Por JULIO ZENON FLORES
Ayer quedó demostrado que la “primavera guerrerense”
llegó a Casa Guerrero y que la pérdida de poder empieza a ser palpable, justo
en la víspera de cumplirse el tercer y penúltimo año de gobierno del
ometepequense Ángel Aguirre Rivero, por lo cual hay ya quienes están sacando
cosas del baúl de los recuerdos y quienes tienen listas las facturas por
cobrar.
El artífice de esta primavera está siendo nada menos que
Zeferino Torreblanca Galindo, ex alcalde de Acapulco y ex gobernador de
Guerrero, desde siempre, confrontado con el actual mandatario, pero también con
el conocimiento de campañas contra el poder y de los entretelones de éste, que
está dando una muestra de cómo enfrentar la embestida luego de que decidió
buscar su regreso a la política local y recibir a cambio una demanda penal y
sonadas notas denostativas en los principales medios de prensa aliados al
poder.
Una entrevista realizada ayer en vivo en el noticiero
Enfoque Informativo, permitió al ex mandatario poner el dedo en la llaga y
ocasionó que ayer mismo por la tarde, un verdadero avispero se moviera desde
casa Guerrero, principalmente en los diarios de la capital del estado,
alentando a editorialistas afines al aguirrismo a dar respuesta, con tan mala capacidad
de comunicación política que en vez de debatir y echar abajo los argumentos que
pintan a este gobierno como uno de los más corruptos, népotas e inseguros de la
historia reciente de la entidad, se dedicaron a retomar viejos panfletos contra
Zeferino. De esta manera, el gobierno estatal acusó recibo de la peor manera,
en vez de dar ejemplo de tolerancia o de buena comunicación, demostró con sus
descalificaciones lo que será esta etapa del declive del poder.
Los señalamientos de Zeferino hacia Aguirre y la
respuesta incorrecta del gobernador, fortalecieron al ex alcalde y le llevaron
a dejar claro que sea por Sinergia Social o por otro partido, será candidato a
presidente municipal, anulando de esa manera toda posibilidad de que se imponga
al junior Ángel Aguirre Herrera, cuya precampaña, según el propio Torreblanca,
está basada en el dinero público.
El asunto, por obvias razones, está saliendo del ámbito
estatal y en el plano nacional está alimentando a los enemigos del aguirrismo y
tambalea su relación con el primer círculo del presidente Enrique Peña Nieto,
ocasionando, como reacción colateral, que desde dentro mismo de su gobierno,
personas desleales empiecen a filtrar todo, con el pretexto de que siempre será
acusado de ello el propio Zeferino.
El atolladero del gobernador Aguirre y de su hijo, como
aspirante a gobernar Acapulco, por otro lado, alimenta la carrera de Evodio
Velázquez, quien ve crecer sus posibilidades de convertirse en el abanderado
perredista o al menos de negociar más caro, quizás pidiendo el 50 por ciento
del futuro gabinete municipal, en tanto que el actual líder del Grupo Guerrero,
que ha sufrido del acoso aguirrista, tiene ante sí la posibilidad de cobrarle
facturas al gobernador.
Comentario final: Todo indica que el gobierno federal
aplicará con Guerrero, o al menos con el mandatario estatal, aquello de “la
sana distancia”, por los mensajes cruzados y mal interpretados.
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