A un mes de haber sido inaugurado con bombo y platillo, el proyecto del Marinabús continúa sin entrar en operaciones, lo que ha generado inconformidad entre prestadores de servicios turísticos que consideran la obra como una competencia desleal.
Este martes, trabajadores del sector turístico realizaron nuevas protestas en distintos puntos del puerto, donde advirtieron que el transporte marítimo representa una amenaza para su economía, al desplazar servicios ya establecidos como lanchas y recorridos tradicionales.
Los inconformes exigieron a las autoridades estatales y municipales entablar un diálogo directo para analizar el impacto del Marinabús, asegurando que no se oponen al desarrollo, pero sí a proyectos que —según afirmaron— ponen en riesgo la estabilidad de cientos de familias que dependen del turismo.
Hasta el momento, ni la Secretaría de Turismo ni la empresa encargada de la operación han informado una fecha definida para el arranque del servicio, pese a que en su inauguración se anunció como una alternativa de movilidad y atractivo turístico para Acapulco.
Los prestadores advirtieron que de no obtener respuestas concretas en los próximos días intensificarán sus manifestaciones, incluso con bloqueos en zonas de alta afluencia.
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