(Una lectura de su evento del 2º informe de gobierno)
Por Julio Zenón
Flores
El segundo informe
de gobierno de la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez,
permitió verla en su verdadera dimensión actual: es un personaje político que
no se puede soslayar.
En lo político, cuenta
con el respaldo de los empresarios del puerto, de miles de habitantes de
colonias pobres y mantiene alianzas con diversas fuerzas políticas tanto del
congreso, como de las alcaldías de diversos municipios del estado, además de
ser un cuadro del equipo más cercano al excanciller Marcelo Ebrard.
En lo económico y
administrativo, sus cifras hablan de una recuperación recursos propios y
externos, gracias a una línea administrativa que priorizó limpiar el historial
crediticio municipal, al pagar pasivos al SAT, al Infonavit, al ISSSPEG, a la
banca, y a instancias del gobierno estatal y federal, lo que le ha permitido contar
con un 32D positivo y por ende calificar para nuevos recursos frescos o nuevas
deudas, pese a lo cual no se ha endeudado.
En materia de
servicios públicos ha habido importantes inversiones en agua potable y
saneamiento, así como en obras viales, en recolección de basura, con camiones
propios, en ordenamiento vial con adquisición de semáforos y en seguridad, con
más patrullas y de mejor calidad en las calles.
Se ve pues, robusta
políticamente y con avances importantes en lo que corresponde a la administración
municipal, lo cual sin embargo, no significa que pueda echar las campanas al
vuelo.
Por el contrario, sus
aliados políticos le han significado en contraparte alejamiento de otros
equipos, sin duda poderosos, que devienen en dificultades de todo tipo que le
obliga a tener que ir remando contra la corriente, limitando así los buenos
resultados que podría ofrecer si ampliara su gama de alianzas.
La presencia en su informe
del excanciller Marcelo Ebrard demostró que a nivel nacional es uno de los
principales cuadros del ebrardismo y que por ende llevaría mano en cualquier negociación
que Marcelo realice, ya sea dentro de Morena o con otros partidos políticos,
por lo cual, se puede decir que su carrera en cargos públicos continuará sin
mayor problema: Si se quedan en Morena, nadie podría atravesársele para que se
pudiera reelegir, si se van, nadie impediría que fuera legisladora federal, ya
sea en el Senado o en una diputación.
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