Por Julio Zenón Flores Salgado
El Tianguis Turístico es la actividad
más importante de este sector, por lo que reúne a empresarios, hoteleros,
agentes de viajes, operadores y medios especializados de la industria, no sólo
de México, sino de todo el mundo; este año se celebra a partir del próximo domingo
22 de mayo, la edición 46 en Acapulco, Guerrero.
Desde su inicio en 1975 en Acapulco,
Guerrero, es el encuentro más representativo para comercializar la oferta
turística en México, deja una derrama económica de cientos de millones de pesos
para el puerto guerrerense, que alterna la anfitrionía cada año, a partir del
2011, en que el presidente mexicano Felipe Caderón Hinojosa, se lo arrebató a
su creador, el destino turístico acapulqueño, como parte de una venganza
política.
A partir del domingo tendremos en Acapulco
a casi 2 mil participantes, de 65 países, entre expositores del producto hasta
compradores turísticos, que realizan conversaciones de 15 minutos cada uno,
para cerrar negocios que permitirán que la industria hotelera nacional cuente
con ventas ya establecidas y no vivir de la incertidumbre diaria y los vaivenes
de los viajeros.
La anfitrionía es sumamente importante
porque estar en determinado lugar puede ser fundamental para algunos
compradores, sobre todo los tradicionales, que siguen siendo los seniors que
toman las decisiones en los consorcios, a partir de actividades presenciales,
es decir, de lo que pueden ver, tocar y contar, aunque cada vez más está
ganando terreno en el sector la influencia de los milenials, que prefieren
hacer negocios en la Red, desde sus cómodas oficinas e incluso desde los sofás
de las salas de estar en sus mansiones y eso en poco tiempo hará que el famoso
Tianguis Turístico de México, que se
sigue peleando para que se realice únicamente en Acapulco, donde nació, pierda peso
en el terreno de los negocios.
Es esta última circunstancia la que
puede mitigar el daño que de otro modo sufriría Acapulco al recibir a los más
importantes compradores del producto turístico en las peores condiciones de su
historia.
Con una alcaldesa que no ha comenzado a gobernar,
sino que se ha dedicado a andar de rijosa amenazando a todo mundo que discrepe
de ella, los servicios que son vitales no solo para el confort de los lugareños
y visitantes, sino para la vida misma, viven su nivel más bajo de la historia: la
principal avenida turística del puerto, la costera Miguel Alemán, llena de
baches, olorosa a aguas negras, mal iluminada, sucia e insegura, con policías
viales corruptos al acecho de los vacacionistas, sin espacio para estacionarse,
pues los cajones se los han apropiado personajes que los rentan a quien los
quiera rentar, con las zonas verdes del camellón en el descuido, es el rostro
de lo que pasa en toda la ciudad, sin olvidar el desorden vial que también
registra la otra costera, el bulevar de Las Naciones, en el Acapulco Diamante.
Lo que antes se criticaba, que los
participantes eran acaparados por dos o tres hoteles privilegiados que les
ofrecían todo, como en boutique, es ahora una fortaleza, ya que si, como en
Tianguis anteriores, se llevan a cabo recorridos a los sitios tradicionales,
los compradores de destinos solo verán basura, mala iluminación y un doloroso decaimiento
de lo que fue la gloria del turismo mexicano, de donde las principales marcas
han salido huyendo por diferentes motivos.
En este contexto, es altamente loable el
esfuerzo realizado por la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y su secretario de
turismo, Santos Ramírez Cuevas (que por cierto ya superó la novatada de Mérida)
por crear las mejores condiciones para recibir a esos compradores y promotores
turísticos, de los cuales dependen muchos millones de pesos que dan de comer a
las familias de los acapulqueños.
Desafortunadamente el gobierno del
estado tendría que haber establecido en Acapulco una especie de gobierno
paralelo, que sí esté atento a los problemas sociales y de imagen del puerto,
para suplir las deficiencias del otro gobierno, del electo constitucionalmente que
al parecer, pensando positivamente, no sabe por dónde empezar, para atraer cada
vez más visitantes e inversionistas para renovar la oferta del ramo en este
decadente destino.
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