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LA REVOCACIÓN DE MANDATO, UN PASO A LA MODERNIDAD POLÍTICA DE MÉXICO


Por Julio Zenón Flores Salgado

 

El domingo 10 de abril tenemos que ir a votar en la consulta sobre la revocación de mandato para decidir si el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, debe dejar su cargo por haber perdido la confianza de la mayoría de los ciudadanos o si, por el contrario, puede mantenerse en su cargo hasta terminar su periodo de seis años por el cual fue electo y que concluye en el año 2024.

Las posturas entre quienes creen que es necesario ir y participar y aquellos que creen que no se debe de acudir a las urnas, se han radicalizado y han colocado a ambos bandos en el polo opuesto de lo que antes defendían: los conservadores que siempre llamaban a las urnas ahora emiten estruendosos llamados a desairar la votación, a dejar las urnas vacías, mientras que aquellos que en su momento decían que las elecciones eran un fraude y que lo mejor era no participar en esos procesos de la burguesía, llaman desesperados a hacerse oír en ese ejercicio de consulta.

¿Por qué la revocación de mandato causa tanto revuelo, si fue un tema recurrente de los partidos progresistas durante mucho tiempo y si gobiernos de buena parte del mundo lo asumen como normal y ordinario?

Quizás solamente nos falta un poco de perspectiva global, para entender que es el momento de acudir y de fortalecer esa herramienta de la democracia participativa, que acudir a la urna no es necesariamente para avalar al presidente Andrés Manuel, sino para consolidar un mecanismo que igual que puede ahora servir, aunque de muy poco pues ya se sabe que el presidente actual goza de buen prestigio entre los votantes, en adelante, para que aquellos malos gobernantes que pierden la confianza ciudadana, se puedan hacer renunciar antes de que pasen los seis años para los que fueron electos.

Hay que perder el miedo a la democracia participativa. Hasta en los Estados Unidos, país considerado como imperialista, existe el mecanismo.

Basta recordar que el pasado 14 de septiembre el gobernador demócrata del estado de California, Gavin Newsom, fue sometido a revocación (recall en inglés), quien sobrevivió al contar con el 64% de los votos.

Según la prensa norteamericana, el intento en California de destituir al gobernador demócrata Gavin Newsom fracasó, lo que permitió que el gobernador permanezca en el cargo hasta al menos 2023.

La votación de ese martes puso fin a una campaña contra Newsom que comenzó antes de que la pandemia de coronavirus se apoderara de EE. UU.

El tema como se vivió en California fue muy interesante, pues los electores obligaron a la consulta porque no les gustó que el gobernante demócrata ordenara vacunación obligatoria al personal de salud, escolar y de gobierno y que los estudiantes usaran cubrebocas, medida que su contrincante principal, un popular presentador de noticias republicano, ofreció derogar al primer día de su mandato, si se lograba revocar el mandato a Newsom.

Sin embargo, se escribió en un excelente análisis de los hechos, los días previos se vivieron con inquietud porque el antecedente más próximo de un proceso así tuvo como resultado la salida en 2003 del Gobernador Gray Davis y su reemplazo por el actor Arnold Schwarzenegger.

Ahí se recuerda que la figura es viejísima en Estados Unidos. El recall apareció en la Corte General de la Massachusetts Bay Colony en 1631. Se dice que Estados Unidos recibió la influencia democrática de Suiza. En ese país se había introducido la figura de revocación de mandato en varios de sus cantones.

Por su parte los grandes revolucionarios de su época, Lenin y Gramsci plantearon la importancia de contar con el derecho de quitar funcionarios, así como se tiene el derecho de ponerlos. Tal vez el tener mecanismos institucionales para sustituir dirigentes disminuya la posibilidad de revoluciones violentas.

El desarrollo de esta institución ha sido lento pero constante, escribe un analista. “Desde la década de los 80 su aparición ha acompañado el surgimiento de nuevos regímenes democráticos. Actualmente solo son cinco los países en los que todas las autoridades electas pueden ser revocados de manera directa (Bolivia, Cuba, Ecuador, Venezuela y Taiwán). Sin embargo, a nivel local esa figura tiene mayor protagonismo (algo de lo que México puede aprender)”.

En ese sentido, en el Reino Unido y varios países anglosajones tienen bien instituido el non confidence vote contra parlamentarios. Son varios los alcaldes de ciudades importantes los reemplazados en diversas partes del mundo: Nagoya, Japón en 2011; el alcalde de Duisburg, Alemania en 2011; la alcaldesa de Lima, Perú en 2013; y la alcaldesa Varsovia, Polonia en 2013.

Tal vez en México el temor sea porque es una iniciativa que surgió del propio partido gobernante, Morena, en un momento en que el presidente de ese partido aparece muy fuerte electoralmente, pero esa visión no analiza que las condiciones en la tarima política pueden cambiar muy rápidamente, por algunas coyunturas o circunstancias especiales.

Un ejemplo fue el intento de Rajoy, en España, quien se sentía muy popular y adelantó la consulta sobre su mandato, con la seguridad de ganar y terminó siendo echado del gobierno, pues a la hora de la verdad la percepción de la gente de su gobierno cambió, después de que estallara un explosivo en una estación del metro, lo cual modificó el mapa político y lo hizo perder.

La oposición a López Obrador debería de acudir a las urnas y hacer notar su presencia, ya que se sabe que algunas medidas implantadas por el presidente han sido mal recibidas en algunos sectores de la población, no tanto como para hacer perder al presidente o hacerlo que se vaya, pero sí para hacerle notar que no toda la población lo avala y eso le pueda hacer reflexionar sobre sus políticas.

 
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Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Periodista, escritor y profesor universitario. Diplomado en MKT digital www.facebook.com/trasfondoinformativo, zenon71@hotmail y por canal 11 de cable USAtelecom

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