La oposición va por Acapulco

Por Julio Zenón Flores Salgado

Las recurrentes movilizaciones de los integrantes del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), el mal manejo de los asuntos del agua y el saneamiento en CAPAMA, los señalamientos de la alcalde suplente de Acapulco, Matilde Testa, sobre supuestos actos de corrupción y nepotismo de la familia de la alcaldesa Adela Román Ocampo, la constante campaña de ataques en redes sociales y la falta de solidaridad mostrada por los líderes y representantes populares de Morena, hacia la primera edil, alimentan la idea de la oposición de que pueden desbancar al partido de Andrés Manuel López Obrador, en este estratégico municipio de Guerrero.

Los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional (PAN), ya avanzan en la construcción de acuerdos básicos para una alianza, formal o de facto, en tanto que el Movimiento Ciudadano (MC) vacila aún sobre si se sumarán a esa coalición, todavía bajo la influencia fáctica de su fundador Luis Walton Aburto, quien por ahora camina con la bandera de su afinidad con el lopezobradorismo.

Y es que frente al inmovilismo de Morena, debido sin duda a su fractura interna derivada en alto nivel de canibalismo o de “perredización” como algunos le llaman, la oposición asume la estrategia de socavar al gobierno de la presidenta municipal, Adela Román Ocampo, contando con la complicidad, consciente o inconsciente, de los propios morenistas que no se sienten representados en la administración actual.

El tema a dilucidar es ¿quién encabezará esa alianza en el puerto? ¿Qué candidato o personaje podría encabezar la unidad, conseguir los consensos, pero además ofrecer la construcción de las redes necesarias para hacer una buena administración?

El hecho de que los gobiernos municipales hayan sido de izquierda desde el año 2000 ha la fecha, con la excepción del periodo 2008-2012, en que Manuel Añorve Baños, rompió la inercia y les arrebató el triunfo a Luis Walton Aburto y a Gloria Sierra, hace prever que esa alianza sería en torno a un candidato del PRD.

A eso hay que agregarle que el PRI no ha logrado una estabilidad como partido y que incluso su candidato en el 2018, que quedó en segundo lugar haciendo una campaña intensa, Ricardo Taja Ramírez, se ha alejado del tricolor y busca abiertamente el cobijo de un partido de la alianza con Morena, el PVEM, manejado por sus amigos y en donde no tendría ningún obstáculo para alzarse con la candidatura.

Faltaría, claro, que esa alianza pactada a nivel nacional entre el PVEM, Morena y el PT, se aterrice estatalmente, ya que no debe olvidarse que se trata de dos elecciones que son concurrentes, pero que se rigen por sus propias reglas cada una. Como se sabe, Morena tiene como prioridad la elección de diputados federales y esa alianza se pacta a nivel nacional y a pesar de que esa alianza se firme entre los dirigentes nacionales, eso no obliga a las dirigencias estatales a ir también en alianza. Pueden ante la autoridad local, el IPEC, registrarse cada uno por su cuenta o ir en otro tipo de alianza.

La migración de Taja al Verde y la “tendencia” del voto acapulqueño hacia la izquierda, deja pues sin candidato al PRI para Acapulco y, en su caso, este partido puede apoyar a un abanderado de otro partido, en este caso, el PRD, con el cual se pueda entender y pactar acuerdos, tanto para la elección del gobernador como de las diputaciones locales.

En ese contexto el PRD, que pelea la candidatura a gobernador dentro de la posible alianza, con la figura del ex alcalde Jesús Evodio Velázquez Aguirre, que ya se les despegó a los otros aspirantes perredistas Carlos Reyes Torres y Antonio Gaspar y se le acerca al aspirante priista Mario Moreno Arcos así como al diputado Héctor Apreza Patrón, reclamaría llevar mano en la candidatura opositora por Acapulco y es altamente posible que así sea.

En el PRD sólo hay dos posibles cartas para esa candidatura y ambos son primos: Ángel Aguirre Rivero y Víctor Aguirre Alcaide, pero siendo francos, el primero de ellos está casi fuera de la contienda, no obstante que registra un alto grado de simpatía de los electores del puerto, debido a que su nombre ocupa un lugar importante en el relanzamiento de las investigaciones en torno al caso de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en el cual es prácticamente imposible que salga limpio y lo terminarán involucrando ya sea por acción o por omisión.

Su desgaste por el caso Ayotzinapa, sin embargo, no ha inmovilizado al ex gobernador y ha consolidado una importante estructura en Acapulco, que, en caso de que él mismo no sea el candidato, le daría viabilidad a su primo y ex colaborador Víctor Aguirre, quien cuenta a su vez con el respaldo de su ex jefe Evodio Velázquez, así como con una parte importante de liderazgos que en la elección del 2018 respaldaron a los candidatos de Morena.

Víctor Aguirre, regidor del PRD mostró en la campaña pasada -en el 2018- cercanía con los grupos de Morena, con quienes estuvo a punto de pactar, pero su lealtad partidista se impuso y se quedó bajo las siglas del Sol azteca, no sin antes señalar su apoyo al candidato López Obrador y de advertir a quienes tomaban en ese tiempo las decisiones, que lo más saludable para el PRD era una alianza con Morena.

El perredista Aguire Alcaide, sería el candidato de izquierda capaz de crear consenso y como regidor ha mostrado ser un edil que debate, que argumenta, que cede cuando hay que ceder y tiene la cualidad de acordar con el resto de los regidores de todos los partidos.

En el camino saldrán, seguramente más propuestas de nombres, pero no hay que perder de vista a Aguirre Alcaide.

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Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Periodista y escritor. Licenciado en ciencias de la comunicación, maestrante en Ciencia Política y diplomado en MKT digital; Columnista en La Jornada Guerrero, Enfoque informativo y en Redes del Sur. www.facebook.com/trasfondoinformativo, Escríbenos a zenon71@hotmail y suscríbete en el canal de youtube trasfondo informativo