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ABELINA LÓPEZ VS VICTOR AGUIRRE O JAVIER TAJA ¿Quién GANA?




Por JULIO ZENON FLORES SALGADO 

 La maestra en derecho penal y diputada federal Abelina López Rodríguez, es la virtual candidata a la presidencia municipal de Acapulco, por Morena y nadie duda que es una formidable contendiente, por sí misma, que suma a una marca de partido muy posicionada. 

Ante eso la oposición, PRI y PRD, está obligada a realizar un ejercicio profundo de valoración de la persona que habrá de contender con ella. 

Eso es la democracia, un estatus en el cual al menos haya dos o tres partidos que tengan similares condiciones de competir y acceder a los órganos de gobierno. 

Eso es lo que genera los equilibrios y los pesos y contrapesos, que obligan a que quien resulte electa o electo, actúe de manera incluyente y gobierne para todos, no solamente para quienes votaron por su partido. 

De ahí que si la oposición no presenta a su mejor carta le estará fallando no solamente a sus militantes que creen en la capacidad de los dirigentes que toman las decisiones, sino también al pueblo que ha votado, a veces por un partido, a veces por otro, para mantener la alternancia y la democracia a nivel municipal. 

De entrada, sabiéndose en desventaja, PRI y PRD tomaron la decisión de competir juntos para equilibrar fuerzas con Morena, que trae desde el 2018 una alta preferencia ciudadana. 

Esa alianza resulta algo muy sano para tener una competencia de nivel en vez de un proceso en el que la emisión del voto fuera mero trámite, cuando ya se sabe quien saldrá con el triunfo, antes de que se realicen los comicios. 

En condiciones adversas y de cierta equidad entre ellos PRI Y PRD pactaron acuerdos, pero nunca falta la tentación del agandalle, del abuso, de querer llevarse todo sin dar nada al aliado, pese a que eso ponga en riesgo la victoria. 

Eso es lo que asoma hoy en el PRI de Guerrero, la idea alevosa de llevarse todas las posiciones importantes, a pesar de que en la elección no fue el partido que más ayuntamientos ganó, sino el PRD, aunque a nivel de diputados locales si fue el tricolor quien obtuvo mayor número de curules. 

Da la impresión de que en el PRI no han entendido que necesitan los votos del PRD para ganar, no solo las presidencia municipales y curules sino la gubernatura. 

Se sabe, aunque no exista una publicación oficial al respecto, que la alianza fue acordada por los dos partidos de manera formal, pero que ésta fue trabajada previamente por los personajes políticamente preponderantes de cada lado: Ángel Aguirre Rivero, Celestino Cesáreo Guzmán y Evodio Velázquez, del lado perredista y René Juárez Cisneros, Manuel Añorve, Rubén Figueroa Alcocer y Héctor Astudillo Flores, del lado del PRI, y que ahí acordaron que la candidatura de gobernador sería para el PRI, aunque sin decir nombres aún y que en todo caso se medirían en encuestas. 

También acordaron que una vez definido al candidato a gobernador, el partido que no llevara esa candidatura llevaría la segunda en importancia, luego alternadamente la tercera, hasta la quinta posición. 

Le llamaron a eso "encorchetar" los cuatro municipios grandes: Acapulco, Chilpancingo, Zihuatanejo e Iguala, mientras que el resto de los municipios, así como los distritos locales serían para el partido de la alianza que los hubiera ganado en el 2018 o que, en su caso, demostrara tener más presencia en éstos. 

Ahora resulta que el PRI, que tiene ya al candidato a gobernador, Mario Moreno Arcos, quien por cierto contó con el amplio respaldo de Ángel Aguirre, que fue fundamental para que Evodio Velázquez, que estaba cerca en preferencias, no hiciera berrinche y se mantuviera en la alianza, quiere quedarse también con la segunda posición, es decir, con Acapulco, a través de la figura de Ricardo Taja Ramírez, un joven empresario sin duda altamente competitivo, que ha construido una fuerte estructura paralela a la del PRI y por lo cual no se somete fácilmente a las decisiones de la dirigencia tricolor. 

La fuerza de Taja Ramírez, que no es nada despreciable, por cierto, está haciendo dudar al PRI, en cumplir los acuerdos, pues sabe que los votos que éste atrae serán necesarios para abonar a cerrar la brecha que aún existe entre el candidato priista y el partido Morena. 

De hecho en el PRI se sabía que eso se venía y por eso se intentó hacer crecer artificialmente al hermano de Ricardo, a Javier Taja, para que, dado el caso de que Ricardo se fuera por otra vía, su hermano Javier le hiciera contrapeso al postularse por el tricolor. 

Hoy, sin embargo, Ricardo parece muy decidido a participar electoralmente en el PRI y poner toda su estructura a trabajar por Mario Moreno. 

El problema estriba en que ya hay un acuerdo previo, para que la posición de Acapulco sea para el PRD y que amparado en eso, un Víctor Aguirre Alcaide cauteloso al principio, ha echado toda la carne al asador con trabajo de territorio y de enlaces, alianzas y consensos tan fuerte que no puede ser ignorado. 

Aguirre Alcaide esperó pacientemente a que tanto las cabezas del PRI como las del PRD le dieran luz verde y hasta entonces se lanzó al ruedo con todo lo que tiene y vaya que tiene, porque no es solo un líder municipal, es también un de los dirigentes estatales del PRD que más peso tienen en las decisiones de ese partido. 

Hacer a un lado a Víctor Aguirre representa un alto riesgo para la alianza toda, porque su organización interna perredista tiene presencia en al menos media entidad y los liderazgos que lo apoyan tienen presencia real en algunas regiones que no se ganarían sin ellos, por ejemplo Costa Chica, donde la alianza no gana sin el apoyo de Ángel Aguirre, que a su vez respalda a Víctor Aguirre, o la Costa Grande, donde Atoyac, Coyuca y Tecpan, tienen alta presencia perredista, así como La Unión y Coahuayutla, donde los Reyes Torres son los que mandan, e incluso la montaña Baja, donde los Ortega y Alcaraz, perredistas, son fundamentales para ganar la región. 

Si bien la campaña de Mario Moreno Arcos ha tomado un buen cauce y ha aprovechado el vacío dejado por la cancelación del registro a su contrincante de Morena, aun no tiene la capacidad de navegar solo, sin el apoyo de una parte importante del perredismo que bajaría la guardia si no se nomina a Aguirre Alcaide en Acapulco. 

El registro de candidatos a las presidencias municipales de Guerrero se abrió ya el pasado domingo, y la alianza PRI y PRD no tiene mucho tiempo para tomar decisiones, sobre todo porque Morena ya tiene candidata y no es una perita en dulce. 

Abelina López tienen todas las posibilidades de ganar y solo unidos PRI y PRD le podrán dar batalla y arrancar a Morena los votos necesarios para catapultar a Mario Moreno. ¿Se arriesgarán los liderazgos partidistas a dejar a un lado a Aguirre Alcaide, que tiene la ventaja de ser una cuña del mismo palo, es decir de la izquierda que representa Abelina, para irse con la estructura paralela de Taja? O incluirán a Taja en un distrito federal, el 09 que tiene un candidato de paja del PRI, para cerrar eficazmente una negociación dura. 

Veremos, dijo el ciego.

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