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Norwegian Jade: el crucero que eligió a Acapulco para hacer historia

Por Julio Zenón

Acapulco vuelve a sonar en el radar del turismo internacional, y no por la tragedia, sino por una buena noticia: el crucero Norwegian Jade, con más de 3 mil 100 personas a bordo, tocó tierra este lunes en el puerto, marcando su primera visita a México.
Muy temprano, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda le dió la bienvenida y la noticia a los acapuqueños, para compartir la felicidad del retorno de un crucero que hace tiempo no tocaba tierra en México.

 ¿Y qué destino eligió para estrenar suelo nacional? Acapulco. Ni Cozumel, ni Ensenada. Acapulco.

Procedente de Puerto Quetzal, Guatemala, y en ruta hacia Los Ángeles, California, el Norwegian Jade hizo una escala que bien podría traducirse en un mensaje entre líneas: el puerto empieza a recobrar el prestigio perdido. La embarcación pernoctó en la bahía, lo que representa más que una visita fugaz: implica consumo, pernocta, derrama económica… y una bocanada de oxígeno para una ciudad que aún se sacude el polvo de Otis.

El recibimiento fue de manual turístico: mariachis, bailes regionales, y esa hospitalidad guerrerense que no se improvisa. Alrededor de las 8 de la mañana, los visitantes comenzaron a abordar autobuses rumbo a recorridos cuidadosamente diseñados para mostrar una ciudad viva: Bahía Histórica, Zona Dorada y Diamante, tres rostros distintos de un mismo Acapulco que lucha por reconstruirse y relanzarse.

Detrás de esta movida no hay casualidades. El secretario de Turismo de Guerrero, Simón Quiñones Orozco, dejó ver la mano de estrategia que se está tejiendo desde la administración de Evelyn Salgado. Habló claro: "Tenemos 11 cruceros más por arribar en mayo". Eso no ocurre por inercia. Hay promoción, hay gestión, y hay voluntad de meter a Acapulco de nuevo en el circuito internacional de cruceros.


La llegada del Norwegian Jade no solo significa visitantes. Simboliza confianza internacional en la recuperación del puerto. Y en la política, como en la navegación, los símbolos cuentan. Mucho.

El guía de turistas certificado, Humberto Cuevas Guillén, lo resume con una frase que pesa más que cualquier boletín: "Acapulco está de pie y estamos buscando la manera de brindar el mejor de los servicios para todos". Y lo dice desde el frente de batalla, ahí donde el turismo no es discurso, sino chamba cotidiana, trato humano y reputación que se gana turista por turista.

La apuesta está en marcha. El turismo de cruceros, marginado durante años, parece que vuelve a asomar como una carta fuerte. Claro, dependerá de que la infraestructura acompañe, de que la seguridad no se descuide, y de que el discurso político no se coma a la realidad.

Pero hoy, el Norwegian Jade atracó en Acapulco. Y eso ya es un parteaguas. Un recordatorio de que el puerto aún puede contar su historia en presente y futuro, no sólo en pasado.

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