Por Julio Zenón Flores Salgado
La realización de dos bloqueos de las más importantes vías
de comunicación de Acapulco, la salida del puerto hacia la CDMX en el horario
en que la mayoría de visitantes salían de sus hoteles para regresar a sus
lugares de origen y en la avenida Escénica, que une al viejo puerto con la zona
Diamante (que es otra vía terrestre de salida a la CDMX) y al aeropuerto, con
el argumento de exigir la búsqueda de personas desaparecidas, parece demostrar
que esa forma de protesta se ha generalizado.
Los bloqueos hacían presión para que se buscara a un anciano
de más de 90 años y a un luchador exótico de las comunidades de la diversidad
sexual y eso generó comentarios en el sentido de que no debiera recurrirse a
afectar a terceros con tanta ligereza.
Claro que, la obligación de las autoridades es buscar en las
primeras horas a los desaparecidos y más vale equivocarse y encontrarlo
extraviado, dormido o con la novia o el novio, antes que dar tiempo a los
criminales a que, en los casos en que se trate una privación ilegal de la
libertad, puedan sacarlo de la zona o hasta del estado para nunca más
encontrarle.
Sin embargo, siempre debiera entenderse que el bloqueo de
vialidades es una medida extrema que no debiera tomarse más que cuando se tenga
algo de certeza de que la persona que no aparece corre peligro, con el objeto
de no necesariamente afectar a la comunidad por algo que en algunos casos
resulte falsa alarma, como ocurrió cuando los familiares de un joven detenido
al encontrarlo con dos adultos que tenían órdenes de aprehensión por delitos
relacionados con el narcotráfico y que sólo después de que bloquearon horas la
salida a México se enteraron que estaba detenido por la propia Fiscalía que les
decía que lo iba a buscar.
El problema del exceso de bloqueos, lastima a los acapulqueños
y, a final de cuentas, le va a pegar al turismo, pues por lo general los
realizan en fin de semana, cuando el visitante llega o se va después de vacacionar
en las cálidas playas de Acapulco y, hay que decirlo, pegarle al turismo es
como darse un tiro en el pie, o golpearnos a nosotros mismos en el bolsillo,
pues esa es la fuente de ingresos, directa o indirecta, de las familias
acapulqueñas y ya se puede uno imaginar la publicidad de boca en boca que hará
del puerto quien pase horas atorado en la carretera por los bloqueos.
Esa situación, ver el bloqueo como la primera medida de
presión que se le ocurre a la gente para que se busque a sus desaparecidos,
tiene su origen en la ineficiencia e incapacidad de la Fiscalía General del
Estado (FGE) para dar resultados, para hacer su trabajo de investigación,
acumulando día con día desaparecidos y desaparecidas, sin que la titular de esa
dependencia la teniente coronel Sandra Luz Valdovinos, de una en ese terreno y
por el contrario se exhiba cada vez más su incompetencia, ante el silencio
cómplice de los diputados que la propusieron y que la pueden sustituir ante los
nulos resultados.
El congreso de Guerrero parece proteger a la Fiscal militar,
con el argumento de la autonomía de poderes, pero no parece reparar en que la
ineficiencia de ese personaje se está convirtiendo minuto a minuto en un
problema político, que pude conducir a la gobernabilidad.
Esto es así, porque la gente que se manifiesta ya no pide la
presencia de la Fiscal, ni le exige que haga su trabajo investigativo para
frenar la impunidad con que ocurren ese y otros delitos, sino que se lo pide a
la gobernadora del Estado, Evelyn Salgado Pineda, a quien le tienen más
confianza y con una sola participación demostró que se puede dar resultados,
cuando se trabaja como se debe.
Cierto que la extraordinaria participación de la gobernadora
en el caso de la jovencita Yoselin, movió a todo el aparato en la búsqueda y la
acción se coronó con el éxito al rescatarla con vida y devolverla a su familia,
pero ¿por qué la Fiscal tiene que esperar hasta que la Gobernadora interviene
para hacer su trabajo? ¿Porqué la Fiscal no actúa siempre como actuó cuando la
gobernadora le puso el ejemplo de la rapidez con que se tienen que hacer las
cosas y dando la caro a los familiares de la víctima?
La conclusión es muy clara, si Guerrero tiene una Fiscal que
tiene que esperar a que la gobernadora le ponga el ejemplo, o si la mandataria
estatal tiene que estar dando la cara con cada desaparecido o con cada delito
que se cometa, entonces esa Fiscal no hace falta. ¿Para que se quiere a una
Fiscal que no hace nada hasta que la gobernadora la mueve? Eso no resuelve
problemas, eso crea más problemas en una entidad de por sí emproblemada, por
cientos de temas que la titular del poder ejecutivo tiene que atender y delegar
en la gente que sí da resultados.
El problema es que la militar que dirige la FGE parece
sentirse por encima del poder político de la Gobernadora y quiere manejar las
cosas a sus tiempos, con la velocidad de una tortuga reumática, y según circuló
en redes sociales, a pesar de sentirse enferma o con problemas de salud,
prefiere solicitar un permiso, de tres meses según una publicación de redes
sociales, pero a una instancia del gobierno federal y no al Congreso local, que
es quien la designó, en un petulante desaire de quien parece muy contenta de
que la gobernadora le haga la chamba.
Su falta de entendimiento, de que su ineptitud le causa
conflictos al gobierno del estado, mismo que pueden derivar en problemas de
ingobernabilidad, le está llevando a la terquedad de mantenerse en el cargo,
aunque no de resultados y defendiendo su autonomía, mientras los casos de
desapariciones de personas y los bloqueos, justificados o no crecen y crecen.
Tal vez sea hora de que la gobernadora Evelyn Salgado,
guardando el respeto debido de las formas constitucionales, solicite al
congreso que se analice el tema y se resuelva en consecuencia y al gobierno
federal le haga saber la necesidad de que si le envían a alguien que sea
alguien competente y empático, dispuesto a trabajar en coordinación, en la mesa
de coordinación para la construcción de la paz, que encabeza la mandataria
estatal.
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