· Ayudará a Acapulco a resolver el problema de agua potable y saneamiento de la bahía
· Astudillo gobernador ejemplar
· El próximo gobernador debe atender a todos sin distinción de partidos y no ser corrupto
Por Julio Zenón Flores Salgado
El presidente Andrés Manuel López Obrador causó revuelo con su
visita al puerto de Acapulco, donde anunció el presupuesto necesario para
resolver el problema del agua potable y el saneamiento de la bahía, pero además
calificó como “gobernador ejemplar” a Héctor Astudillo Flores, envió el mensaje
al país de que en este puerto la inseguridad y el COVID-19 están bajo control y
adelantó que en uno o dos meses el puerto podría volver a la normalidad.
En medio de su vista el mandatario federal fue abordado por al
menos tres contingentes de inconformes que se le atravesaron en el camino ya
que la gira estuvo contemplada para no tener encuentros con la población ni
invitar a prensa local, para mantener la sana distancia, según argumentaron los
responsables de comunicación de la oficina presidencial.
Conforme a su itinerario planeado, López Obrador encabezó a las
6:00 de la mañana la reunión con su gabinete de seguridad y a partir de las
7:00 horas estuvo al frente de la conferencia de prensa en la que los titulares
de la Marina Armada de México y el secretario de seguridad federal expusieron
las cifras que ponen a Guerrero y a Acapulco con claros avances en el combate a
la inseguridad. Acapulco pasó del lugar 5 en 2017 al lugar 44 en ese tema,
mientras que el estado decreció en general un 32 por ciento en cuanto a la
comisión de hechos ilícitos.
Ahí mismo el mandatario federal destacó que en el puerto no ha
habido rebrotes de COVID-19 después de la reapertura gradual iniciada el 15 de
julio pasado y que han descendido tanto el número de contagios como de
hospitalizaciones y fallecimientos, por lo cual dijo que su cálculo es que en
uno o dos meses se podría estar regresando a la normalidad en esta ciudad.
Por otra parte, reconoció el trabajo del gobernador
Astudillo Flores, de quien dijo que es un “gobernador ejemplar” y que el próximo
gobernador, tras las elecciones de junio del 2021, tendría que seguir el
ejemplo del actual, sin importar del partido que sea, lo que fue interpretado
como un desmarque de intentar imponer a un gobernante de su partido político el
Morena.
Una vez terminada la
conferencia mañanera, el presidente se dirigió al parque Papagayo y al salid de
las instalaciones militares de la marina armada de México, el dirigente del
movimiento contra la presa de La Parota, Marco Antonio Suastegui, lo abordó
abruptamente, atravesando un grupo de personas al paso de la caravana, para
plantearle asuntos relacionados con el reordenamiento de la playa Icacos, donde
el campesino Suástegui tiene equipo náutico, además de pedirle la liberación de
una persona de 70 años del Cecop que sigue detenido.
El presidente bajó unos centímetros el vidrio de su ventana y
recibió un documento.
Mientras el presidente
se dirigía al parque Papagayo, sendos grupos de personal de salud en situación
precaria, maestros universitarios y miembros de Antorcha Campesina, daban voces
ante la prensa al pie del Asta Bandera, en la costera Miguel Alemán, pidiendo
desde bases, hasta revisión en el pago de ISR en prestaciones salariales y
entrega de fertilizantes y proyectos productivos. Otro numeroso grupo se
concentraba en lo que el Golfito, en donde se expresaron a gritos en contra del
reordenamiento de las playas llevado a cabo por el gobierno federal y la
presidencial municipal, anunciando una alianza entre diversos grupos de
prestadores de servicios turísticos que se han visto afectados con desalojos de
los lugares qye venían ocupando.
Cuando los inconformes
con el reordenamiento de las playas se dieron cuenta que el jefe de la nación
ya estaba dentro del parque, trataron de meterse a la fuerza para abordar a López
Obrador, sin conseguir tirar la reja que se interpuso en su camino, por lo cual
se limitaron a entregar un documento con sus quejas.
Fue durante su estancia
en el interior del parque cuando el presidente López Obrador explicó que
apoyaría a Acapulco en la solución del problema del agua potable y del
saneamiento de la bahía, instruyendo en ese momento a Blanca Jiménez, titular
de Conagua y a Román Meyer, titular de Sedatu, para que se reunieran con el
gobernador Héctor Astudillo y la alcaldesa Adela Román, para determinar un
proyecto y la cantidad de recursos necesarios para atender esos graves y viejos
problemas de Acapulco. Adelantó que “de antemano” el presupuesto estaba
aprobado, lo que generó un respiro de alivio y una sonrisa en los rostros tanto
de la alcaldesa como del gobernador.
A la salida de ese
parque el mandatario federal volvió a ser interceptado brevemente por un grupo
de trabajadores del SUSPEG y de prestadores de servicios turísticos, en la
avenida Cuauhtémoc, a la altura de la entrada al estacionamiento de las oficinas
del Ayuntamiento.
La clase política,
aunque estuvo presente, no tuvo oportunidad de sentir esta vez alguna
deferencia hacia algunos de los grupos que se han formado en torno a los aspirantes
a candidatos a gobernador de Morena, y de todos ellos, quien se mantuvo cercana
a él, fue la alcaldesa Adela Román Ocampo, por su calidad de anfitriona.
Al término de la visita
presidencial la alcaldesa se dijo muy satisfecha con los resultados, al igual que
el gobernador.
El delegado federal
Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros, por su parte, aprovechó para grabar un
breve video con el titular de comunicación social de la presidencia, Jesús Ramírez
Cuevas, aunque sólo referido a la utilidad del parque al que le están
invirtiendo 360 millones de pesos y que todavía recibirá una etapa más en su
rehabilitación integral.
Al filo del medio día y
ya con la comitiva presidencial tomando un rumbo desconocido, las playas de
Acapulco lucieron llenas, así como los restaurantitos de la zona del Papagayo y
la Diana, en donde saborearon viandas caseras que alguna alma caritativa les
llevó su sitio donde se habían reunido en la mañana.
xxx
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