Los inconformes exigieron una mesa de diálogo directa con los responsables del nuevo sistema de transporte marítimo turístico y plantearon la necesidad de una indemnización o cuota de compensación económica para los trabajadores náuticos y prestadores locales.
El dirigente del sector, Jesús Zamora, afirmó que no se oponen al desarrollo, pero sí a que se imponga sin consenso: "Seguimos en resistencia social pacífica (…) este proyecto es desleal, una competencia que atenta contra los compañeros náuticos y contra toda la comunidad de prestadores de servicios turísticos".
Un día antes, el gremio había realizado jornadas de limpieza en Caleta y Caletilla, así como protestas en la Diana Cazadora y en el Jardín del Puerto, donde avanzan los trabajos relacionados con el Marinabús.
El proyecto, inaugurado hace un mes por la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona), aún no inicia operaciones regulares, lo que genera dudas sobre su viabilidad e impacto económico en el puerto.
Sin embargo, la postura de los prestadores ha generado rechazo social. Desde hace años arrastran críticas por abusos, cobros excesivos y maltratos a turistas y locales, lo que ha dañado la imagen del sector. Para muchos acapulqueños, exigir dinero como indemnización fortalece esa percepción negativa, al verlos como parte de los problemas que afectan al turismo en la ciudad.
Ante la falta de respuesta oficial, los manifestantes mantienen la toma del Palacio Federal como medida de presión para ser escuchados.
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