Por Julio Zenón Flores Salgado
La iglesia católica de Guerrero mostró su faceta creativa ante la adversidad y no dejó pasar desapercibido el inicio de la Semana Santa, con el tradicional Domingo de ramos, derrotando así el enclaustramiento recomendado por las autoridades sanitarias mexicanas para prevenir el contagio de COVID-19, que ya ha cobrado 79 vidas en éste país.
En la zona suburbana, como se muestra en la gráfica enviada a trasfondoinformativo por una lectora, los sacerdotes acondicionaron un vehículo y salieron a recorrer las calles dispersando agua bendita, para cumplir con el rito ancestral de bendecir los ramos o palmas que las personas llevaban en las manos.
Mientras tanto, en la zona urbana, se reportó, desde el barrio de La Fábrica, donde se ubica la parroquia de San José Obrero, que el presbítero recorrió a pie los condominios de la zona, para cumplir con la ceremonia que recuerda el momento narrado en La Biblia, en que el hijo de Dios, Jesucristo, entra en Jerusalén y la gente lo recibe jubilosa cantando ¡hosana! ¡Hosana!.
Foto: cortesía
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