Un grupo de trabajadores del Poder Judicial protagonizó un hecho sin precedentes al irrumpir en el Senado de la República, lo que obligó a la suspensión indefinida del debate y la eventual aprobación de la Reforma Judicial.
Este evento marca un momento histórico, ya que nunca antes en la historia moderna se había registrado una toma similar de la cámara alta por parte de manifestantes. Los senadores de oposición permanecieron en sus asientos, mientras que la mayoría oficialista y sus aliados optaron por retirarse del recinto.
Esta manifestación evidencia la creciente tensión alrededor de la Reforma Judicial, cuyo debate quedará en pausa hasta nuevo aviso.
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