El discreto encanto de Evelyn Salgado: sin estridencias pero con resultados

 

Por Julio Zenon Flore


Por Julio Zenon Flores
En un escenario político dominado por el ruido, la estridencia y la disputa interna, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, ha emergido como una figura atípica pero cada vez más consolidada en el firmamento político de Morena. Su ascenso al top tres en las evaluaciones nacionales de desempeño entre gobernadores no es gratuito: responde a una fórmula poco común en tiempos de polarización y espectáculo: discreción, eficacia y sobriedad.
Mientras otros actores se enredan en la grilla partidista —como ocurre en Guerrero con la guerra intestina por la dirigencia estatal de Morena, donde se busca defenestrar a Jacinto González Varona—, Salgado ha optado por mantenerse al margen, sin interferir, pero sin abandonar la observación cuidadosa. Su estilo no es el del protagonismo voraz, sino el de la operación meticulosa, territorial y técnica.
La gobernadora ha sabido trazar una línea clara entre el ejercicio del poder y la politiquería. No se involucró en el intento de manipular la elección interna del Poder Judicial, como sí lo hicieron otros mandatarios estatales. No se subió al discurso confrontativo de los cuadros locales que intentaron sacar tajada política de la gestión municipal de Acapulco, encabezada por Abelina López Rodríguez. Al contrario: ha mantenido su respaldo institucional, facilitando trabajo conjunto en temas fundamentales como medio ambiente, protección civil, seguridad y turismo. Un mensaje contundente: en Guerrero, la política se hace desde el territorio, no desde el escándalo.
No es casualidad que Salgado haya conseguido, tanto con el presidente López Obrador como con la presidenta electa Claudia Sheinbaum, un trato deferente y respetuoso. La clave está en su capacidad para no contaminarse con las pugnas internas que corroen al partido. Sabe bien que muchos utilizan su nombre para legitimarse, para obtener reflectores o sembrar discordia. Pero ella ha preferido el trabajo constante y sin aspavientos.
Los resultados están a la vista. Guerrero destacó como uno de los estados con mayor participación en la elección del Poder Judicial, algo que pocos esperaban. El turismo en Acapulco, pese a las adversidades, ha mostrado señales de recuperación gracias a los esfuerzos coordinados entre el gobierno estatal y municipal. Y los indicadores de gestión empiezan a rendir frutos, con una administración que prioriza la gobernabilidad por encima del activismo faccioso.
Salgado Pineda ha demostrado que se puede hacer política sin gritar, sin golpear la mesa y sin encabezar vendettas. Que la fuerza de un gobierno está en su capacidad para resolver, no para dividir. Y que la verdadera cercanía con el poder nacional se construye con respeto, trabajo y resultados, no con grillas de café.En tiempos donde muchos buscan reflectores, Evelyn Salgado ha elegido la eficacia silenciosa. Y por eso, ha comenzado a brillar con luz propia.

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