En una sesión que duró 15 horas, la Cámara de Diputados aprobó con 353 votos a favor y 126 en contra la reforma que transfiere el mando de la Guardia Nacional al ejército. Con esta decisión, el cuerpo policial quedará bajo la jurisdicción de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), permitiendo que los 140 mil elementos de la Guardia Nacional participen más activamente en tareas de seguridad pública y puedan realizar labores de investigación en coordinación con el Ministerio Público.
La iniciativa será ahora discutida en el Senado y, de ser aprobada, será enviada a los Congresos Estatales para su ratificación.
Durante la sesión, que concluyó a las 3:30 de la madrugada, el debate se centró en las implicaciones de la militarización de la seguridad pública. Diputados de la oposición manifestaron su desacuerdo con la reforma. Partidos como el PAN, MC y PRI criticaron la medida, considerando que otorga excesivo poder a las fuerzas armadas en temas de seguridad. En el calor del debate, se mostraron mantas con mensajes como "No a la militarización" y "Guardia Nacional, fracaso nacional".
Los defensores de la iniciativa, principalmente del partido mayoritario, sostuvieron que la Guardia Nacional ha sido solicitada en múltiples ocasiones por gobernadores y presidentes municipales de diversos partidos para enfrentar problemas de seguridad. Diputados a favor de la reforma señalaron que la medida fortalecerá la lucha contra la delincuencia.
A pesar de los desacuerdos y los momentos de tensión, el líder de la bancada mayoritaria pidió elevar el nivel del debate, buscando mesura en la discusión. La sesión, marcada por gritos e insultos, concluyó con la aprobación de la reforma.
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