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La lucha por la comida durante la fase tres de la pandemia de COVID-19 en Acapulco

Haciendo fila por comida. Foto Julio Zenón Flores/Trasfondo Noticias

Por Julio Zenón Flores Salgado

Aunque la comida gratuita en una de las 28 cocinas comunitarias instaladas por el gobierno municipal de Acapulco comienza a operar desde las 12 del día, quienes aspiran a obtenerla apartan su lugar en la fila desde antes de las 8 de la mañana.

La presidenta municipal Adela Román consiguió el aval del Cabildo porteño para financiar seis cocinas más, para sumarlas a las 22 originalmente operadas por el DIF, gracias a una reorientacion del presupuesto municipal aprobado la semana pasada.

La bolsa de 105 millones de pesos, le permite a las autoridades dar comida para llevar a unas 20 mil personas que quedaron sin ingreso a la entrada en vigor de la fase 3 de la contingencia sanitaria por el coronavirus SARS-CoV-2.

Aunque ha sufrido críticas en redes sociales, la verdad es que quienes acuden por comida guardan las normas sanitarias de la sana distancia ya que se forman con una separación de más de un metro entre ellos y la comida se entrega sólo para llevar, a razón de un litro por persona, para que pueda comer la familia en casa y cada uno lleva su propio traste o recipiente.

El oscuro del arroz, como decimos los mexicanos, es que en la fila, de vez en vez, aparecen personas de atildado aspecto, con bolsas y relojes de marcas caras, que discretamente voltean la cara cuando alguien llega a tomar gráficas para documentar la acción de gobierno.

En Acapulco 7 de cada diez personas que deben llevar alimento a casa ha vivido de actividades informales relacionadas con el turismo, el cual desapareció desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en Acapulco al cerrar casi en su totalidad, los hoteles, centros de recreación y restaurantes y al cerrarse las playas y actividades marítimas.

Hay en Acapulco al menos medio centenar de cocinas y comedores comunitarios operados tanto por el gobierno como por políticos y particulares como el hotel Cristal Beach.

Foto: Julio Zenón Flores Salgado 

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