La docuserie de HBO Los anarquistas expone las contradicciones de un movimiento que se quiso antisistema, pero terminó siendo víctima de su propia ideología.
En 2019, el asesinato de John Galton en Acapulco pasó casi desapercibido entre la ola de violencia que azota al puerto. Pero detrás de este crimen había una historia que retrataba el choque entre el sueño libertario de un grupo de estadounidenses y la cruda realidad de México. Esta historia es el eje de Los anarquistas, la docuserie de Todd Schramke para HBO, que documenta la evolución de Anarchapulco, una conferencia anual que reunió a seguidores del anarcocapitalismo en el hotel Princess Mundo Imperial.
El proyecto siguió desde 2015 a los organizadores y asistentes de este evento, entre ellos Jeff Berwick, su fundador, y otros personajes como Nathan y Lisa Freeman, Jason Henza, y la pareja conformada por John Galton y Lily Forester. Berwick, exbeneficiario de la burbuja puntocom, encontró en el pensamiento de Ayn Rand una justificación para rechazar al gobierno y promover una visión extrema del individualismo capitalista. En este contexto, Anarchapulco se convirtió en un refugio para estadounidenses que buscaban evadir regulaciones estatales y adoptar un estilo de vida autosuficiente, alejado del "control" gubernamental.
Sin embargo, la realidad pronto desmoronó esta fantasía. Galton y Forester, sin medios para mantenerse en México, recurrieron a la venta de drogas en Acapulco, una actividad que los puso en la mira del crimen organizado. Galton fue asesinado en su casa por sicarios locales, mientras que poco después, Paul Propet, otro miembro del grupo y exsoldado estadounidense, se suicidó.
Más que un retrato de idealistas frustrados, Los anarquistas expone el colapso de un modelo de pensamiento que, bajo la bandera de la libertad, no fue más que otra burbuja especulativa. La serie muestra a un grupo de extranjeros desconectados del entorno mexicano, ignorantes de sus complejidades y atrapados en una búsqueda individualista de riqueza y placer.
La docuserie deja claro que estos "anarquistas" no eran rebeldes contra el sistema, sino un reflejo de sus propias contradicciones: críticos del capitalismo tradicional, pero fervientes creyentes en su versión más extrema. Su historia es, en última instancia, la de una utopía que nunca entendió el territorio donde intentó florecer y que terminó consumida por las mismas fuerzas que pretendía desafiar.
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