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A diez años de distancia de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, se desvanecen las probabilidades de encontrarlos con vida


Celso Castro Castro

A pesar que la “verdad histórica” se desmoronó con las nuevas líneas de investigación que han surgido por parte de expertos independientes, la realidad es que a diez años de distancia no se ha logrado esclarecer el paradero de los 43 estudiantes de la escuela normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa y se desvanecen las probabilidades de encontrarlos con vida.

Este jueves 26 de septiembre se conmemora el décimo aniversario de su desaparición, pero a pesar que hay nuevos hallazgos en lo que se ha calificado como la peor tragedia ocurrida en Guerrero, lo cierto es que sigue siendo un misterio lo que pasó esa noche y donde están los jóvenes, pues desde el 2014 fue como si se los hubiera tragado la tierra.

Para poder entender este sombrío episodio, es necesario retroceder en el tiempo y regresar aquella fecha, cuando un grupo de estudiantes partió de la escuela rural, ubicada en el municipio de Tixtla, para viajar a la ciudad de Iguala, presuntamente para secuestrar autobuses de pasajeros y utilizarlos para asistir a la conmemoración de la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre en la Ciudad de México.

Aunque existen otras hipótesis por parte del gobierno federal, siendo presidente Enrique Peña Nieto, la entonces Procuraduría General de la República en su informe que rindió sobre la “verdad histórica”, fue que entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, los cinco autobuses en los que transportaban los normalistas se vieron involucrados en una serie de hechos violentos.

Pero la versión que se defendió fue que los estudiantes pretendían hacer un acto de protesta en el informe que en esos momentos rendía la presidenta del DIF-Municipal, María de los Ángeles Pineda, esposa del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, razón por la cual, se supuso, los policías comenzaron a perseguir a los autobuses y fue como se involucraron en su detención, tal y como se confirmó con las cámaras de vigilancia.

Sin embargo, en las investigaciones se pudo corroborar que hubo colusión de autoridades locales con el grupo delictivo Guerreros Unidos, a estos últimos se les responsabiliza de trasladar en camionetas a los normalistas hasta el río de Cocula, lugar en donde supuestamente los incineraron y en bolsas de plástico los lanzaron a ese afluente.

El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) al realizar sus propias investigaciones, expuso diversas hipótesis sobre los ataques contra los estudiantes, desde un intento por reprimir la acción de protesta de la normal de Ayotzinapa, hasta la posibilidad de que uno de los autobuses fuera utilizado para transportar estupefacientes, y este es un elemento central de las investigaciones, pues de ahí habría surgido la orden de no dejar avanzar a ninguna de las cinco unidades.

Incluso, hay coincidencias con el informe de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa, que encabeza el subsecretario de Derechos Humanos y encargado del caso, Alejandro Encinas, en el que, se concluyó que en la muerte y desaparición de los estudiantes hubo una colusión entre autoridades federales, estatales y municipales con el grupo delictivo Guerreros Unidos.

Las pruebas son concluyentes, los policías municipales de Iguala con el apoyo de fuerzas estatales y militares, lograron cerrarles el paso atacándolos a balazos a los normalistas para impedir que salieran de la ciudad con los autobuses, con el propósito de poder recuperar los estupefacientes que supuestamente iban en el compartimiento de carga de uno de los camiones en los que se transportaban.

Además, se hace alusión a que la extrema violencia ejercida por los sicarios de "Guerreros Unidos" contra los normalistas de Ayotzinapa se debió a que los jóvenes habrían sido “confundidos” como integrantes de "Los Rojos", otro grupo delictivo con el que, según versión de las autoridades, disputan el territorio y el trasiego de droga.

De acuerdo a las líneas de investigación y que obra dentro de las pruebas que se han presentado, al menos cinco normalistas fueron disueltos en ácido, seis jóvenes más permanecieron vivos aislados en una bodega solo tres días después del 26 de septiembre y otro grupo indeterminado fue trasladado a la zona minera del Cinturón de Oro del río Balsas para desaparecerlos.

Cabe destacar que en el último informe del mes de julio de 2023, se reveló que miembro de la Marina Armada de México jugaron un factor clave en la creación de la llamada “verdad histórica”, según el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), quienes también denunciaron que la Secretaría de la Defensa Nacional no ha entregado información relevante para conocer el paradero de los normalistas.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en una de sus conferencias matutinas señaló que se publicará en canales y páginas oficiales el informe completo, con los últimos avances de la investigación, presentado el año pasado el 8 de julio a madres y padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Mantuvo su compromiso de no permitir la impunidad y que su premisa es llegar a la verdad, aunque deslindó al personal del Ejército Mexicano de que haya participado en la desaparición de los 43 jóvenes, pese a las versiones que se han manejado a lo largo del trabajo de campo realizado por autoridades, expertos forenses y peritos.

Por otro lado, hasta el momento se han hallado e identificaron a tres jóvenes estudiantes: Joshivani Guerrero de la Cruz, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre y Alexander Mora Venancio, a través de estudios de partes óseas localizadas en diversos puntos de Cocula.

Por ejemplo, el 15 de junio del año pasado, el laboratorio de genética de la Universidad de Innsbruck, en Austria, dio a conocer que los restos óseos hallados en la barranca de La Carnicería, a 800 metros del basurero de Cocula, correspondían al normalista Jhosivani Guerrero.

En el mismo punto fue encontrado el hueso de Christian Rodríguez Telumbre. En julio de 2020, la Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que sus restos habían sido identificados también por la Universidad de Innsbruck.

En el mes de diciembre de 2014, la PGR indicó que un pedazo de muela y de hueso, localizados en el Río San Juan, correspondían Alexander Mora Venancio. Sus restos eran tan pequeños que quedaron destruidos cuando se hizo en análisis forense en Innsbruck.

Hasta ahora los familiares se niegan a reconocerlos sin vida y han insistido en que no se detendrán hasta dar con su paradero, por eso continúan con sus protestas con el apoyo de los mismos normalistas, estos últimos, incluso, han radicalizado sus acciones quemando vehículos, vandalizando edificios públicos y al mismo Congreso de Guerrero, sin aceptar que hay grandes probabilidades de que los jóvenes hayan muerto.

A esto hay que sumar que actualmente se encuentran divididos, todavez que hay padres de familia que siguen a Felipe de la Cruz y otro está con el abogado Vidulfo Rosales, a pesar que el presidente López Obrador les expresó que no confiaba en éste último y  prácticamente lo excluyó del caso, que sigue sin llegar a la verdad.


xxx Editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Comunicólogo, especializado en periodismo político www.facebook.com/trasfondoinformativo, Youtube@JulioZenonFlores, Twitter@trasfondoin, e mal: zenon71@hotmail, Whatsapp 7441054888

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