Por Julio Zenón Flores
Los excandidatos
de la coalición Fuerza y Corazón por México (PAN, PRI, PRD) y de Movimiento
Ciudadano (MC), Carlos Jacobo Granda Castro y Yoshio Iván Ávila González,
respectivamente fueron víctimas de sus propios errores.
La sala
regional de la CDMX, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) ordenó al instituto Electoral de Participación Ciudadana (IEPC.GRO) la
revocación de sus registros como candidatos, en la sesión pública del sábado 25
de mayo, a una semana de las elecciones y, ahora, mientras preparan su impugnación para
llevar el caso a la máxima instancias que es la sala superior, donde saben que
tienen muy escasas posibilidades de recuperarlos, pretenden culpar a Abelina
López Rodríguez, como si ella fuera todopoderosa, al grado de que pueda
controlar al TEPJF, al cual no puede controlar ni el presidente Andrés Manuel
López Obrador.
Se entiende
que esa postura, de culpar a Abelina de los errores que ellos mismos
cometieron, es para salvar la cara por lo menos ante sus simpatizantes, la
gente que les dio su confianza y su dinero para la campaña, sin imaginarse que
iban a esta debacle…de la cual ya estaban advertidos ambos ex candidatos, pues
ni ellos son tan ignorantes del ABC de las leyes electorales, ni están solos en
la toma de sus decisiones, pues ambos cuentan con un importante y bien
capacitado equipo de asesores jurídicos.
En realidad,
ellos sabían lo que se venía, pero hicieron campaña como si no pasara nada,
como el niño que roba una golosina y espera que nadie lo haya visto, o el
jugador de futbol infantil que sabe que rebasa la edad, pero mete una ficha falsa,
confiando que el árbitro no se dé cuenta del cachirul.
Y es que en
Morena, de la cual ellos formaban parte hasta el momento mismo de que se
registraron como candidatos de los partidos opositores, fue evidente desde el
primer momento, que Mario Delgado Carrillo, presidente del partido, aunque ya
tenía los resultados en la mesa de la encuesta que le daba la victoria a
Abelina López Rodríguez, esperó hasta el último momento para informarlos
oficialmente y registrar a la ahora candidata, precisamente para no dar tiempo
a los “judas” que ya se sabía que se irían a registrar por otros partidos, al ser
derrotados en el proceso interno de Morena y que en los partidos de enfrente ya
los estaban esperando.
Ni Granda ni
Yoshio pudieron esperar a que venciera el término y, sin renunciar a Morena, se
inscribieron para participar en otros partidos, incurriendo en la figura de “simultaneidad”,
que según los magistrados implica falta de equidad en el proceso de selección,
y por eso fueron descalificados.
Ahora, se
dan golpes de pecho y culpan a Abelina, como si ella les hubiera dicho que se
registraran en otro partido sin renunciar antes a Morena; y aseguran que los
impugnó porque les tuvo miedo. La realidad es que ella tenía que impugnar, quisiera
o no, porque es parte interesada, es decir, ella competía contra dos personas
que venían de su propio partido y que se sabía que estaban infringiendo la ley.
No impugnar hubiera implicado convertirse en cómplice de los violadores de la
ley. ¿No parece infantil que ahora se digan indignados porque los impugnó?
Por otra
parte, ambos personajes se han mostrado como los paladines de la transparencia y
la defensa de la legalidad, por lo cual hoy se debería esperar de ellos que
fueran autocríticos, que reconocieran sus errores y aceptaran sin aspavientos
lo que la ley en boca de los magistrados determina.
Sería más
digno de su parte aceptar que cometieron un error, y comenzar a pensar cómo
resarcir al partido al perder sus candidaturas y buscar salidas legales para
que los votos que pudieran haber conseguido no se pierdan en la nada, porque a
este momento, sus simpatizantes ya están pensando si se van con Piña, Ramiro o
Víctor.
Hacerse las
víctimas no les va a dar más votos, pues además de que ya no les sirven de nada,
la gente no es tonta y no va a desperdiciar ese sufragio, que quizás le sirva a
otros partidos pequeños para meter más regidores a la comuna de Acapulco, que
será encabezada por Abelina López Rodríguez.
Por su parte
la que aparece como futura ganadora, debería de estar ya haciendo un llamado a
los simpatizantes de los dos ex candidatos a unirse a sus filas, con la
seguridad de que no serán perseguidos y de que sus propias propuestas para
mejorar a Acapulco, serán tomadas en cuenta en su próximo gobierno.
Como ella
dijo en su última conferencia de prensa este sábado: Es hora de unidad.
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