Celestino Cesáreo Guzmán
En política, la ingenuidad no cabe.
El pasado domingo 12 de marzo, uno de los aspirantes a Presidente de la República, sostuvo en Guerrero encuentros con tintes proselitistas.
En el marco de la conmemoración del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, encabezó un evento masivo en el puerto de Acapulco, al celebrar una marcha-mitin en el zócalo, donde reafirmó su condición de aspirante de Morena a la Presidencia de la República.
Hoy por cierto trata de librarse del fuego amigo, ante la terrible tragedia que privó de la vida a 39 migrantes en Ciudad Juárez.
Durante esta gira del canciller por Acapulco, participaron algunos dirigentes y representantes populares del Partido de la Revolución Democrática.
A quienes militamos en el PRD, no nos enaltecen los devaneos de algunos compañeros del partido con otras fuerzas políticas, ni nos cae bien que muestren sin empacho sus conflictos de interés.
Por muy libres que son de acudir a esos eventos, hay situaciones en política que se ven mal.
Así como no hay dos cielos, se es leal o no se es. La lealtad y el respeto a los principios son valores irrenunciables.
Es mejor resistir la tentación que se les presenta desde Morena y el gobierno, quienes le han fallado al país y en especial a Guerrero. En el pecado llevaran la penitencia.
Quienes han decidido dar el salto, pues que lo hagan. No se acaba el mundo. Lo que no se puede es intentar nadar en dos aguas.
Los guerrerenses han refrendado un importante apoyo en los procesos electorales a las y los candidatos del PRD, lo que le ha dado al Sol Azteca una representación importante.
Mantener la unidad como partido nos hace fuertes, sobre todo si esta unidad es sin simulaciones, sin vacilaciones.
Ojalá que en la visita que hará a Guerrero el secretario Adán Augusto López Hernández, no se repita el episodio al que me refiero en este artículo.
Yo esperaría incluso que esa gira de proselitismo del tabasqueño se suspenda, porque en los momentos amargos que viven las familias de los migrantes fallecidos, es una falta de ética política que el responsable de la fallida operación de las cárceles (que no albergues) donde son retenidos los migrantes, se pasee con una ofensiva sonrisa como lo hizo apenas en el estado de Veracruz.
¿Qué nos puede esperar si eso son los personajes que pretenden gobernar al país? Nada bueno.
Pobres migrantes, pobres de nosotros, pobre México.
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