En un operativo conjunto encabezado por la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Secretaría de Marina, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Policía Estatal y la Fiscalía General del Estado, fueron retiradas más de 400 cámaras de videovigilancia clandestinas instaladas en el Mercado Central y calles aledañas del puerto de Acapulco.
De acuerdo con las autoridades, los dispositivos se encontraban distribuidos en las calles 16 de Septiembre, Progreso e Ignacio Vallarta, en pleno centro de la ciudad, y eran utilizados presuntamente por grupos delictivos para monitorear movimientos de comerciantes, cuerpos de seguridad y posibles víctimas de delitos.
Con este operativo, las fuerzas de seguridad desmantelaron una red de vigilancia ilícita que habría servido como herramienta de control y observación para células criminales que operaban en la zona comercial más importante del puerto.
El Gobierno de México informó que esta acción forma parte de la Estrategia Nacional contra la Extorsión, impulsada por el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, quien reiteró su compromiso con Guerrero y con el restablecimiento del orden y la paz en Acapulco.
"Con estas acciones se busca desarticular la red de vigilancia criminal que servía de escudo para la delincuencia y fortalecer la confianza de la ciudadanía en las instituciones", señaló la dependencia federal en un comunicado.
Autoridades federales y estatales calificaron el desmantelamiento como un golpe importante a la estructura de control criminal que, durante años, había mantenido bajo amenaza a comerciantes y locatarios del Mercado Central, uno de los puntos económicos más relevantes de Guerrero.
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