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EL PODER PARA HUMILLAR


MIRADA INTERIOR
 
 
POR: Isaías Alanís
 
 
Al cierre de este año, la locura futbolera no ha empañado el cristal con que se mira el acontecer del mundo. En Argentina es fiesta pese a la devaluación que padecen los argentinos. En el mundo, guerras cruentas y destructivas por el poder económico regional en una zona estratégica para los imperios que se han reunido para hacer valer su derecho al control. Una asonada demencial con un costo de vidas y de ganancias cuantiosas para los productores de armas. ¿Cuánto cuesta un misil, un helicóptero artillado, un barco, un avión, el equipo táctico de los soldados de tierra y la infraestructura digital de los atacantes y defensores de una guerra y la reconstrucción de los estados masacrados, tierras, aguas, bosques y la semilla de la juventud enterrada bajo toneladas de hormigón producto de bombas que se desvían a propósito y dan en el blanco de edificios habitacionales, escuelas, hospitales?
 
Y en otro planeta, el de la pobreza, ¿cuantos millones de seres humanos sobreviven con lo elemental en la tierra? Y las migraciones que datan de hace milenios, continúan pese a la negativa de algunos países de recibir, no solo a los que huyen de las guerras, si no a los que buscan una vida digna. A esta pandemia promovida desde las esferas del poder no hay respuesta en los países expulsores y contenedores de su avance.
Lo mismo acontece con golpes de estado, elecciones robadas, poder militar y narco político, violencia racial y sexual, en un mundo donde desde el poder se humilla al pueblo, a la democracia y a los intentos por romper esa cadena oprobiosa para los seres humanos que emana desde los centros económicos, cacicazgos de la oligarquía que se ha plantado desde hace años en cada pueblo, región, estado y que gobierna con total desprecio por la gente de sus respectivos pueblos y han forjado un engranaje de poder entre ellos para mantener el control y manejar la política del desprecio. Tufo que sale de las cloacas de la iglesia, de los industriales prepotentes y altaneros, de gobernantes sumisos y cómplices de sus medidas, de narco políticos y grupos de la delincuencia que han sentado sus reales en diversos países y causan violencia, muerte y destrucción amparados por jueces y magistrados corruptos. Y aparatos de justicia vendidos para su beneficio, los mismo para gobernantes que han entregado la riqueza de su patria y practican la humillación para sus gobernados como un principio antiético que se ha convertido en ley en países latinoamericanos. El caso de Perú es una muestra. La misma casta de poderosos han gobernado esa nación bajo la premisa del garrote y la sangre. A esta bola de matreros les cuida las espaldas los intereses norteamericanos y españoles.
 
En paralelo, el cambio climático, la destrucción de selvas como la amazónica, el desprecio por la naturaleza, es el eslabón que una vez roto su poderosa máquina en la tierra no podrá parar si los seres humanos y los gobiernos no lo hacen. La utilización de energías limpias, reacondicionar el modelo económico para ya no depender del petróleo y cambiar los automotores a la energía eléctrica de recarga o de baterías de litio.
Las emanaciones de gases son la principal fuente que envía CO2 a la atmósfera, esa placenta planetaria que se está deteriorando cada vez más y con mayor velocidad y que apunta a la aniquilación de la vida en la tierra. ¿Qué hacen los guerreros del mundo para evitarlo? Nada, los consorcios que manejan la industria bélica, automotriz y del petróleo y sus derivados, siguen agujerando la tierra y la capa de ozono con tal de llenar sus arcas con millonarias ganancias. Su desprecio ante la vida es diabólico para usar una palabra que a muchos ya no les dice nada pero que en términos tomista, es incuestionable.
 
¿Que viene para el planeta tierra por la despiadada y salvaje guerra contra su mecanismo renovativo y constructor de vida? Lo saben los expertos que callan, los militantes que denuncian y las oligarquías del dinero que persisten en destruirla utilizando en sus industrias toda clase de agentes dañinos y contaminando cuerpos de agua, ríos, mares.
 
En México los ríos más importantes están contaminados. Las industrias extractivas, químicas, tiran a los vertederos naturales o directo a los ríos la muerte en forma de agentes nocivos pera la salud y el medio ambiente. ¿Quién los detiene? Es tal el desprecio por la naturaleza y la vida humana que las fábricas hasta la fecha, a sabiendas de que son perniciosas, amparados por cómplices gubernamentales escupen sus agentes contaminantes sin tratamiento como en otros países. El desprecio por los seres humanos es brutal.
 
Con el mismo rasero se mide a un gobierno que haga intentos por cambiar el estatus quo. El reciente caso de Perú, es mas que obvio como los EEUU en coordinación con las oligarquías que explotan Perú desde el siglo xix, mantienen ese desprecio por un país milenario dueño de una cultura aun desconocida.
En nombre de sus intereses asesinan, meten en prisión al presidente electo, familiares, colaboradores y de pilón se hacen llamar "defensores de la democracia". La gente que avala estos hechos atroces, no solo del Perú si no de América latina, ¿Están ciegos y de paso desconocen una pizca de la historia latinoamericana de los últimos cien años? El gobierno pudo estar equivocado, les compete a los peruanos  enderezarlo y no a los EEUU.
 
Al gobierno mexicano, los Claudio X Gonzáles de Perú, lo han acusado de injerencista por intentarle darle asilo político al depuesto gobernante electo en las urnas y hacer valer la Doctrina Estrada en la defensa del derecho a la auto determinación de los pueblos. Parece aberrante que algunos mexicanos y medios de comunicación avalados en la doctrina del desprecio por el otro, acrediten este acto que amenaza la democracia de un pueblo milenario. ¿Por qué no acusan de invasor y de practicar un neocolonialismo rudo al gobierno de los Estados Unidos que tiene metidas las uñas en Perú y América latina, empezando por México, ese patio trasero, del vecino imperialista y criminal de guerra del mundo? México vivió una de las peores etapas con la "modernización salinista", que los benefició y depredó la riqueza de la nación, un ejemplo de este desprecio por el pueblo, fue prohibir la nixtamalización del maíz en las tortillerías de México para beneficiar a su familia política dueña de Maseca. O Martha Sahagún lavando impuestos desde la Lotería Nacional a todos los grandes empresarios mexicanos y extranjeros y evadir miles de millones de dólares que le correspondían a México. Dos tersos ejemplos de cómo esta incrustación del poder empresarial, los verdaderos tiranos de México, en fechas recientes han levantado la voz ante las reformas económicas del actual régimen, chuecas o derechas pero son un intento como tantos que se han llevado a cabo en América Latina para enderezar la barca hundida en el fango de la corrupción, la compra de la ley y abonar a la justicia social tan necesaria en México.
 
Espero que en esta última Mirada del 2022, se abran las páginas de los ojos y nos permita ver con claridad la realidad de América Latina y México. Se vienen meses días tal vez un par de años en que la violencia se recrudecerá hasta alcanzar el punto de ebullición. La pugna de los cárteles y los gobiernos que los han protegido desde hace decenas de años, toca a rebato. La otra, la que viene de los centros de poder, eclesial, político y empresarial es la mas peligrosa. Si es cierto que durante los festejos navideños son para hacer un cambio en la forma de ver y entender el mundo a corazón abierto, no creo que se logre crear una atmósfera que no sea mercantilista, banal, de confrontación y aparente polarización social. Hago votos porque la humillación y el desprecio por el otro, desaparezcan de la escena humana -aunque lo veo muy difícil- y abrir los ojos a un nuevo y viejo año. Y saludar a los lectores de la MIRADA INTERIOR que cierra los párpados por unos días, y que se abrirán en enero del 2023. Pásenla súper, mucha salud y un abrazo de letras.
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