Baldemar Gómez Roque
Chilpancingo, Gro., a 15 de noviembre de 2020.-Cumple cinco años del asesinato de Florián Reyes Rafaela, un hecho que quedo marcado de la lucha por la regularización de la colonia Nueva Revolución en Chilpancingo, antorchistas de pueblos y colonias de Guerrero, que hoy continúan exigiendo justicia y castigo a los culpables del crimen. Al momento su crimen político que sigue impune, ante el desdén de las autoridades correspondientes, como la Fiscalía General del Estado (FGE).
A cinco años del artero asesinato de Florián Reyes Rafaela, ocurrido en el marco de la lucha por la regularización de la colonia Nueva Revolución en Chilpancingo, antorchistas de pueblos y colonias de Guerrero continúan exigiendo justicia y castigo a los culpables del crimen, a todas luces político.
Sus restos descansan en la comunidad La Dicha, municipio de Cuautepec que pertenece a la región Costa Chica, mientras su familia y compañeros de lucha continúan exigiendo organizadamente, la regularización del asentamiento humano ubicado al sur poniente de la capital del Estado.
Con la finalidad de frenar un desalojo y darles certidumbre jurídica, Florián Reyes se puso a la cabeza de sus vecinos y en el año 2012 solicitó el respaldo del Movimiento Antorchista, que tras analizar el caso y cerciorarse que un grupo de colonos humildes fue defraudado con adquisición de sus terrenos, determinó defenderlos e iniciar una lucha conjunta para regularizar los predios en los que asentaron sus viviendas, logrando evitar el atropello.
Y es que, los herederos de la dueña reclamaron el predio como suyo y desconocieron la venta de sus antecesores. La Secretaría General de Gobierno a cargo de Florencio Salazar Adame tomó el asunto en sus manos e inició la investigación del problema, que mantiene en zozobra a colonos muy humildes que están en espera de la regularización de sus terrenos y de recuperar la otrora tranquilidad.
A cinco años del conflicto que ya cobró una vida, las amenazas de muerte y la exigencia de celeridad al proceso de regularización, continúan en la colonia Nueva Revolución, donde se con
Nace liderazgo de Florián Reyes. Hace aproximadamente 14 años y con la esperanza de forjar un patrimonio, familias de escasos recursos económicos adquirieron mediante el pago en abonos, terrenos en la colonia Nueva Revolución, donde a base de mucho esfuerzo edificaron sus casas. Al paso del tiempo la dueña de los terrenos falleció y los herederos reclamaron el predio como suyo, desconociendo mañosamente la venta de su antecesora y empezando las amenazas de muerte y de desalojo, cada vez más frecuentes.
En su afán de evitar tal atropello, Florián Reyes Rafaela, se pone al frente de sus vecinos, logrando detener el desalojo, naciendo así el líder, que valientemente buscó hasta su último aliento, la tranquilidad y certidumbre patrimonial de sus hermanos de lucha.
Cabe recordar que los hechos: un 4 de noviembre, a las 8:30 horas de la noche y luego de infinidad de amenazas, un grupo de aproximadamente ocho personas fuertemente armadas, encañonó y sacó de su domicilio ubicado en la colonia Nueva Revolución, al líder Florián Reyes Rafaela, destacado activista del Movimiento Antorchista Guerrerense, a quien se llevaron con rumbo desconocido.
Un día después, la mañana del 5 de noviembre, los medios de comunicación informaban del hallazgo de una persona sin vida cerca de la presa del Cerrito Rico, en las inmediaciones del fraccionamiento SUSPEG, al norte de Chilpancingo y se intensificaban los rumores de que la víctima era, efectivamente, Florián Reyes, de 51 años de edad.
Se trata de un crimen político al darse en el marco de la lucha por la regularización de la colonia Nueva Revolución y por su filiación al Movimiento Antorchista.
En noviembre de 2020, en el marco de su 5º aniversario luctuoso, los fraccionadores que defraudaron a las familias necesitadas de un lote para edificar sus humildes viviendas, continúan moviéndose a su antojo y evadiendo la acción de la justicia. El proceso de regularización de la colonia, avanza lentamente; el hostigamiento y amenazas continúan; el crimen aún no se esclarece; los asesinos materiales e intelectuales siguen sin castigo y la exigencia de justicia persiste.
El cobarde asesinato, en lugar de amilanar, avivó la lucha por la regularización de la colonia Nueva Revolución y al frente, en primera línea, están todos los colonos y familiares de Florián Reyes, que continúan exigiendo esclarecer el crimen y agilizar el proceso de regularización de este asentamiento humano, que avanza a cuentagotas, para que cesen los conflictos que ya cobraron una vida y se restablezca la tan anhelada tranquilidad.
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