Por Julio Zenón Flores
Acapulco atraviesa por una de sus peores crisis de abasto de
agua, y al parecer el país no ha dimensionado los daños que dejó a la
infraestructura hidráulica el paso del huracán John, lo que puede llevar a
estallidos de desesperación ciudadana.
Y es que los destrozos dejados por John fueron mayores
incluso a los ocasionados por Otis, que se llevó algunos tanques de
almacenamiento; el más reciente cubrió con agua, arena, lodo y escombro los
tres sistemas de captación más importantes y agravó problemas de energía
eléctrica, vital para su operación.
Papagayo I abastece a la parte baja de Acapulco; Papagayo
II, que dota de agua a las zonas media y alta del anfiteatro y a la mayor parte
de Renacimiento, Zapata, Sabana, Coloso y la zona Poniente, entre otros; y el
Sistema Lomas de Chapultepec, que surte del vital líquido al poblado del mismo
nombre y la zona Diamante y la avenida Escénica, además de alta Icacos, la zona
Militar y otras adyacentes, perdieron sus equipos de bombeo. Aunque el gobierno
municipal compró nuevos equipos, las enormes capas de lodo que cubrían a los
viejos demoraron días el cambio.
Una vez logrado esto, el Papagayo I mandó agua a la parte
baja de Acapulco, mientras que Lomas de Chapultepec solo pudo operar a la mitad
de su capacidad pues el huracán rompió parte de la tubería. En Papagayo II, al
empezar a bombear, apareció una fuga en el acueducto que quedó cubierto por la
nueva y fuerte corriente del río de la Sabana, lo que impidió hacer llegar sus
2000 litros por segundo del vital líquido a la ciudad. La solución es construir
300 metros de acueducto de gran capacidad, lo cual llevará unos 15 días en
concluirse.
En ese panorama sombrío, habría que reconocer al cuerpo de
ingenieros de la CAPAMA, que han estado trabajando día y noche, haciendo
malabares con los mil litros del Papagayo I, los 600 de Lomas de Chapultepec y
las pequeñas dotaciones de los sistemas de El Quemado y Pedregoso, hasta que
este domingo se tronó el transformador del sistema de Lomas en la hora pico de
consumo ciudadano de la energía eléctrica, lo que obligó a parar el bombeo
hasta que llegue uno nuevo, mandado a traer de Nuevo Laredo.
La situación actual no es la mejor para la ciudadanía, pero
es lo mejor que se puede hacer en medio de la tragedia y los daños dejados por
John: Se surte a la zona baja de la Costera, que en el caso de la Progreso
alcanza hasta la calle Sinaloa, pero eventualmente se les suspende para enviar
algo de agua a las tuberías en la zona de hospitales, por lo cual es posible
que la noche del domingo y la madrugada del lunes las viviendas de la avenida
Ruiz Cortines reciban el vital líquido y, de ahí por gravedad, les llegue a
algunas áreas de Hornos y la parte media de La Progreso.
Además, la Conagua está apoyando con 90 pipas que están
surtiendo sobre todo a la zona media y alta, y el gobierno del estado informó
que apoyó con pipas de agua a los planteles educativos de la zona rural, para
que se pueda volver a clases este lunes.
El director general de la CAPAMA, Hugo Lozano Hernández, ha
informado a la ciudadanía que se trabaja a marchas forzadas en la
rehabilitación de los equipos que sufrieron afectaciones tras el paso del
huracán John, aunado a la reparación de las dos importantes fugas de agua
potable que afectan el suministro de las colonias que dependen del sistema de
captación Papagayo II.
Ha dicho que ya se envió agua del sistema de Lomas de
Chapultepec a varias zonas, pero que este domingo se suspendió al tronar el
transformador. Asimismo, se recupera el servicio en fraccionamiento Guitarrón,
avenida Costera Miguel Alemán, 10 de Abril, Joyas de Brisamar, parte baja de
Progreso, Tres Palos, Cumbres de Llano Largo, Hogar Moderno y Progreso parte
alta. Zona en recuperación significa que se están llenando las líneas de
abastecimiento y los tanques elevados, para poder enviarla a los domicilios.
Eso puede tardar algunas horas.
El problema, como dice el dicho, es que “éramos muchos y
parió la abuela”, porque la rehabilitación de los daños a la infraestructura
hidráulica no depende solo de la voluntad de las autoridades municipales.
Pero no es opción pedir paciencia a una ciudadanía
desesperada por la falta de agua y ante la realidad de que las 90 pipas de
apoyo que envió el gobierno federal son insuficientes. En ese sentido, lo que
queda es sensibilizar al gobierno federal, para que entienda la verdadera
situación de los habitantes sin agua y envíen a la brevedad más pipas, que se
vea el apoyo del Ejército, que tiene la capacidad de aportar decenas de
pequeñas plantas potabilizadoras, que se apoyen en los pozos particulares y
manantiales que existen por todas partes en el Veladero.
Estamos en una crisis fuerte de agua. Y debemos entrarle
todos, desde los ciudadanos que tienen pozos, los empresarios que tienen pipas
y, principalmente, el gobierno federal que tiene gran capacidad, como lo ha
dejado en claro la presidenta municipal Abelina López. No es momento para
justificaciones, es momento de acciones rápidas y efectivas, antes de que se
detonen estallidos de desesperación ciudadana.
En Resumen:
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