TRASFONDO
Por JULIO ZENÓN FLORES
La política tiene tantos vaivenes que las viejas reglas,
tanto las teóricas como las de la real politik, empiezan a parecer caducas y
sin embargo…no lo son, como lo demuestra el encuentro “casual” de los senadores
guerrerenses Félix Salgado Macedonio, de Morena y Manuel Añorve Baños, del PRI,
en el atrio de una capilla del aparentemente lejano poblado de Pie de la
Cuesta, ubicado en la zona poniente de Acapulco.
El encuentro ocurrió cuando el sol comenzaba a ponerse y a
dar el espectáculo de cada tarde en ese balneario mágico tanto tiempo
abandonado de la mano de las autoridades y que apenas ahora empieza a recibir
algo de atención.
En realidad el saludo fue más bien protocolario. Cuando el
morenista llegó, iba al volante de su automóvil y lo dejó a su copilota para
sumarse al centenar, quizás algo más, de feligreses que ya aguardaban la
inauguración de esa capilla que no sólo será un símbolo religioso sino también un
detonante económico, debido a su construcción prácticamente en la playa y que
se espera atraiga desde bodas hasta XV años y bautizos de muchas partes del
país, y mostró cierta sorpresa al enterarse que el priista Añorve había llegado
5 minutos antes.
Se dieron la mano, se abrazaron, con las clásicas palmadas a
la espalda y posaron para las cámaras de los celulares que enfocaron de
inmediato a los dos senadores.
-Aquí está el futuro gobernador-, soltó uno de los presentes
y ellos rieron.
Pronto se les sumó Ricardo Astudillo, hijo del gobernador de
Guerrero y el invitado especial, el ex diputado priista Samuel Reséndiz
Peñaloza, que fue según todos los oradores, el gestor para la construcción de la
capilla y le mereció incluso una lona de agradecimiento de parte del comité respectivo,
que la colocó sobre la barda de mayor altura.
Algo comentaron entre ellos, los senadores y compartieron
las bancas del frente dentro de la iglesia para escuchar a los sacerdotes que
oficiaron en la inauguración y repetían de algún libro bíblico la recomendación
de que “dejen de engañarse unos a otros”.
Desde el principio se supo que estarían los dos senadores, de
modo que la sorpresa no podría ser genuina. Ambos, Félix y Manuel, son viejos
lobos de la política y saben que tienen momios suficientes, cada uno de ellos,
para llegar a abanderar a sus respectivos partidos en la lucha por la
gubernatura, pero saben también, los dos, que no la tienen fácil y que tienen
fuerte competencia.
Ellos no ignoran tampoco la irrupción de Luis Walton, con la
multipublicitada fotografía que se tomó con el presidente Andrés Manuel López
Obrador, en la oficina del jefe de la Nación y máximo líder de Morena y que ha
ocasionado una fuerte respuesta del lado del morenismo leal al delegado
especial Pablo Amilcar Sandoval.
Tampoco ignoran la versión de que dicha fotografía fue
promovida desde la propia presidencia, junto con el intencionado rumor de que
el empresario gasolinero tiene la gratitud presidencial de su lado, pues
sostuvo económicamente el movimiento lopezobradorista en los momentos más
duros.
No olvidan tampoco la cercanía al jefe del ejecutivo federal
de la hermana y cuñado de Pablo Amilcar, ni los intentos de otro hombre de la
costa Chica, Ángel Aguirre, por influir en la designación del candidato
tricolor y en el PRD.
Saben, en resumen, que no hay nada seguro pese a que ambos
encabecen las encuestas actuales y saben que juntos pueden modificar cualquier escenario
que se elabore sin tomarlos en cuenta.
Tal vez ni hablaron de política, tal vez, no se pusieron de
acuerdo para verse, tal vez todo fue una casualidad propiciada por la religión…o
por Samuel Reséndiz…tal vez todo esto sean especulaciones.
Tal vez el interés por Guerrero los pueda unir…más allá de
sus partidos…pero como los vaivenes de la política son muy veleidosos…las
viejas reglas hayan cambiado.
Usted ¿Cómo la ve?
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