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Zapata 21 • El informante


Octavio Augusto Navarrete Gorjón

A la memoria de don Pepe Ascencio

   La suerte está echada, dentro de algunas semanas comenzará, en Estados Unidos y México, la cacería de personajes políticos de primer nivel vinculados a la operación Rápido y Furioso, que introdujo miles de armas a México y con las que se han asesinado a 7 de cada diez que mueren por homicidio.
   En México la opinión pública conoce desde hace mucho tiempo la mala fama pública de los empresarios y políticos vinculados al crimen organizado.  No serán noticias las que pronto escucharemos en todos los noticiarios, tan sólo una confirmación de lo bajo que cayó el ejercicio de la política en el país y la cantidad de gente involucrada.  El macro proceso tendrá mayores repercusiones en Estados Unidos.  Desde hace mucho tiempo México ha puesto los prisioneros, los cómplices y los muertos, mientras en el país vecino nunca cae un capo grande ni sus cómplices en el gobierno o el mundo empresarial.  Los grandes cargamentos de substancias ilícitas provenientes de México, una vez cruzada la frontera se difuminan en un mar de pequeñas dosis que abastecen el mercado de  droga más grande del mundo. En la Unión Americana nunca se produce un decomiso grande de droga.
   La investigación llegará muy cerca de Barack Obama e implicará irremediablemente al candidato a la presidencia Joe Biden, que como vicepresidente fue el encargado de la operación Rápido y Furioso, también tocará a Hillary Clinton.  
   El tema no se trató en la reunión de los presidentes en la Casa Blanca, aunque sea parte esencial de la escenografía de un golpe contundente que lanzará a los cielos la alicaída campaña de Donald Trump.  La reunión provee el marco institucional en el que discurrirá el macro proceso.  La justicia estadounidense tiene datos muy importantes desde antes del juicio al Chapo Guzmán, pero fue en el juzgado que lleva la causa del capo donde se escuchó con claridad que Enrique Peña Nieta recibió 100 millones de dólares para su campaña presidencial de parte del capo y que – según dichos de La Barbie – el verdadero jefe del cártel de Sinaloa era Felipe Calderón y no El Chapo.  Calderón guardó silencio ante estos dichos y ante otro, ofrecido en el mismo juicio, que lo vincula como el principal sospechoso en el crimen del general brigadier Mario Arturo Acosta Chaparro.  Peña Nieto contrató un despacho de abogados que acudió al juzgado a solicitar se borrara de las actuaciones su vinculación con el financiamiento ilícito.  El ex presidente sabe que ese dicho es suficiente para vincularlo a proceso.  Su petición le fue negada por el juez, por lo que aquellas afirmaciones continúan firmes en el proceso y podrían ser los primeros datos a aclarar en un juicio que, por sus dimensiones y sus consecuencias, será más trascendente que el macro proceso llevado a cabo en Palermo contra la mafia siciliana.  
   ¿Quién es el informante que tuvo al tanto a la DEA y a la CIA de todo lo que hacían los cárteles mexicanos?  Un conocido nuestro: Mario Arturo Acosta Chaparro.  Egresado de la Escuela de las Américas en Fort Bragg, Carolina del Norte, comenzó a enviar información desde los tiempos de la guerra sucia.  Una vez concluida esa tarea y después de una fracasada temporada como jefe de seguridad en el estado de Veracruz, se vinculó primero al grupo de Rafael Caro Quintero, en la seguridad  del rancho El Búfalo, en el desierto de Chihuahua, donde había el más grande plantío de mariguana del mundo, propiedad de Alejandro Arévalo, hijo del general Juan Arévalo Gardoqui, secretario de la defensa de Miguel de la Madrid.  Cuando ocurre el desmantelamiento del rancho, Acosta Chaparro negoció tiempo para enviar a sus lugares de origen a los peones acasillados que trabajaban ahí (el 80 por ciento eran guerrerenses llevados con engaños).  El grupo de Caro Quintero (que después se transformaría en el cartel de los Arellano Félix) detectó al piloto mexiconorteamericano y agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar como el que localizó y denunció el rancho ante las autoridades gringas, que presionaron a las mexicanas para realizar la operación de desmantelamiento.  Hoy tenemos la sospecha que tal vez la información haya llegado desde otra fuente.
   Cinco años después, el nombre de Acosta Chaparro vuelve a aparecer como el artífice de las primeras narcofosas encontradas en Ciudad Juárez, producto de la inhumación clandestina de los enemigos de Amado Carrillo Fuentes, a cuyas órdenes estaba el famoso militar.  A partir de ahí comienza otra vez a enviar información a la DEA acerca de los cárteles mexicanos y se vincula con todos las bandas del crimen organizado.  Cuando ocurre la muerte de Amado Carrillo en un hospital de la ciudad de México, es Acosta Chaparro el encargado de ejecutar al grupo de cirujanos plásticos que intentaban cambiar la fisonomía del Señor de los Cielos.  Lo hizo al estilo de los capos de Chicago: los metió vivos a toneles que rellenó con concreto hidráulico, que fueron arrojados desde un camión Torton en las cercanías de Iguala.  Por la tarde noche le hizo una llamada a Carlos Ulises Acosta Viques, su viejo compañero de aventuras en la guerra sucia, procurador de Rubén Figueroa Figueroa, donde le anunciaba que le dejaría por ahí un recuerdo.  El tipo ya estaba loco y tenía muchas ganas de gritarle al mundo todas sus atrocidades.  
   El último encargo que tuvo en este tema la recibió del gobierno de Felipe Calderón, que le encomendó platicar con todos los capos importantes para disminuir la violencia criminal.  Se reunió con el Mayo, el Chapo, el Lazca y con otros jefes menores de la delincuencia.  Después de la reunión con El Lazca (Heriberto Lazcano Araujo, el Z3 o El Verdugo) rindió un informe que envió a Los Pinos junto con otras dos cartas en donde le explicaba a Felipe Calderón que había enviado la información a dos agencias norteamericanas (no las nombró, pero son la DEA y la CIA).  Tres años después y uno antes de que terminara el gobierno de Calderón, el general brigadier fue asesinado en una calle de la Ciudad de México.  
   Esa es una de las fuentes que dará a conocer pronto la fiscalía norteamericana.  Otras son los informes que envió Edgar Valdés Villarreal (La Barbie) que informaba desde antes de ser dueño de la plaza de Acapulco y durante su indisputado dominio de la actividad criminal en el puerto (2009-2012).  La Barbie reportaba a través de una tercera persona, es posible que en un tiempo este elemento haya sido el mismo Acosta Chaparro.  
   Los políticos mexicanos pensaron que nunca se sabrían sus atrocidades y ahora comenzará el desfile de implicados.  A Osorio Chong le dio el Covid 19 y tal vez aproveche para esconderse, varias de las cuentas que tiene congeladas la UIF son de él, por eso comenzó a hacer el trasiego de efectivo; ya le incautaron cinco millones y medio de billetes; dos en una ocasión y tres y medio en otra.  Manlio Fabio Beltrones salió antier a Cuba.  Tiene haya conocidos y es muy amigo de varios dirigentes cubanos, que le presentó su eterno jefe, Fernando Gutiérrez Barrios, que detuvo a Fidel Castro y lo dejó partir a su aventura revolucionaria en la isla.  Cuba no tiene tratado de extradición con Estados Unidos.  
  Los primeros cantos de La Barbie pronto serán parte de un inmenso coro de tanto político mexicano que quiere cooperar para aminorar su pena.  Genaro García Luna ya forma parte de los nininis cantores y Emilio Lozoya cooperará con la condición de que aminoren su pena; tiene grabaciones del caso Odebrecht que involucran a varios políticos pesados del peñato, incluido al presidente.  Eso ya lo sabemos, pronto sabremos la vinculación con los políticos gringos, esa será la gran noticia y lo que puede desplomar la campaña del partido demócrata.  

CORREO CHUAN
   El correo chuan trae noticias tristes y un neologismo: NININI (ni estudian, ni trabajan ni defienden a la patria).  En esto que quiso ser un artículo corto, dice el chuan que la cosa se pondrá dura (¡Loteria!), el macro proceso que comenzó con la extradición de El Chapo y la aprehensión de García Luna, promete ser el verdadero final del desmantelamiento del partido de Estado.  Desfilarán ante nuestros ojos aquellos políticos sobre los que siempre ha existido la sospecha de sus vínculos con los criminales y otros, esos sí, insospechables, de Estados Unidos.  
   La derecha mexicana cada día está más desesperada y hace esfuerzos por detener la marcha inexorable de la rueda de la historia; las siglas de sus organizaciones lo expresan sin lugar a dudas: la BOA y el FRENNA.  Ha llegado a tanto su exaltación que al parecer está vinculada al frustrado ataque a Omar García Harsfuch.  Uno de los 19 detenidos hasta hoy vinculado a proceso por el ataque es El Cachetes, miembro del equipo de Guardias Presidenciales de Felipe Calderón y uno de sus guardaespaldas hasta hace un año.  Confesó que la intención era secuestrar al jefe de seguridad ciudadana de la CDMX, llevarlo ese mismo día a Michoacán para tratar de chantajear al presidente López Obrador.  La operación abortó porque los que atravesaron la camioneta de tres toneladas y media no dejaron de disparar e hicieron imposible que de la suburban que se estacionó atrás del coche de Omar García bajaran los pistoleros que se encargarían de sacar de su vehículo al jefe de seguridad ciudadana.  Algunos de los implicados era la primera vez que participaban en un hecho delictivo ¿Cómo es posible que para una operación de esta envergadura el Cartel Jalisco Nueva Generación reclutara una semana antes a pistoleros bisoños? ¿No tienen personal con experiencia entre sus miembros? ¿Por qué llevarían al secuestrado a Michoacán y qué le pedirían a López Obrador a cambio de su libertad?  Muchas preguntas.  
   Desde un principio se sospechó que podría haber cierto vínculo, ya que se escogió precisamente un día viernes para operar el atentado.  Como sabemos, ese día es cuando aparecen las fakes news de la derecha.  El viernes pasado inventaron que AMLO habría viajado con una diputada de Nayarit que se ha tomado muchas fotos con él.  La diputada desmintió en su cuenta de Twitter la versión y exhibió pruebas de dónde estuvo los días en que supuestamente había acompañado a Washington al presidente.  Nadie se tragó la rueda de molino, porque todos saben que antes de viajar, el presidente tuvo que dar la lista de invitados que llevaría y además desde la primera escala el presidente estuvo bajo la protección estricta del Servicio Secreto Norteamericano.  De todos modos, con los datos que están surgiendo, hoy comprendemos el enojo de Ciro Gómez Leyva, que gritaba en la tarde del atentado ¿Por qué fallaron?
   Murió Edgardo José Ascencio Salas.  Era vecino de toda la vida.  Un hombre mayor que pertenece a una de las generaciones más vigorosas de Coyuca de Benítez.  Era hijo de don José Ascencio Fajardo y de doña Luisa Salas, que fueron de los primeros habitantes de la ciudad 'moderna', que tenía su propio mercadito, su iglesia, su planta de luz eléctrica y su orquesta.  Don José formó parte, tocando el violín, de Los Embajadores del Vals, primera orquesta del municipio, allá por los años 20' del siglo pasado.  Otros miembros de esa orquesta fueron el telegrafista José García Guerrero (saxofonista), primer empleado federal del municipio, don Pablo Romero (tocaba saxofón y clarinete), José Herrera, José Salas (un hombrón de casi dos metros que tocaba la trompeta, más admirable que su estatura era el dato de que había sido ¡Sietemesino!) y don Rubén Bernáldez, que tocaba la batería.  La gente común llamaba impropiamente a la orquesta como la de Los Cuatro 'Joseses', por Ascencio, Salas, Herrera y García Guerrero.  Don José Ascencio fue el primero que tuvo tortillería en el municipio, así como don Rubén la primera purificadora de agua y la primera funeraria.  A esa generación se le considera como los primeros en todo (la familia Ascencio Salas fue una de las primeras que tuvo televisión en todo el municipio).  
  La generación siguiente, la de sus hijos, quiso seguir su ejemplo y de ahí surgieron varios emprendimientos, algunos de los cuáles subsisten.  Es una generación que estuvo acuciada por el progreso tecnológico, que fue testigo de las primeras pisadas del hombre en la luna, en 1969.  A esa generación pertenecen la familia Guinto Palacios, el profesor Roberto Bernal, el profesor Álvaro Díaz Camplis y muchos coyuquenses que tuvieron como común denominador la búsqueda del progreso material y espiritual de la población.  Edgardo José (Pepe Ascencio para todo el mundo) tuvo la primera granja de pollos entre Acapulco y Coyuca y un salón con su nombre (El Negro José) que tuvo una época de mucho auge.  Fue muy inquieto en la política e incursionó, con suerte menor, en varios intentos de dirigir los destinos del municipio.  Su esposa, Lourdes Gallardo, fue diputada federal.  Con la idea de imitar y superar a la generación de sus mayores, crearon en los 60' una organización denominada Cámara Junior, que se encargó de empedrar algunas calles, significativamente, la calzada que lleva al frente de la iglesia.  Era una generación que se sabía tocada por el destino para empresas si no mayores, mejor organizada que la de sus padres, cuyos éxitos fueron siempre producto de un gran esfuerzo personal, al margen de apoyos externos o corporativos.  Ni qué decir que sus padres les inculcaron desde pequeños esa idea de destino: todos los hijos de doña Luisa Salas y don José Ascencio comienzan su nombre con la letra E.  Es una clave que el cronista no ha podido descifrar, he aquí la lista: Edgardo José, Efraín, Edelmira (QEPD), Eneida, Eva, Elizabeth (la primera profesionista del municipio, licenciada en medicina), Estela (QEPD), Ernesto y Elmer.  Mientras les paso lista los abrazo con cariño y respeto y a todos sus descendientes, hombres y mujeres trabajadores y de bien.  Edgardo José (Pepe Ascencio) era el mascarón de proa de esta familia que es orgullo de sus vecinos y de todos los coyuquenses.  
   El correo chuan dice que el mejor afrodisiaco son los bolillos.  El otro día fui al mercado a comprar una dotación para no tener pretextos de salir en la cuarentena.  Siempre compro tres, dos para mi hijo y uno para mí.  Cuando le pedí cincuenta pesos de bolillo a la señorita que me los vende, me miró extrañada y me aclaró: - Don Octavio, se le va a poner duro - .  A lo que yo contesté sacando todo el dinero que traía: -  ¡Dame todo el canasto!  También dice el chuan que seguimos perdiendo amigos y compañeros.  La vida se ha convertido en un interminable obituario.  Lo de Pepe Ascencio no fue el Covid 19, pero nos duele como si fuera la lista de contribuyentes al progreso de Coyuca de Benítez.  Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.

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