Por Julio Zenón Flores Salgado*
En política todo es percepción y cada acción o actividad de
los personajes políticamente expuestos (PPE) lleva siempre implícito un
mensaje, a veces verbal y a veces no verbal, es decir, el gesto, la forma de
vestir, la mirada, el lugar, la compañía, dan información al receptor, a veces
es voluntario, cuando el PPE maneja su comunicación política, a veces de manera
involuntaria, e incluso a veces, contradice lo que se quiso exponer.
El caso de la fotografía de Ricardo Taja Ramírez, dos veces
ex candidato a presidente municipal de Acapulco, por el PRI y sus aliados,
junto al informador Carlos Loret de Mola, hoy por hoy el enemigo público número
uno del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador y de sus
millones de simpatizantes, por supuesto que envía un claro mensaje a los
acapulqueños, su nicho de acción.
El primer mensaje parece bastante claro: no tiene planes de
acercarse a Morena, como se ha insinuado en algunos medios de comunicación locales,
pues si los tuviera no se exhibiría públicamente con el personaje que más a
golpeado a la familia presidencial, figura máxima del morenismo nacional.
Si ese no fuera el mensaje que se quiso mandar con la
fotografía, sería una muestra de que Taja Ramírez no maneja adecuadamente su
comunicación política y en todo caso sería un error que le costaría muy caro en
su futuro político.
Y es que Ricardo Taja es un PPE que se mueve solo y tiene un
importante capital político (al margen de lo económico o tal vez gracias a eso)
propio, que le ha permitido ser bien visto en muchos sectores sociales acapulqueños
y lo ha convertido en una pieza ambicionada por los partidos políticos para las
campañas electorales, lo cual le ha dado cierta libertad para elegir sus
momentos y sus espacios de participación.
Hasta ahora su nicho natural ha sido el PRI, a pesar de que
él no comparte del todo las prácticas y la ideología priista y de que se ha
dicho o sentido traicionado en más de una ocasión por la estructura tricolor,
lo cual le ha dado ya una identidad ante la población. Digamos que su carrera
política, más allá de si está afiliado o no, ya está ligada al PRI y por ende,
si se va a otro partido parecería que el tricolor está perdiendo un buen cuadro
y le impactaría negativamente.
Esa situación, la ha aprovechado Ricardo Taja para intentar
al interior de ese partido jugar un papel más determinante, al grado de buscar
la dirigencia estatal del tricolor, un espacio que no está a su alcance, pues en
la realidad no es un priista consolidado, ni su participación en Acapulco le
alcanza para competir estatalmente; sin embargo, presiona con el fantasma de su
salida y participación electoral por otro partido.
Los mensajes, a veces claros a veces no, han ido en el
sentido de que podría irse a Morena, a MC, al PT o al PVEM, con la idea de que
a través de alguno de esos institutos sea nuevamente candidato a alcalde y esta
vez la gane (la tercera es la vendida, dice el adagio popular), pero si nos
atenemos a los hechos recientes, concluimos dos cosas:
1.- Morena está descartado para él y
2.- MC se consolida como su opción más viable, lo cual se
apuntala con dos movimientos estratégicos ya dados, a) la incorporación de su
aliado Genaro Vázquez Flores (aunque éste jure y perjure que no es avanzada
tajista) y la acotación al brother Ramiro Solorio Almazán, ex dirigente
municipal, removido a petición de Ivonne Ortega, contacto de Taja con Dante
Delgado, principal figura dirigente de MC.
El tema de la fotografía no solo es la condicionante del
punto número 1 señalado arriba, sino que también le restará puntos en la
población acapulqueña pues a pesar de la mala imagen morenista generada por el
lamentable papel de la alcalde Abelina López Rodríguez, la figura presidencial
y su familia, son casi veneradas en Acapulco, por lo cual todo el repudio que
se tenga por Loret, al ser el atacante principal de AMLO, se traslada
automáticamente a Taja. Taja es ahora visto como enemigo de López Obrador.
En ese sentido, la ecuación tejida desde sus asesores
políticos puede tener un resultado falso positivo para Ricardo al haber
expuesto su prestigio y con ello su capital político, en esa fotografía de
marras, lo cual tendrá un enorme costo a la hora electoral, ya que la apuesta
está centrada en él como figura pública.
De esa manera, la imagen se convirtió en un misil que en
primer lugar impacta en Morena y sus efectos se esparcen al propio Taja ¿Era
ese el Target o se desvió de las coordenadas originales?
Hasta dónde va impactar y cuál es el peso específico real de
Ricardo Taja, como PPE, sin el PRI, merece otro artículo que por ahora
dejaremos pendiente.
*JULIO ZENÓN FLORES SALGADO/Periodista, Whatsapp 7441365162)
xxx
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