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Infantería de Marina


Dic/16/2021.



BAJO FUEGO



   

   José Antonio Rivera Rosales


   La presencia de los 300 hombres de la Infantería de Marina asignados por el presidente López Obrador al puerto de Acapulco para auxiliar contra la embestida de los grupos criminales que pugnan por tomar control de esta importante plaza turística, ya comenzó a ofrecer los primeros resultados.

   En principio debemos dejar en claro que resultó acertada la decisión de la alcaldesa Abelina López Rodríguez al designar como secretario de Seguridad Pública al capitán de corbeta Maximiliano Serrano Pérez, quien sorprendió a propios y extraños con  una serie de decisiones administrativas que permitieron sacudir esa contaminada dependencia a la que en los últimos años se le ha considerado parte del problema de la inseguridad, no de la solución.

   El caso es que en los últimos días descendió casi a cero la comisión de homicidios y atentados que venían ocurriendo en esta ciudad turística, situación que ha sido enfrentada con éxito por este mando enviado por la Armada de México, que ha sabido demostrar inventiva y entereza para enfrentar la situación, a pesar de que algunos  comenzaron a especular que  se trataba de una reactivación de los choques armados por parte de los grupos criminales que buscan quedarse con el control del destino.

   Recordemos que hasta hace todavía un mes sucedían asesinatos de choferes de transporte público y de civiles en la vía pública, incendio de unidades motrices y de locales de semifijos, así como amenazas a algunos establecimientos céntricos. 

    La versión apuntaba a que grupos foráneos trataban de apropvechar el hueco dejado por grupos locales venidos a menos, para apoderarse del mercado extorsivo así como de la venta de droga al menudeo, que es el verdadero negocio para los traficantes –más que la compraventa por tonelada, que era la forma en que operaban los cárteles tradicionales de la droga como el grupo de Joaquín Guzmán Loera y los hermanos Beltrán Leyva-.

   Ese giro hacia el narcomenudeo ocurrió en 2004, cuando al cartel dominante se percató de que el narcomenudeo se traducía en verdad en verdaderos ríos de oro para sus beneficiarios. Y fue cuando comenzaron los asesinatos en Acapulco.

   Una de las dependencias más contaminada por la nueva situación fue nada menos que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), algunos de cuyos manos medios se involucraron con la situación de corrupción creciente que modifició los usos y costumbres al interior de esa oficina encargada de la seguridad de los acapulqueños.

   Esa corrupción de nuevo cuño afectó el comportamiento de muchos uniformados que, por temor o comodidad, comenzaron a mirar hacia otro lado para evitar meterse en problemas.

   Cada vez que una nueva administración política llegaba al poder, siempre hubo ofrecimientos de que el puerto de Acapulco se pacificaría para tranquilidad de los habitantes. Pero eso nunca había sucedido, hasta ahora.

   Ante el Cabildo en pleno, el capitán Serrano Pérez dio cuenta de las decisiones tomadas al interior de la SSP, especialmente en lo que se refiere a movimientos de personal, a apoyos entregados, a la cobertura en materia de seguridad en lo relativo al bimestre octubre y noviembre, en una exposición clara que no dejó lugar para dudas ante los regidores que escuchaban con atención la alocución del mando.

   En esa comparecencia, Serrano Pérez ofrecio datos sobre las condiciones del perque vehícular –de por sí, muy raquítico-, sobre el personal operativo y administrativo, de los elementos que ya están en edad de retiro, de las detenciones y puestas a disposición así como las necesidades más apremiantes. 

   Pero también dejó en claro cuáles son las urgencias de equipo y pertrechos que los uniformados necesitan para cumplir con su misión.

   Por lo pronto, el patrullaje de los infantes de Marina se lleva a cabo de acuerdo con una estrategia trazada por el capitán de corbeta -rango equivalente al de mayor en el ejército de tierra-, que se programa de acuerdo con un mapeo geolincuencial para incidir en las áreas de mayor peligro y conflicto en este puerto.

   Serrano Pérez es un ingeniero en Ciencias Navales surgido de las filas de la Escuela Naval de Veracruz, donde se graduó como teniente. Después de cursos y especialidades ha ido ascendiendo en la escala jerárquica en una carrera meteórica, lo que habla de sus capacidades profesionales, que ahora están al servicio del municipio.

   Entre sus especialidades figura la de Mando Naval en la Escuela de Guerra Naval, obtenida apenas en 2018, lo que lo ha ha mantenido vigente en sus conocimientos de estrategia. 

   Antes efectuó satisfactoriamente el XXVII curso de Patrullas Interceptoras Nivel III para oficiales, impartido por el Centro de Instrucción Naval Operativa del Pacífico. Entre los reconocimientos más recientes figura el otorgado el año pasado por el Mando superior a su responsabilidad como Subjefe de la Sección Primera del Estado Mayor de la Fuerza de Tarea 2020, donde se reveló como un elementos con capacidades manifiestas para el mando y liderazgo de personal, lo que sin duda se ha visto reflejado en sus escasos dos meses al frente de la SSP.

   Con el mando concedido sobre los 300 infantes de Marina que el presidente López Obrador envió para el puerto de Acapulco, en auxilio de Abelina López, es de esperar que habrá una temporada de mayor tranquilidad para la población que se la vivía angustiada pensando en un posible mal encuentro.

   Toca ahora a la alcaldesa demostrar apoyo real a la labor de los jóvenes soldados encabezados por su jefe el capitán Serrano, para verdaderamenmte someter o eliminar a las bandas criminales que habían hecho de las suyas usando el miedo como arma para el sometimiento.

   Dependiendo de la respuesta oficial podremos ver hacia dónde avanza la seguridad del puerto y qué intereses deja al descubierto.

   Si las cosas se mantienen como hasta ahora, por fin el puerto de Acapulco podrá tener un respiro en su aspiración por condiciones apropiadas de trabajo y prosperidad. 

   Esperemos que las cosas evolucionen en ese sentido.















 

   

     

    

   

       


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