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El INE bajo asedio

El INE bajo asedio

Celestino Cesáreo Guzmán
 
Como un moderno Frankestein, Morena se vuelca en contra del Instituto Nacional Electoral (INE), organismo que ha sido vigilante y garante de la seguidilla de triunfos electorales que ha logrado en años recientes este partido.
 
Morena y sus aliados, son como el personaje en la novela de la escritora inglesa Mary Shelley: una mezcla amorfa de caudillismo-sumisión, fanatismo, hambre de poder vestido de buenos propósitos, irrespeto a la ley, prácticas clientelares potenciadas (hay quien en privado, en Morena, acepta que las mañas priistas, en la Cuarta Transformación han sido reeditadas y mejoradas).
 
El INE ha resistido estos años, un intenso asedio por parte del presidente López Obrador, la dirigencia nacional de Morena. 

Sin embargo, en la parte final del gobierno federal, se prepara un asalto para desmantelarlo y redefinir las reglas de cómo se integran sus consejeros, a través de una propuesta de reforma electoral que será sometida a votación en las semanas siguientes.
 
El INE es resultado de un largo proceso en la que han participado todos los partidos políticos, entre sus resultados más notables es haber conducido las tres grandes alternancias en la Presidencia de la República: PRI-PAN, PAN-PRI, así como la elección de 2018, en la que el PRI le entregó el poder a Morena.
 
Además, ha garantizado procesos de alternancia locales en los gobiernos de los estados, congresos locales y municipios a través de los OPLES, organismos electorales locales que desaparecerían de aprobarse las reformas.
 
Dicen los que saben, que en tiempos calientes (procesos electorales), no se deben impulsar reformas complejas, por la alta carga de intereses que significa la lucha por el poder. 

Pero al Presidente y a los morenistas no les importa, pues su estrategia siempre ha sido dividir al país para mantener la narrativa épica que dosifica a sus seguidores.
 
El debate ya está en la agenda de discusión, y creo que pese a los riesgos que supone entrar en él, hay aspectos que quiero señalar.
 
Que el sistema electoral mexicano es perfectible, sin duda. 
 
Que el actual INE ha cometido omisiones, ni como negarlo. Como lo demuestran la impunidad que rodeó a las elecciones del Estado de México y Coahuila.
 
Que debe regularse el sistema de financiamiento de las campañas para que no llegue dinero ilegal, es urgente. 
 
Ampliar y regular sus facultades sobre fiscalización, es necesario, deben ajustarse salarios y burocracia, y más. 
 
Pero de ahí a querer eliminar la autonomía del INE, es grave, lo que busca la reforma electoral es, en los hechos, que el gobierno tome control del INE. Y eso no lo podemos permitir. 
 
Incluso el Presidente y Morena quieren nombrar a consejeros afines, tener control de las casillas, contar los votos, calificar la elección y el control sobre la cédula de identificación de los mexicanos: su credencial para votar en manos del gobierno. 

¿Será confiable una identificación hecha por el gobierno? para todos los efectos legales que tiene. 
 
En la práctica, la reforma atenta contra la intimidad de la casilla electoral. 
 
Vulnerar el sistema electoral construido en 30 años, es un atentado a la democracia. 
 
Es regresar a los años donde Cárdenas, Maquío y Rosario Ibarra de Piedra unieron fuerzas contra el gobierno que hacía fraude en las elecciones. 
 
El sufragio efectivo maderista está en riesgo. 
 
Lo correcto es que el INE se perfeccione y se fortalezca. 
 
El INE está en peligro, es de demócratas defenderlo.
 
El INE debe ser libre, autónomo sin dueño.


xxx Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Comunicólogo, maestrante en ciencia política y, diplomado en MKT digital www.facebook.com/trasfondoinformativo, zenon71@hotmail y por canal 11 de cable USAtelecom

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