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Abelina, corregir el rumbo


Por Julio Zenón Flores Salgado
La agenda pública de la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, muestra que no le han pasado inadvertidas las críticas a su desempeño y, por consecuencia, busca ya construir una nueva etapa en su ruta, para gobernar.
Determinar si decidió el golpe de timón como resultado del entendimiento de que su entorno no era como lo imaginaba en campaña o si lo hizo simplemente porque agotó la primera etapa de su administración, consistente en tener una base estable de ingresos, es difícil, pero es claro que tanto para Acapulco como para su propia carrera política, es mejor esta faceta que la anterior.
Y es que la anterior, metida en los jaloneos propios de asumir el control junto con los aliados y el pago de favores, la expuso a fuertes golpeteos en tanto la ciudad mostró las heridas de un escenario de guerra, propiciado por años de administración de las carencias; pero en la actualidad parece más empeñada en atender los problemas prioritarios que cualquier consultor político le habría sugerido desde el principio, que tienen que ver con los servicios públicos y que fueron aprovechados como su auténtico talón de Aquiles.
El cambio que llevó a cabo en Capama le permitió tomar las riendas para una mejor atención a las grandes fugas de agua y conseguir más control operativo. La inversión para bachear y el apoyo a las fuerzas policíacas municipales son vitales y se estaban dejando en segundo plano.
La obra pública en colonias es otro renglón retomado en esta nueva etapa, así como la atención de la zona poniente, que hace mucho ninguna autoridad volteaba a ver.
El jalón de orejas en el área de Finanzas y de la recaudación, donde detectó un boquete de corrupción, con la advertencia no sólo de despidos, sino de tomar medidas legales contra los responsables, le dio una bocanada de aire fresco. Aunque en esa área pesan acusaciones de nepotismo, lo real es que nadie gobierna si no controla el dinero, y hacerlo requiere de un equipo de mucha confianza.
El broche de esta nueva etapa es la reunión con la presidenta del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública federal, lo que apunta a corregir la estrategia de prevención del delito, el flanco débil de la mayoría de los municipios de México. Es un cierre que llama la atención.
La Abelina López Rodríguez de ahora no es todavía la solución a los añejos problemas de Acapulco, pero sí nos permite ver el futuro con más optimismo.
Ojalá que continúe por esta nueva ruta, que eso traiga mejor política y mejores servicios para la ciudad.
Un tema pendiente, sin embargo, parece ser el DIF, donde se actuó sin la suficiente sensibilidad con los despidos a rajatabla de humildes trabajadoras. Es ahí donde se impone un nuevo golpe de timón, para que vuelva a ser la cara amable del gobierno municipal.

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