Ciudad de México, 22 de septiembre de 2025.– Un equipo de investigadores del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, encabezado por el sismólogo Víctor Manuel Cruz Atienza, identificó señales precursoras que podrían anticipar grandes terremotos en la llamada brecha sísmica de Guerrero, considerada una de las más peligrosas del país por su cercanía con la Ciudad de México.
Los resultados, publicados en la revista Science Advances, surgen de un proyecto iniciado en 2017 con la instalación de instrumentos geofísicos en el fondo marino frente a las costas guerrerenses. Con sensores de presión e inclinómetros, los especialistas lograron registrar "sismos lentos" bajo el mar, uno de los cuales precedió al terremoto de Acapulco de septiembre de 2021.
El estudio también reveló deformaciones transitorias en la placa de Cocos, asociadas a una aceleración en su proceso de subducción durante los meses previos a tres terremotos mayores a magnitud 7 ocurridos en México: Huatulco 2020, Acapulco 2021 y Michoacán 2022. Este fenómeno, denominado slab pull surges o "jalones transitorios de placa", constituye la primera evidencia global de un proceso regional que antecede a grandes sismos.
Cruz Atienza subrayó que estas observaciones abren la posibilidad de desarrollar sistemas de alerta temprana basados en señales precursoras, semejantes a los protocolos ya aplicados en Japón. "Un sismo de magnitud 8 en la brecha de Guerrero podría producir sacudidas en la capital dos o tres veces más intensas que las de 1985", advirtió el investigador, quien busca financiamiento para ampliar la red de estaciones submarinas.
El proyecto, en el que participan distintas áreas de la UNAM y colaboradores japoneses, podría sentar las bases para un nuevo modelo de pronóstico sísmico con impacto internacional.
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