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MARIO MORENO EN LA DISYUNTIVA




*Del desplome de Aguirre a las acusaciones de traición en el PRI y el fracaso de la impugnación

Por Julio Zenón Flores Salgado

 

La postura del ex candidato a gobernador de Guerrero por la alianza PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, respecto a la resolución del Tribunal Electoral del Estado de Guerrero (TEE-Gro), en el sentido de que va a valorar, junto a los dirigentes de los partidos que lo postularon, si llevan  la impugnación  a la siguiente instancia, es decir, a la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), apunta hacia un proceso mucho más prudente y maduro de como tomó su derrota después de las elecciones del 6 de junio pasado.

La realidad es que en ese terreno queda muy poco por hacer.

Los números dan una ventaja muy amplia y consistente a la candidata de Morena, Evelyn Salgado Pineda, en particular por la ventaja que alcanzó en el municipio de Acapulco, a pesar de las muchas acusaciones en torno a irregularidades cometidas por ese partido para asegurar su victoria. Acusaciones, que como todos sabemos, quedaron en el plano de las especulaciones y la rumorología, pues ninguna de ellas se pudo probar consistentemente y eso fue lo que llevó al TEE-GRO a desechar la impugnación contra el triunfo de la hija de Félix Salgado.

Según todo indica, de las muchas irregularidades que se asegura por los cafés que se cometieron, los representantes de casilla no impugnaron ni presentaron los elementos necesarios en el momento en que se debía de aportar como prueba, con excepción del distrito 08, donde la candidata Gaby Bernal se tomó en serio lo de acopiar las pruebas necesarias y presentarlas ante la autoridad, por lo cual la verdad legal -y periodística- es solo una: ganó Evelyn Salgado Pineda y así lo avaló el Instituto Electoral de Participación Ciudadana (IEPC) que en su momento le extendió la constancia de mayoría y ahora el TEEGRO, que desechó la impugnación.

La primera reacción de depresión y luego de coraje ante los resultados, le llevó a cometer algunos desatinos que no son propios de su personalidad, pues se le conoce como un hombre moderado, prudente y de alto nivel de razonamiento.

Es de entender que estuviera molesto con los resultados, pues Morena hizo casi todo lo que estuvo a su alcance para perder, y el proceso electoral parecía encaminado hacia la descalificación de la candidatura de ese partido y que perdiera por “de fault”, dando así el triunfo a Moreno Arcos, que no requería ni siquiera atacar a su rival sino solamente llevársela de “muertito” y, al final no fue así, lo que le hizo al candidato del PRI-PRD reaccionar con ira y creerse versiones de algunos de sus compañeros de campaña de que desde ambos partidos “lo traicionaron”, sin realizar ningún ejercicio autocrítico acerca de la forma en que le manejaron la campaña, el alejamiento de algunos actores importantes a los que se menospreció y la entrega de las riendas a otros que fueron evidentemente sobrevalorados.

Lo primero que asoma, tras un análisis frío de los resultados, es el desplome del PRD, con la increiblemente baja cantidad de votos obtenidos desde el año 2000 en que comenzó su fugaz ascenso y, dentro del PRD, de la pérdida del mítico poder de Ángel Aguirre Rivero, quien perdió clara y contundentemente sus dos enclaves: Atoyac y Ometepec, donde se decía el Virrey y eso no necesariamente podría evaluarse como una traición del ometepequense a su propio partido o a su amigo el candidato Mario Moreno, a quién él impulsó desde el principio, sino a una verdadera catástrofe que le demolió sus fuerzas.

Si hay algo que demuestra esa pérdida real de poder del aguirrismo, es su incapacidad para meter al menos a un regidor en su natal Ometepec, mientras que el PRI, duplicó su presencia al ganar cuatro en vez de los dos regidores que había alcanzado en comicios anteriores, mientras que ahora no pudo colar ni siquiera al famoso “Pocho”, hombre de todas las confianzas del ex gobernador Aguirre, al grado de que se le conoció como el ministro sin cartera.

El ex mandatario perredista confiado en su poder lo puso en el número uno de la lista de regidores y al no conseguir los votos necesarios, el PRD se quedó sin ediles en ese emblemático municipio de la Costa Chica, el Bello Nido, donde su aliado el PRI, con Efrén Adame Montalbán al frente, ganó la presidencia municipal, sindicaturas y la mayoría de regidores.

Ese sólo hecho, el desplome del poder de Aguirre, seguramente propiciado por el efecto del tema de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, quitó uno de los dos pies que le pudo haber ayudado a ganar a Mario Moreno.

En tanto, al interior del PRI, también se cometieron errores garrafales, en el sentido de menospreciar a la estructura tricolor, al grado de que en Acapulco no se quería sumar y lo hizo hasta el último mes, hasta el hacer a un lado a ciertos personajes icónicos que se creyó que no estaban en su mejor momento y que no aportarían, sustituyéndolos con los alicaídos perredistas en desbandada. Tal vez por ejemplo el caso de Beatriz Vélez, en Chilpancingo, a quien no se permitió hacer uso de la palabra en un evento masivo en esa capital y que como reacción dejó el templete y ya no quiso ni acudir al cierre de campaña.

Este tipo de errores se repitieron en las demás regiones y sin embargo, el priismo no se amilanó le respondió a su candidato, a pesar de lo cual, Moreno Arcos lanzó un exabrupto atacando “a quienes habían llegado a colocar a sus hijos” en espacios de representación popular (léase: El gobernador Héctor Astudillo, el senador Manuel Añorve y el diputado federal René Juárez), sin caer en la cuenta, por cierto, que él mismo había hecho lo mismo con su hermano a quien también ayudaron, a pesar de que se había ido al PRD al lado de Aguirre, desde el 2015 y se le hizo funcionario y luego diputado del PRI.

Los errores cometidos con el PRI y la sobrevaloración del PRD, explicaría la imposibilidad de la alianza de aprovechar todos los errores y conflictos internos de Morena y ganar la elección, más que supuestas conspiraciones y traiciones internas y conjuras no comprobadas del gobierno federal para hacer ganar a Morena.

La resolución del TEEGRO es un buen momento para un ejercicio autocrítico y en vez de buscar culpables, cuidar la unidad de su partido, que finalmente no obtuvo tan malos resultados, de acuerdo con los números y posiciones obtenidas y, empezar a prepararse para el nuevo escenario con una gobernadora de otro partido, que necesitará de todos, para impulsar el desarrollo del estado.

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Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Periodista y escritor. Licenciado en ciencias de la comunicación, maestrante en Ciencia Política y diplomado en MKT digital; Columnista en La Jornada Guerrero, Enfoque informativo y en Redes del Sur. www.facebook.com/trasfondoinformativo, Escríbenos a zenon71@hotmail y suscríbete en el canal de youtube trasfondo informativo

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