Chicotazos
Así es que si usted, usted, usted, usted y también usted, parafraseando a nuestro buen amigo Héctor Nájera, simpatiza con alguno de esos colores o mini partiditos, no se ande haciendo muchas ilusiones.
Por Francisco Javier Flores V.
En los mejores tiempos del PRI, una de las prácticas que más cuestionaba la oposición era el llamado corporativismo.
Eventos multitudinarios se organizaban en las campañas políticas en donde las supuestas fuerzas vivas del priismo se expresaban en apoyo a los candidatos priístas.
En aquellos tiempos no había coaliciones, el partido tricolor, por sí solo, atraía multitudes, incluso era llamado la aplanadora, el del carro completo, el que ganaba todo, hasta la más remota comisaría.
Y eran los sectores y organizaciones, entiéndase CTM, CROC, COR, FSI, CNOP, CNC, el SNTE, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, el SUSPEG, el Frente Juvenil Revolucionario, el Consejo para la Integración de la Mujer, entre tantos muchos otros, los que nutrían esas concentraciones.
Y hay que decirlo, mucha de esa concurrencia asistía, si, por convicción, porque se sentía parte de esa clase política dominante, pero muchos también lo hacían obligados, por el miedo a no perder la chamba y hasta para conseguir quizás el ansiado ascenso laboral.
Esta breve remembranza viene a colación por la forma en que ahora se nutren esas concentraciones, y no precisamente por el partido en el poder o siquiera de los más sobresalientes.
Son los llamados partidos pequeños los que aquí en Acapulco, en el proceso electoral actual, andan recurriendo a tácticas extrañas para aparentar que tienen seguidores.
Un vendedor del mercado central, molesto y con justa razón, contó que fueron obligados a asistir y llevar a dos personas más, al arranque de campaña de un partido que para más señas usa el color rosa. De no acudir, se harían acreedores a una multa de 2 mil pesos y una semana sin derecho a trabajar.
Por otro lado, en el arranque de campaña del partido Verde, en el poblado del Kilómetro Treinta, habitantes del lugar y de comunidades aledañas aseguran que fueron obligados a asistir. Ya no digamos los transportistas de las diferentes rutas de esa zona, hay de aquel que no asistiera al evento del Verde.
En el fondo, lo único que evidencian esas organizaciones políticas, como muchas más, por lo menos otras diez que andan por ahí, es que su fuerza y presencia es nula, que no tienen ninguna posibilidad de ganar y que recurrir a esas tácticas extrañas para arrimar gente a sus eventos son acciones desesperadas, que sin embargo no tendrán ningún impacto en las urnas.
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