Por Julio Zenón Flores Salgado
Al
fin, la Marina Armada de México, fue hecha a un lado de la Secretaría de
Seguridad Pública de Acapulco, en un reconocimiento tácito a su rotundo fracaso
en las actividades policiacas, por parte de todos los niveles de gobierno, inmiscuidos
en la construcción de la paz en este puerto.
Y
es que no se le puede pedir peras al olmo. Ellos deben dedicarse a cuidar el
espacio marítimo, donde por cierto andan muy atrasados, pues su lanchas Defender
no alcanzan la velocidad de navegación con los nudos necesarios para capturar a
las naves colombianas, tanto submarinos y anfibios, como lanzas con motores
fuera de borda, que se encargan a traer a las costas de Guerrero, sus
cargamentos de droga. Ahí es donde deben dar resultados. En tierra son un
desastre. Su único acierto, si se le puede llamar así, es el asesinato de
Beltrán, en Cuernavaca y eso, según se dice en el bajo mundo, gracias a la
traición que cometió uno de los lugartenientes del capo, que tenía bajo control
Acapulco, y que hoy es testigo protegido de la DEA.
Apenas
ayer, Guerrero se colocó en tercer lugar de los estados con mayor número de
asesinatos, superado por el estado de México y Veracruz, que ocuparon el
primero y segundo sitios de esa lista negra, respectivamente. El país registró
89 homicidios este domingo, de ellos 9 fueron e Guerrero y Acapulco aportó la
mayor cantidad: 8 de los nueve de todo el estado. Las cifras son realmente
alarmantes, se imponía, como lo dijimos en nuestro artículo anterior, un golpe
de timón, mismo que afortunadamente fue propinado por la alcaldesa Abelina
López Rodríguez.
De
acuerdo con los datos disponibles, la actual administración municipal recibió
al puerto en el lugar 19 de los municipios con mayor percepción de inseguridad
y al nombrar al frente al capitán de Fragata Maximiliano Serrano Pérez, se
llegó al lugar noveno y en los meses en que él estuvo al frente aumentó los niveles
de inseguridad llevando a Acapulco al Quinto lugar.
Ese
capitán fue despedido luego del escándalo provocado por la desaparición de dos
infantes de Marina, que hasta la fecha no aparecen, a quienes él envió en
comisión fuera del estado, de manera ilegal, supuestamente a escoltar a un
Senador de la República, en la Ciudad de México y quienes, se supo después, por
un reportaje de Carlos Loret, habían estado acompañados de un individuo apodado
el Gerry, a quien se señalaba de ser operador financiero de un cartel Norte del
País.
Con
datos del penúltimo trimestre y ante los malos resultados del capitán de la
Marina, lo echaron y a su salida, se hizo cargo de la SSP de Acapulco el también
Capitán de Fragata, Adrián Olivas Franco, quien ni tardo ni perezoso declaró
que no iba a arriesgar a sus elementos uniformados en algunas actividades de
protección, aunque después aclaró en corto a Trasfondo informativo que se
refería a acciones insensatas del director de Vía Pública, quien sin estrategia
alguna estaba provocando pleitos con grupos de comerciantes en distintos mercados
de la ciudad.
Al
llegar los resultados de las mediciones de diciembre del 2022 en cuanto a
inseguridad, la alcaldesa observó que Acapulco empeoró en su situación de
inseguridad, subiendo 5 punto porcentuales, mientras la entidad descendía,
incluyendo la ciudad de Chilpancingo, que también es considerada un foco de
violencia a nivel nacional.
Como
lo dijimos antes aquí, el fracaso del último capitán de la Marina que estuvo al
frente de la seguridad pública de Acapulco, no fue sino el corolario del
fracaso de todos los capitanes que desde hace diez años han tenido a su cargo
la seguridad de los porteños.
Derivado
de todo eso, del fracaso tras fracaso de los marineros, el terreno de la
seguridad pública, ahora la presidenta municipal Abelina López, deposita su
confianza en un militar con maestría en seguridad pública. Si el currículum del
maestro Luis Enrique Vázquez Rodríguez es correcto, entonces seguramente dará
buenos resultados.
Por
lo demás, la Marina está en retirada a nivel nacional de los temas de seguridad
pública, por sus malos resultados. Por ejemplo, su participación en la captura
de Ovidio Guzmán en Sinaloa, fue completamente marginal, sus tropas que había
aportado a la Guardia Nacional, están regresando a las zonas navales y los que
quedan ya no participan en los operativos. Todo indica que algo no muy bueno
está pasando con la Marina.
En
cambio, el papel del Ejército se ha vuelto más activo y exitoso. Estuvieron a
cargo, por ejemplo, de la captura de Ovidio Guzmán, de los familiares del “Mencho”
y de una serie de objetivos de primer nivel de los capos de la droga en México,
como si de pronto, los estén dejando, al fin, operar con todo lo que tienen de
inteligencia, para frenar a los carteles.
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