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Otis, el huracán que no se olvida y la reconstrucción que no termina, a 11 meses de la tragedia


Información Celso Castro Castro/Fotos y edición Julio Zenon Flores

Edificios y hoteles con daños, son mudos testigos de la brutalidad del impacto del huracán Otis. Es la postal que muestra el puerto de Acapulco a casi un año de distancia del paso del fenómeno que de forma inesperada pasase de categoría 1 a categoría 5, aquel 25 de octubre de 2023.

Al margen del discurso de las autoridades de los tres órdenes de gobierno sobre el proceso de reconstrucción de la ciudad, la imagen de la infraestructura urbana expone la realidad del impacto devastador del meteoro.

De acuerdo al comunicado oficial del Centro de Huracanes del Pacífico Central, organismo dependiente de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), no se tiene constancia de un huracán de esta intensidad.

Son variados los testimonios de las personas que vivieron en carne propia los estragos del fenómeno meteorológico, cuya mayoría coincide que a pesar de los comunicados que emitieron las autoridades el martes por la tarde, nadie tenía ni la más mínima idea de su letal fuerza devastadora.

Mientras la gobernadora Evelyn Salgado Pineda había estado informando a través de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil Guerrero de lo que se venía, aunque nadie sospechaba aún de la fuerza del golpe, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, fue la autoridad local que puso los puntos sobre las ies: a las 8:30 de la noche del martes 24 de octubre, comunicó al lado del coordinador de Protección Civil y Bomberos, Efrén Valdez Ramírez, sobre la intensidad de Otis, que avanzaba hacías las costas de este destino de playa.

Las fuertes rachas de viento pronto se hicieron presentes, pero nadie advertía el peligro, en virtud que los modelos meteorológicos y las proyecciones anticipaban a Otis como una tormenta tropical moderada.

La intensificación vertiginosa del huracán, pasando de tormenta tropical a categoría 5 en menos de 12 horas, dejó perplejos a los científicos. Al tocar tierra a la una de la madrugada, las rachas de más de 240 kilómetros por hora, tomó por sorpresa a la población, sin dar crédito como la tormenta se transformó en un monstruo de tal magnitud.

La pesadilla apenas comenzaba. El meteoro generó fuertes lluvias, que provocó inundaciones y deslaves, con vientos sostenidos de 265 kilómetros por hora, arrasando con todo a su paso, dejando solo destrucción.

La población quedó sin electricidad, mientras que aseguran que la fuerza de la naturaleza parecía emitir un desgarrador lamento, que, incluso, algunos lograron captar a través de videos que tomaron con sus dispositivos móviles.

Los potentes vientos arrancaron los tejados de los edificios y sacudieron hoteles abarrotados, las calles se volvieron intransitables, una decena de árboles caídos adornaba la mancha urbana, mientras que los vehículos permanecían bajo escombro y atascados en encharcamientos.

La cifra oficial de pérdidas humanas fue de 47, 60 desaparecidos y devastación total de uno de los sitios turísticos más importantes de México. La imagen que mostró al siguiente día fue apocalíptica.

Todavía azotaba una pertinaz llovizna a la ciudad, cuando un numeroso grupo de personas saquearon tiendas de conveniencia, centros comerciales y las instituciones crediticias, aprovechando la ausencia de los cuerpos de seguridad.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en su tradicional mañanera, al dirigirse a la nación expresó también su sorpresa "Pocas veces, según los registros, se desarrolla así un huracán tan pronto y con tanta fuerza", dijo.

Anunció que se habían enviado fuerzas armadas al estado de Guerrero y a funcionarios del gabinete, para atender la emergencia, pues quedó literalmente incomunicado y sin el servicio de energía eléctrica, al ser derribadas varias torres y las líneas de alto voltaje por el viento.

La gobernadora Evelyn Salgado Pineda coordinó la ayuda y auxilio a los damnificados, al tiempo que dio inició al proceso de reconstrucción, que ha sido lento y que impide que la industria sin chimenea opere al cien por ciento.

El dirigente de la Federación de Trabajadores del Estado de Guerrero, Rodolfo Escobar Ávila, aseguró que más de 25 mil trabajadores tuvieron que viajar a otros destinos turísticos para buscar trabajo, debido a que en el puerto de Acapulco no hay trabajo.

A un año de distancia del impacto del huracán Otis, aseguró que los hoteles todavía no se les cubría el seguro y esto impedía que se iniciará su reconstrucción, de tal suerte que estimó que la recuperación de la industria sin chimenea se logre en tres o cuatro años.

Los residentes del puerto se enfrentan al reto de reconstruir sus viviendas con sus propios medios, pues la ayuda que dio López Obrador fue insuficiente, debido a que su gobierno disolvió el Fondo de Desastres Naturales de México, un fondo de dinero federal destinado para ayudar a la población en situaciones de emergencia.

LA BAHÍA CEMENTERIO DE EMBARCACIONES

La letal fuerza devastadora del huracán también hundió yates de lujo, veleros y embarcaciones menores, cuyos restos se han ido recuperando paulatinamente o flotan a la deriva.

El director de la Administradora y Promotora se Playas, Alfredo Lacunza de la Cruz, reveló que todavía hay embarcaciones de todo tipo en el fondo del mar y sus restos han sido llevados a flote o las playas de donde los han recogido.

Recientemente tuvieron desmantelar un velero de gran calado de lujo, cuyo propietario no tenía ningún interés por recuperarlo, por lo que a fin de que no representara un peligro para las personas o embarcaciones.

SE PONE EN MARCHA PROGRAMA DE REFORESTACIÓN

Ante la magnitud de la deforestación que sufrió el puerto de Acapulco, que literalmente luce cerros pelones y sin árboles en la mancha de concreto, tanto la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y la alcaldesa, han coordinado esfuerzos para reforestar la ciudad.

Incluso, recientemente estudiantes del Tecnológico Nacional de México campus Coatzacualcos, Veracruz, se sumaron a sembrar plantas endémicas para recuperar las áreas verdes que se perdieron por la fuerza de la naturaleza.

Incluso, se apoyaron con el uso de drones en El Veladero, de tal suerte de detectar las áreas más afectadas por las rachas de viento y ahí hacer la siembra de las nuevas especies de árboles, de tal forma de frenar las altas temperaturas que, de acuerdo a los científicos, se prolongarán por al menos cinco años.

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