder, impide el cumplimiento cabal de las leyes. Ah y los mineros, que mueran apachurrados o envenenados con los gases que respiran cuando descienden a cientos de metros bajo la tierra. Si se cumplieran las leyes en México, ¿cuántos ex gobernadores, empresarios, servidores públicos, ex presidentes, vasallos de los poderes fácticos, charlatanes, periodistas vendedores de silencio, estarían en la cárcel, una muestra; los Moreira de Coahuila y el que aparece en espectaculares de apellido Conejo que como buen roedor, se llevó hasta los polvos del erario de Michoacán, y todavía así quiere ser presidente? No es difícil conjeturar que aún estamos en “Casi el paraíso” de Luis Spota, libro publicado en 1956 y que leí siendo muy joven. 

 

 

 

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