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• ¿Azótalos calor?

El voyerista
Por Alfredo Guzmán
Corría la Semana Santa del año 1978, fecha de mi llegada a Chilpancingo, deportado del Distrito Federal.
Ingresaba caminando al "Cardeña" hotel que aún se ubica en la esquina de Valerio Trujano y Zapata, cuando escucho que alguien grita "azótalos calor", busqué un motivo, pero no lo encontré, que me hizo suponer que era un religioso que anunciaba que se iba a acabar el mundo o algo parecido.
Me puse los lentes de investigador y supe en segundos que quien gritaba vendía agua de coco.                                                                                   Y siguió gritando su pregón. No lo entendí, pero luego deduje que era un slogan publicitario.
Chilpancingo es un valle donde antes corría el río Huacapa, con pozas donde se podía hasta nadar. Pero los madereros se acabaron la madera de las montañas que rodean la capital y el agua que llegaba a raudales, se fue acabando.
Otra fue, cuando se construyó la presa de Cerrito Rico que provocó que el agua que llegaba de Chichihualco y alrededores, se filtrara y fuera a salir allá por la Ciénega de Zumpango. También afectó que le pusieran cemento como piso y hoy sólo es un canal de desagüe a cielo abierto. Entre otras cosas.
Las autoridades municipales, estatales y federales, siempre han buscado encontrar solución a la carencia de agua en la capital y han optado por trasladarla desde Omiltemi, Acahuizotla y Mochitlán. Y han resuelto en parte la demanda.
El médico Gustavo Alarcón, aspirante a edil de Chilpancingo, quien en sus años juveniles, piloteaba avionetas, como hobby me platicó que una forma de resolver los problemas de agua en la capital, era construir grandes recipientes que acaparen agua en tiempos de lluvias y usarla en tiempos de secas.
Esto sería en las partes altas de los cerros. Y seguiría bajando por gravedad, cuando fuera necesaria.
La idea es para su estudio y la creo positiva.
Pero quienes mandan, no hacen nada. Prefieren que se tire, en tiempos de lluvia.
Por ejemplo la inteligente, estratégica, eficiente, impoluta, visionaria y gran gestora de cosas sin importancia, no sabe qué hacer. Pero sí hay circo, que es su especialidad, aunque no haya pan.
Sin decir agua va, anunció sin ser su obra, pues es federal, la destrucción del vivero de Chilpancingo, para convertirlo en recinto ferial moderno, pero que destruyó 40 o más árboles longevos y sigue tan campante, sin hablar ni reclamar.
La crisis actual del Huacapa por su contaminación, no es de ahora, pero ahora no se hace nada por paliar que la ola de calor incontenible, convierta aquello y sus alrededores en cámara de gases, fétidos y promotora de enfermedades a granel.
Y seguimos sin agua.
La eficiencia de su gestión, la hace suponer que puede reelegirse, si no al menos avanzar por ser Senadora y regresar como gobernadora. Aunque no haya ya quien convierta a quienes no tienen oficio ni beneficio en servidores públicos.
Otra que sueña igual, es Abelina López Rodríguez, edil de Acapulco, quien tiene junto con Norma Otilia convertidas sus zonas de influencia por accidente, en matadero de ciudadanos y quema de instalaciones de uso público, sin freno.
El tema es gestión, eficiencia, conocimiento, proyectos, ideas, pero como no hay dinero a nivel federal, ni capacidad de bajar recursos internacionales, para el rescate de zonas depredadas por la contaminación, hoy están ocupadas en campañas ajenas, pues del resultado será su beneficio.
"Azótalas calor".

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