Por Julio Zenón Flores Salgado*
El tema de los señalamientos hacia la pareja del gabinete
presidencial de Andrés Manuel López Obrador, formada por la secretaria de la
función pública Irma Eréndira Sandoval Ballesteros y su esposo el académico John
Ackerman, ha causado revuelo no sólo en el plano nacional, donde fue colocado
por el periodista Carlos Loret de Mola, sino especialmente en Guerrero, en
donde la titular de la SFP es considerada una fuerte aspirante a la candidatura
a la gubernatura por Morena, en donde también aparece muy bien ubicado su
hermano el delegado federal Pablo Amilcar.
En Guerrero hay la impresión de que ser candidato de Morena
es casi sinónimo de ganar en las elecciones que se celebrarán en junio del año
que viene, de ahí que el tema del trabajo de Loret de Mola, se haya difundido
con mayor entusiasmo por quienes preferirían no ver a ninguno de los hermanos
Sandoval en la boleta electoral en el 2021, y que, por otra parte, sus
simpatizantes hayan salido a defender la actuación de la pareja del círculo del
poder presidencial lopezobradorista.
Todo indica que, el hecho de que el reportaje de Loret roce
a la responsable del combate a la corrupción, y además aspirante o al menos
hermana de un aspirante bien posicionado a una gubernatura de un estado
lopezobradorista, le imprime ese efecto de “curva”, como se diría en el
beisbol, y nos obliga a someterlo a un análisis, con mucha prudencia.
De entrada, aunque Loret de Mola ha mostrado una clara
tendencia a mantener una línea editorial de confrontación con el gobierno
federal -con toda razón, pues incluso perdió su trabajo muy bien remunerado por
esa postura-, eso mismo no desacredita “per se” su trabajo periodístico, sino
más bien el sesgo, que le imprime al “inflar” el peso de la información divulgada,
cosa que entre periodistas, muchos hemos hecho alguna vez, para darle punch y
ganar las primeras planas.
Sin embargo, es ese afán de inflar la información, lo que le
sirve a quienes, estén o no atrás de él, o simplemente da armas a los grupos y
personajes conservadores (yo diría más exactamente reaccionarios), que existen,
objetivamente, no porque así los defina el presidente López, sino porque, en
todo cambio, siempre hay grupos afectados por éstos y que desean regresar al
viejo régimen, donde tenían privilegios y realizan o propician acciones contra
el nuevo gobierno.
¿Qué infló en ese trabajo Loret?
Los departamentos los puso como “casas”, y ese no es un error
casual en un comunicólogo; una regularización de un predio, obtenido por su
padre, en una colonia popular de la CDMX, tampoco es un “regalo” de un gobierno
a una persona en particular (Irma Eréndira, que lo recibió por ser la mayor de
los tres hermanos); la información de esos bienes no se “descubrió”, porque la
propia funcionaria lo declaró en su oportunidad, y el costo elevado al que se
refiere Loret, es totalmente subjetivo, pues lo supone, y lo compara con el
costo original de los bienes.
Así las cosas, el impacto real no es tanto que se descubra
un acto de corrupción, sino el golpe político, tanto al brazo anticorrupción de
AMLO y a la aspirante o hermana del aspirante bien posicionado para la
gubernatura de Guerrero, una entidad donde aún gobierna el PRI, que, sea como
sea, no abandona la lucha por mantener el poder o al menos rescatar más diputaciones
y alcaldías en el 2021
Y en ese terreno político, los esposos Sandoval-Ackerman, no
respondieron adecuadamente, pues evidentemente lo hicieron creyendo que siguen
siendo simples ciudadanos defendiendo su derecho de réplica, y no como parte
del primer círculo del poder presidencial y eso les costó que el impacto
mediático creciera. Peor aún cuando otros voceros, como Hugo López Gatell,
abandonaron su trinchera, donde de por sí están cuestionados, para intentar
hacer una flaca defensa.
En particular Irma Eréndira, parece que no ha terminado de
asumir que ya no está en la oposición, ni es simple ciudadana, sino que es
gobierno y que sus palabras tienen un impacto, y no sólo entre sus posibles simpatizantes,
sino entre funcionarios que en un afán de quedabien, pueden caer en actitudes
cada vez más hostiles, ya no solo contra Loret, o el medio
"conservador" que les filtró información no grata, sino contra todos
los demás medios que trabajan sin que formar parte de ningún complot o
actividad de la oposición.
Falta ver cómo le pegará a Irma o a Pablo Amilcar, en un
periodo en el que otros aspirantes a llegar a esa candidatura de Morena se
mueven con todos los recursos a su alcance -en particular uno de ellos que
tiene mucho dinero y es propietario de media docena de medios de comunicación-
para colarse, por la vía de descalificar a los otros, al no tener nada que
ofertar en capital político, imagen o propuestas para este sufrido estado de
Guerrero y donde el senador Félix Salgado Macedonio no deja de tener una
elevada presencia y donde aparece, como el caballo negro -en especial por su
género-, la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo.
Y donde el gobernador priista Héctor Astudillo Flores, ha
crecido sorprendentemente en sus niveles de aprobación ciudadana y por ende su
influencia -que algunos daban por perdida-, directa o indirecta, en su
sucesión.
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