TRASFONDO
Por Julio Zenón Flores Salgado
Nuestra tesis política respecto al impacto de los hechos
ocurridos en Iguala y la consecuente movilización estudiantil popular en el
mundo, en el proceso electoral de Guerrero, se ha venido consolidando, frente a
las sostenidas por los intelectuales orgánicos del régimen, que han confundido
la realidad con sus propios deseos, y se dedicaron a negar que las elecciones
del 2015 pudieran verse afectadas por la masacre del 26 de septiembre.
Las tomas de las instalaciones electorales en las ciudades
más importantes del estado, como Chilpancingo y Acapulco, así como la
fragilidad del sistema comicial en 44 municipios donde se ha fortalecido la
presencia de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) y la
Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG); junto a la
irrupción de contingentes magisteriales en reuniones preelectorales de los
partidos políticos y aún de instancias de gobierno como el DIF o las caravanas
culturales, el Conafe y la Sedesol, entre otras, nos han dado la razón. A eso
súmele el desconocimiento que hizo
público el Movimiento Popular Guerrerense (MPG) de la figura del gobernador
interino y su llamado, nuevamente a la desaparición de poderes, realmente
estamos hablando de una situación de ingobernabilidad, frente a la cual, el
estado sólo ha mandado algunos contingentes de gendarmes, carretadas de dinero,
semejante a la estrategia contrainsurgente usada contra la guerrilla de Lucio
Cabañas, y una débil opción política que no ha logrado hacerse de autoridad, en
la figura del propio Rogelio Ortega Martínez.
Aunado a ello, la clase política se dividió y pasó de siete
partidos a once; porque los cuatro partidos nuevos en realidad son reciclajes
de los viejos políticos, que habían perdido presencia en sus anteriores
organismos y para acabarla, el PRD, además de su evidente desprestigio al pagar
el costo de haber prohijado y defendido a un alcalde narco y su esposa en
Iguala, se desmorona, con las renuncias ayer de algunas de sus figuras
públicas.
Las elecciones del 2015 pues, más que nunca aparecen en
riesgo, si no de cancelarse al menos de posponerse, evitando con ello el seguro
triunfo del PRI, el único partido que ha estado mirando pasar las cosas sin
inmutarse y manteniendo sus cuadros más o menos unidos. Sin embargo, en el
tricolor, la prudencia y la inteligencia les aconseja no esforzarse demasiado
por ir a unos comicios donde se ganaran la rifa del tigre, es decir, a un
estado convulsionado por la ingobernabilidad.
Saben los del partido de Manuel Añorve, que en este momento
lo que más les conviene es colaborar para alcanzar un acuerdo que recupere la
armonía y la gobernabilidad, lo cual pasa con un consenso, difícil pero
necesario, de todos los partidos además de la UPOEG, la CRAC, el MPG, la CETEG
y los familiares de los normalistas desaparecidos y asesinados.
Construir ese acuerdo es la tarea de hoy, se cancelen, se
pospongan o se realicen en la fecha programada por el INE, las elecciones que
vienen. Y eso puede conducir a un gobierno de coalición, o colegiado, como le
llama el rector de la UAGro, Javier Saldaña, o bien a reglas más claras de
competencia electoral.
Eso sería aprovechar la crisis para evolucionar, porque
Guerrero ya no puede mirar atrás. Escríbame su opinión a zenon71@hotmail.com
2 Comentarios
Zanca, vamos por los Consejos Municipales, la Ley lo permite
ResponderEliminarLa descomposición social no vino del pueblo ni de sus organizaciones civiles. Si no del gobierno. Peña Nieto, encendió la llama de la descomposición.
ResponderEliminar¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?