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* Es por nuestras familias

¡Jálalo que es pargo! Por Jacko Badillo Finalmente, lo que se veía venir irremediablemente llegó. Oficialmente este lunes entramos nuevamente a semáforo rojo, no porque a las autoridades sanitarias se les haya ocurrido o porque esté de moda cambiarle el color, sino a consecuencia del elevado número de contagios en esta tercera ola de la pandemia por el Covid-19. Nuevamente familiares, vecinos, amigos, conocidos, están resultando positivos en las pruebas, muchos convalecen en sus casas con síntomas leves, sobre todo quienes ya han sido vacunados, pero muchos también están luchando en los hospitales contra este terrible mal. Lo más lamentable es que a estas alturas, y es por eso también que se decidió decretar el semáforo rojo, la ocupación hospitalaria se encuentra saturada, escasean las camas, los medicamentos y los implementos necesarios para atender la contingencia, entre ellos el oxígeno. Ya el gobierno del estado publicó las restricciones para las próximas dos semanas, y parece reiterativo pero las recomendaciones siguen siendo tan sencillas que es difícil creer que no puedan acatarse, aun viendo que diariamente mucha gente está muriendo. El uso de cubrebocas o mascarillas, aplicación de gel antibacterial, guardar la sana distancia, evitar aglomeraciones y, sobre todo, no salir de casa a menos que sea estrictamente necesario, son las principales medidas sanitarias que pueden hacer la diferencia entre enfermarnos o no, y en muchos casos, entre la vida y la muerte. Seamos conscientes, responsables y vamos demostrando que no hay necesidad de que se apliquen medidas más severas; es hora de demostrar que somos una sociedad pensante, personas civilizadas que entendemos la gravedad de la situación y que somos capaces de poner nuestro granito de arena para frenar los contagios. Es por nosotros, es por nuestras familias, ¡vamos a cuidarnos!. Mientras tanto… ¡Jálalo que es pargo!

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