Por Julio Zenón Flores Salgado
Frente a los graves problemas que vive Acapulco, como la
falta de agua potable que se corta constantemente a la población cada vez con
un argumento distinto, el de la recolección de basura en donde no se ha podido
levantar la alerta sanitaria decretada por la Copriseg, dos días antes del
arribo de la presente administración municipal encabezada por Abelina López
Rodríguez, y la terrible inseguridad en que viven los acapulqueños y que deben
pagar cuota por casi cualquier actividad económica que se realice, la primera
acción más o menos elaborada por la autoridad municipal ha sido la solicitud de
un préstamo de 200 millones de pesos, del cual se ignora casi todo, a pesar de
que se ha ofrecido por parte de la alcaldesa trabajar con total transparencia.
La solicitud del préstamo se presentó al Cabildo desde antes
de entrar en funciones el actual, es decir, se quiso conseguir que fuera el Cabildo
anterior, encabezado entonces por la magistrada Adela Román Ocampo, iniciara el
trámite de autorización con los entonces regidores, cuestión que no se consiguió,
en esencia porque, según versiones de regidores de Morena de esa época, estaba
mal elaborada la solicitud.
Si desde entonces estaba mal elaborada, la alcaldesa debió
buscar la manera de resarcirlo, pero el problema es que la había redactado su
ahora secretario de Finanzas, Ángel Octavio Cisneros Flores, quien no había
tenido hasta esa fecha acceso a los documentos internos que le permitieran
conocer las corridas financieras reales, no las supuestas, porque una cosa es
el presupuesto anual y otra la real, sobre todo que una parte de los recursos
sobre los cuales se planea se obtienen de los ingresos propios, es decir, del
pago de impuestos y derechos, que la gente dejó de pagar o pagó a medias desde
que la actividad económica se redujo considerablemente por la pandemia de COVID-19,
por lo cual se tendría que reelaborar.
En la reelaboración ya no estaría solo el ahora secretario
de Finanzas municipal, sino que tendría que participar el secretario de
Planeación (Yair García Delgado, ciudadano de tiempo completo), pues es quien
hace la distribución formal y real del presupuesto, en base a los ingresos
reales, así como la síndica procuradora, una amiga muy cercana de la alcaldesa.
Aunque pareciera no haber problemas en la elaboración colectiva, sí había un
cambio sustancial, pues el primer borrador lo hizo solo el secretario con su
empresa RH Consultores, una empresa fundada por funcionarios del gobierno de
Evodio Velázquez Aguirre, que por cierto ha llevado a la penuria económica a
algunos de ellos.
El argumento esgrimido para obtener ese préstamo, más allá
de los asuntos formales que en algún momento se podrán solventar, pues de
acuerdo a la ex síndica y ahora diputada de Morena Leticia Castro Ortiz, es
algo del ámbito exclusivo de la comuna y solo se requiere que ellos -síndicos,
regidores y alcaldesa- se pongan de acuerdo, es la compra de vehículos para la
recolección de basura, pipas para repartir agua potable y otros vehículos de
carga, lo cual también generó una fuerte reacción de parte de los regidores de
la oposición al partido de la alcaldesa, que suman diez de los 20 regidores,
debido a que se les hace extraño que la suma de lo que se va a comprar sea exactamente
200 millones de pesos, y no cualquier otra cantidad.
Pero sobre todo, algo que impediría que los regidores, al
menos los de oposición (aunque seguramente también lo razonarán algunos de
Morena) es el hecho de que el acuerdo para la compra lleve ya al destinatario
de los 200 millones de pesos, es decir, el vendedor al que le harán la compra
de vehículos que sumará esa cantidad exacta, un supuesto proveedor del Estado
de México, sin que se haya realizado antes ningún concurso o licitación de
proveedores para garantizar la calidad y los mejores precios del mercado.
El tema se ha complicado, porque desde la ciudadanía se ha
empezado a señalar que los camiones que se comprarían, algunos de los cuales ya
están en Acapulco en calidad de comodato (entregados en préstamo gratuito), no
son nuevos (son pintados, dicen en redes sociales), no son los 45 mencionados
en la explicación oficial, sino 27 y tres de ellos ya se descompusieron a una
semana de que se pusieron en operación.
Junto a ello, el tema de los recursos para pagar el préstamo
al banco que se anime a prestar los 200 millones, se está complicando, pues la
alcaldesa había hablado de que usaría para ello lo que Adela Román y los
alcaldes anteriores pagaban en renta a las empresas que hacían la recolección
de la basura, y resulta que esa renta se pagaba de recursos propios, es decir
de lo que el propio ayuntamiento capta, que se han visto mermados por la
pandemia y, para colmo, si se buscara jalar alguna partida de las
ministraciones de recursos federales y estatales que llegan a la comuna, se
encontraron con el dilema de que el SAT está exigiendo ya el pago de 280
millones de pesos que se deben por impuestos no enterados por la anterior
administración, lo cual para Hacienda (recuerde que Hacienda nunca pierde) se
resuelve fácil, cobrando “a lo chino”, es decir, simplemente lo descontará de
las partidas quincenales que se entregan al ayuntamiento.
La realidad es que esos 200 millones de pesos solicitados en
préstamo por la alcaldesa Abelina López seguramente se obtendrán, pero serán los
200 millones de pesos más caros que se hayan conseguido por la comuna, no sólo
en el sentido económico y administrativo, sino en lo político, pues pondrá en
duda la habilidad del secretario de finanzas, la transparencia de la presidenta
municipal y pasará a afectar diversas áreas cuyos recursos se tomarán para
afrontar la deuda con el banco que los preste.
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