Los tiempos cambian, las reglas también.

Marco Leyva 

La Opinión de Hoy

Hace muchos años, escuché a Bartlet decir, había dejado su cargo como Secretario  de Gobernación: " un Secretario de Gobernación es fuerte en la medida que los Gobernadores le tomen la llamada; al contrario, es débil cuando estos evaden y siguen ruta propia". 

En otra anécdota, el papá de Omar García, al que balearon hace unos semanas, Javier García Paniagua, siendo Subsecretario de Gobernación con Lopez Portillo, el Secretario de Gobernación de aquel entonces, Enrique Olivares, invitó a acuerdo con él al gobernador de San Luis Potosí. No lo encontraban y después de una semana de no contestar la línea, García Paniagua, voló a San Luis con su escolta, se dirigió a Palacio de Gobierno, entró sin avisar y sin guardar protocolos, tomó al Gobernador del brazo y lo subió al avión. Al entrar con el susodicho a la oficina de su jefe Olivares le dijo: "ya le dije a este cabron que cuando se le llama de la Federación se contesta y se obedece".

Hoy son otros tiempos.

Los gobernadores en el presente tienen una pequeña rebelión, 8 de ellos, ayer tres más para hacer 11, que no ha sido operada políticamente y que puede dar mucha inestabilidad política al país.

Quieren un nuevo pacto fiscal, dicen que de un peso recolectado por hacienda les devuelven 14 centavos a los estados.

El dinero que se recolecta se va a funcionarios que distribuyen el dinero, los cuales se quedan con un porcentaje de ese dinero y se destina con fines no de beneficio al país sino para las metas de la corriente política en turno, las visiones no nacionales sino la de un grupo de políticos con determinada ideología. 

Así los gobernadores.

Se les ha recortado gasto y lejos están de los tiempos cuando recibían bonos especiales del pequeño boom petrolero de Fox y Calderón.

"A los que producen más les toca más" dicen los gobernadores de estados ricos; "A los más pobres se les debe ayudar más" dicen los gobernadores de los estados pobres. Y yo digo, dialogo para encontrar la ruta.

Los gobernadores han cancelado obras, sus programas personales, los del aplauso fácil, al no existir recursos, baja la posibilidad de manipular conciencias y adeptos. 

Tendrán elecciones algunos. Otros de ellos traen encuestas adversas para sus partidos. Sin dinero, sin vientos a favor, escándalos en puerta, el juicio popular, solo les queda negociar una salida digna.

Algunos otros pelearán. No está mal. Cuando tienes ese tipo de cargos nada hay más digno que mantenerte firme en defensa de tu gente. Hacerlo sin inteligencia es suicida. Cómo encontrar el hilo de Ariadna enmedio del laberinto? Difícil pero no imposible.

Los tiempos cambian, las reglas también. Quien se adapte sobrevivirá, quizá indignamente pero sobrevivirá,  quien resista será mencionado en los libros de historia, pobre, pero digno con la conciencia de haber hecho lo correcto.

Interesantes los tiempos que vivimos.