El parlamentario europeo Raphaël Glucksmann solicitó que la Estatua de la Libertad regrese a Francia, argumentando que la administración de Donald Trump no valora su significado. Durante un mitin, el político expresó que el monumento fue un obsequio de su país a Estados Unidos, pero que ahora parece ser despreciado.
La estatua, inaugurada en 1886, simboliza la libertad y la democracia, y se ha convertido en un ícono mundial. En respuesta a la solicitud, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, rechazó la idea y sugirió que Francia debería estar agradecida con EE.UU. por su papel en la Segunda Guerra Mundial.
Glucksmann respondió a través de redes sociales, reconociendo la valentía de los soldados estadounidenses, pero criticando la postura del gobierno actual. Afirmó que EE.UU. antes luchaba contra el fascismo y apoyaba la resistencia, mientras que ahora mantiene una postura contraria a los valores que la estatua representa. Finalmente, el diputado sugirió que si el gobierno estadounidense ya no respalda estos principios, Europa deberá asumir la defensa de la democracia.
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