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ALEJANDRO BRAVO ¿A LA DIRIGENCIA DEL PRI?



Por Julio Zenón Flores

 

Discretamente, como actuó los últimos seis años de su vida pública, el priista de origen petatleco Alejandro Bravo Abarca, se puso a recorrer las comunidades del estado de Guerrero, logrando un importante acercamiento con las bases del partido tricolor.

El recorrido que realiza Bravo Abarca es como un bálsamo para los militantes del tricolor, que se sienten adoloridos, no solo por los pasados resultados electorales que les llevaron a perder la elección de gobernador, sino por los conatos de división que se empezaron a vivir, cuando en vez de hacer una profunda autocrítica se comenzaron a lanzar ataques hacia personajes destacados y a buscar culpables, en vez de buscar soluciones.

Bravo Abarca hace bien llevar a cabo ese recorrido, por las comunidades grandes y pequeñas y en buscar tanto al humilde simpatizante de base de la montaña, como a los personajes representativos, pues en ambos polos se necesita tejer fino, para detener una posible diáspora tricolor y por el contrario, cerrar las filas y curar las heridas, que dejan siempre las elecciones con resultados adversos.

Sin duda sabe lo que hace y con ese trabajo sienta las bases que lo pueden llevar a convertirse en el dirigente estatal que el priismo necesita, sobre todo si aplica la estrategia de prudencia y discreción que le permitió hacerse cargo con mucho éxito durante seis años, de la jefatura de la oficina del gobernador, desde donde fue la mano derecha de Héctor Astudillo Flores, hasta hoy uno de los gobernantes mejor catalogados a nivel nacional hasta por la oposición y por la vara implacable del propio presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

Si como jefe de la oficina del gobernador Astudillo fue capaz de dar sustento a uno de los mejores gobiernos estatales del país, no hay duda de que podría dar al PRI de Guerrero el cauce que requiere para reposicionarse, más allá de hacerlo para un proceso electoral -en el 2024- en el que se jugarán casi todas las posiciones de representación popular, reconstruir los vasos comunicantes partidistas que le dieron confianza a los miembros de ese partido durante décadas.

Alejandro Bravo tuvo la cualidad, todo el tiempo que estuvo al frente de la oficina del gobernador, de no pelearse con nadie, siempre dialogó hasta con los dirigentes y corrientes tanto de su partido como de otros institutos políticos, y todos los vieron como una persona confiable, con visión estratégica para aterrizar los procesos de gobierno y con la sensibilidad suficiente para no lastimar a nadie.

Esa experiencia sin duda sería un gran capital para dirigir al PRI, en estos tiempos en que el partido gobernante es de otro color le apuesta al mayor debilitamiento tricolor, hasta su aniquilación, y por ende se vuelve esencia una mano unificadora que le devuelva su fortaleza, con una visión nueva y joven.

Veremos si los priistas lo entienden así y si se unifican en torno a él.

Nada está escrito aún.

   
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Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Comunicólogo y maestrante en ciencia política. Diplomado en MKT digital www.facebook.com/trasfondoinformativo, zenon71@hotmail y por canal 11 de cable USAtelecom

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1 Comentarios

  1. Que se abra a consulta a las bases la designación del próximo Pdte. CDE.

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