Por Julio Zenón
Flores
Este martes el
presidente Andrés Manuel López Obrador, sin querer le dio la razón a la
presidenta de Acapulco, Adela Román Ocampo, luego de que sus compañeros de
Morena la habían vapuleado por proponer las mismas medidas que ahora dicta el
presidente.
Y es que el
mandatario federal comunicó en la conferencia mañanera, una serie de
recomendaciones para la población mexicana ante la contingencia Fase dos del
coronavirus, Covid-19, en México, las cuales en mucho coinciden con las que
propuso la alcaldesa, unos días antes y que fueran recibidas, por un legislador
de Morena, con un llamado a la desobediencia, por medio de un video grabado en
plena playa Papagayo.
A lo señalado
por AMLO este martes, aunque compartió medidas en general para toda la
población y reiteró el especial cuidado a los adultos mayores, mujeres
embarazadas, personas con enfermedades crónicas y a los niños (pues son la
población más vulnerable), ni nadie le hizo un video, ni tampoco salieron los ediles
a organizar manifestaciones y bloqueos para oponerse, como sí lo hicieron con
Román Ocampo, cuando ella propuso hacer eso mismo.
Incluso desde el
domingo pasado la gobernadora de la CDMX, Claudia Sheimbaun, llamó a cerrar
gimnasios, deportivos, discotecas, centros de recreación, cines, teatros y
hasta centros de culto, sin que saliera algún paladín de las libertades
individuales a decirle que no lo acatarían.
¿Por qué
entonces, si salieron a protestar en Acapulco, desde ediles y diputados
federales hasta senadores, que desde la oscuridad movieron los hilos de la
necesidad urbana?
No, no fue sólo
porque hiciera falta un plan de contingencia económica, pues hasta la fecha en
realidad no lo hay, a ningún nivel y sólo se han limitado a decir que pagarán
los apoyos a quienes de por sí lo recibían como los adultos mayores y
discapacitados, pero sin decir nada de los vendedores ambulantes y de los miles
que trabajan por su cuenta y que tendrán que cerrar, desde el taxi hasta la
estética, o que hace el aseo en casas, entre muchos otros.
Lastimosamente,
en el caso de Acapulco salió a relucir el cobre de aquellos que no se olvidan
ni por un instante que ya en septiembre arranca el proceso electoral para
renovar la gubernatura de Guerrero, la alcaldía, las diputaciones locales y
federales y las regidurías, y que caminan con el lema de que en el amor y en la
política todo se vale o de que el fin justifica los medios, todo para conseguir
el poder, sin el menor atisbo de solidaridad, a menos que sea como lo
recomienda Maquiavelo: no seas nunca bueno, sólo debes aparentarlo cuando
convenga a tus intereses (citado de memoria, no textual).
Por desgracia,
si de por sí, la alcaldesa ha venido trabajando contra la marea, pues tiene en
su gabinete a quienes no le perdonan que AMLO la haya designado a ella como
candidata y no a ellos y le ponen piedras en el camino cada vez que pueden, el
problema se agrava cuando se le ha llegado a mencionar con posibilidades serias
de participar en la contienda del 2021 por la gubernatura de la entidad.
Con el cambio
que obliga la rotación de élites en el gobierno a todos sus niveles, uno
esperaría una lucha política más civilizada, que por lo menos se hiciera una
tregua ante la desgracia, como la del coronavirus y la crisis económica actual,
que necesita de todos para salir adelante, pero por el contrario, parece que
hay quienes consideran la desgracia el mejor momento para hundir a sus
compañeros que le pueden significar alguna competencia.
En una lucha política sana y
democrática, debería de permear la incertidumbre y partir de que nadie tiene
segura ninguna candidatura y que cada uno se la debe de ganar tanto en su
trabajo cotidiano en lo político y social, como en una acertada política de
alianzas y de construcción imagen pública y que el ganador obtenga en buena lid
una candidatura que sea apoyada por los demás, para servirle al pueblo entre
todos, pero eso parece una quimera, o un sueño guajiro, mientras los de la
nueva clase política no se despojen de los viejos ropajes del vetusto régimen político
al que el pueblo le dio ya una patada en el trasero y lo mandó, como dijo AMLO,
al basurero de la historia.
Precisamente desde quienes están
empeñados en entorpecer el trabajo de la alcaldesa surge la versión de que no
tendría ya posibilidades de aspirar a la candidatura a la gubernatura, pero
dejan la duda de por qué entonces no la dejan gobernar para que termine bien su
periodo. ¿Será acaso que en realidad la siguen viendo como un peligro rumbo al
2021?
Son sólo reflexiones, nadie se sienta
ofendido.xxx
Portal editado por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Periodista y escritor. Licenciado en ciencias de la comunicación, maestrante en Ciencia Política y diplomado en MKT digital; Columnista en La Jornada Guerrero, Enfoque informativo y en Redes del Sur. www.facebook.com/trasfondoinformativo, Escríbenos a zenon71@hotmail y suscríbete en el canal de youtube trasfondo informativo
0 Comentarios
¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?