Gallery

header ads

Acapulco ¿Sí es Disneylandia?


 

Por Julio Zenón Flores

 

Guerrero no es Disneylandia, dijo hace más de una década un gobernador acapulqueño.

René Juárez Cisneros, fue alcalde de Acapulco en el tiempo en que la CAPAMA era el mejor organismo de agua potable del país y luego fue el gobernador que heredó importantes obras de infraestructura en Acapulco, Chilpancingo y en La Montaña.

Pero a René Juárez nunca se le ocurrió ir a gastar miles de pesos, del erario público, a Florida, el estado norteamericano preferido por los gusanos y contrarrevolucionarios cubanos.

Al también ex diputado federal y ex senador se le recuerda por una frase contundente que ha ayudado a más de un representante popular de la entidad a separar su fantasía de la realidad: “Guerrero no es Disneylandia”, dicha en diciembre de 2010.

En el 2018, en una entrevista en Televisa, repitió la frase y se preguntó: “¿Qué es lo que pasa? que la terca realidad nos ubica, nos ubica a todos”.

En contraparte, la alcaldesa actual, Abelina López Rodríguez, viene a confirmar eso de que nadie aprende en cabeza ajena y pretende demostrar que sí, que si no Guerrero, Acapulco, sí es Disneylandia, entendiendo a Disney como un hermoso mundo de fantasía, donde la gente se olvida de sus problemas reales y vive en la mágica creación que hace simpáticas a las ratas, inteligentes a los patos, hermosas a las brujas y malos a los príncipes.

Y es que la alcaldesa López olvidó que tiene un Plan Municipal de Desarrollo, que debe guiar su trabajo los años que esté al frente de la administración, y de un día para otro se le ocurrió que podía aceptar la invitación que le hizo el cónsul mexicano, Juan Sabines, tomar dinero de las arcas públicas e irse una semana a los dos sitios turísticos de la fantasía estadunidense: Tampa (la ruta del vino) y Orlando, (sede de Disneylandia).

Invitó al director de CAPAMA, un auditor que no tiene la menor idea de ingeniería hidráulica y de la potabilización del agua, con el insólito argumento de que iría a ver una planta tratadora de aguas residuales; invitó a su secretario de turismo, y para cubrirse de las críticas, a un regidor de oposición, además de algunos “empresarios” dóciles.

Las redes sociales del consulado muestran las actividades de la presidenta municipal: reuniones en restaurantes, para pactar con una ciudad de ¡Colombia!; una visita a una sede gubernamental o a otra; detrás una mesa, feliz, testificando una firma de convenio ¡de la UAGRO! Con una universidad de Florida; visitando verdes campos agrícolas y una empresa de un mexicano (a donde, claro, el acapulqueño puede huir a trabajar de bracero), así como un centro comercial gastronómico.

Paralelamente, en Acapulco, la tímida secretaria general del ayuntamiento que dejó a cargo del municipio, no apareció ni un solo día, pero sí lo hizo la secretaria del bienestar, quien protagónica, pasó la semana organizando una fiesta de 1 millón 700 mil pesos, a la que llamó jolgorio, con danzantes y músicos de folclor, cuya espectacular inauguración coincidió, casualmente, con el primer día de actividades en esta ciudad, de Abelina López Rodríguez, tras su regreso, justo a tiempo para contemplar el estallido en el cielo de las multicolores formas de los juegos pirotécnicos, como los que se veían sobre los castillos, al finalizar las series de las princesas de Disneylandia, con el fondo de fanfarrias en ese idílico mundo.

El informe del lunes 25 de abril, dado por la alcaldesa ante sus redes sociales y algunos medios de prensa, resultó contundente: una bonita narración de un viaje a la tierra mágica de Mickey Mouse, pero nada, ni siquiera llaveritos de resina, para los acapulqueños que pagaron el viaje.

La prisa por regresar para llegar a tiempo al jolgorio del millón 700 en Acapulco, no le permitió a la alcaldesa, quedarse a la convención de cruceros, que iniciaba el lunes 25, para lo cual dejó allá al único funcionario cuyo viaje se hubiera justificado, el secretario de turismo David Abarca Rodríguez junto con el regidor René Juárez Albarrán, presidente de la comisión de turismo del Cabildo, con la dura tarea de traer turismo a un puerto boletinado por el departamento de estado de Estados Unidos, por inseguro y con dos alertas, una de género por violencia contra las mujeres y una sanitaria por no ser capaces siquiera de recoger la basura de las calles.

Nos recuerda a Evodio Velázquez Aguirre, que también fue a Miami…pero él no gastó dinero de la presidencia municipal pues fue antes de tomar posesión, aunque, igual que ahora, Disneylandia no dejó para los acapulqueños más que un cuento de hadas: “No fuimos de vacaciones. No hay tiempo para eso”. El viaje fue por servir al pueblo.

El lado positivo, es que los viajes ilustran y éste pudo haber desestresado a la alcaldesa, para que deje de ver a la prensa como enemiga y, que haya regresado motivada, tras haber conocido ciudades con servicios y cultura del primer mundo y que algo se refleje en su trabajo los próximos meses, aunque por desgracia, se tope con la realidad de la que hablaba René Juárez Cisneros (el negro que no se victimizaba porque le dijeran negro): Guerrero no es Disneylandia.

NOTA FINAL:

Si alguien ganó algo con el viaje de Abelina López a Florida, fue su secretaria general, Irma Graciela Lee, quien quedó como encargada del municipio y colocó a su hijo Gustavo Hernández Lee, como director del DIF, cuyo nombramiento, para cubrir las apariencias, le fue entregado por la primer edil a su regreso de Estados Unidos. Si lo hubiera entregado ella, mientras estuvo encargada, habría sido nepotismo, al esperarse al regreso de Abelina, el nepotismo se desvanece.



xxx Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Periodista, escritor y profesor universitario. Diplomado en MKT digital www.facebook.com/trasfondoinformativo, zenon71@hotmail y por canal 11 de cable USAtelecom

Publicar un comentario

0 Comentarios