Por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO
A punto de cerrar el año el municipio de Acapulco enfrenta
un trabuco de relevante dimensión en el área financiera.
Tan grave es que la titular de la Secretaría de
Administración y Finanzas del ayuntamiento, Soraya Benítez Radilla, ha puesto
sobre la mesa su renuncia al cargo, mientras que la mitad del presupuesto a
ejercerse este año de 2019 se encuentra atorado por diferencias entre tres
personas principalmente: el síndico Javier Solorio Almazán, la secretaria de
Finanzas, Benítez Radilla y el responsable del órgano de control interno
(Contraloría) Francisco Torres Valdez.
Y es que todos los movimientos deben ser aprobados por el
síndico Solorio Almazán, quien, de acuerdo a fuentes dignas de crédito cercanas al círculo financiero municipal, ha buscado la forma de sacar provecho de esa
situación, una y otra vez, metiendo el freno al proceso para alentarlo tanto que obligue a ceder a peticiones, no se sabe hasta qué punto legales o honestas, aprovechando el tiempo a su favor, tanto ante regidores, como cuando ocurrió con la aprobación del propio
presupuesto que fue aprobado fuera de tiempo en mayo del presente año, por un
monto superior a los 3 mil 480 millones de pesos, cuando cuando ya se había ejercido
una cantidad considerable para mitigar el riesgo que se corría de una parálisis
de la comuna por falta de fondos, lo que puso a la comuna en un verdadero brete fiscal.
En aquella ocasión el asunto se solventó mediante un adendo aprobado en una sesión
especial de cabildo referida a lo ya gastado, mismo que fue ajustado al presupuesto
aprobado pero fuera por completo de lo establecido en el Plan Municipal de Desarrollo, que es el documento rector de programas y proyectos en los cuales se puede invertir legalmente; pero quedó pendiente de ejercerse y aprobarse la otra mitad del presupuesto anual, misma que primero debe ser solventada para poder aprobar lo correspondiente al 2020.
Ahora casi al finalizar 2019, esa otra mitad debe ser
aprobada ya, para no incurrir en una nueva ilegalidad y, peor aún, caer en el supuesto
de la ley de disciplina financiera que señala que al no entregar la documentación del
ejercicio, tales recursos deben ser devueltos a la federación y por lo tanto desagregados del presupuesto del año siguiente.
Dentro de la oficina de administración y finanzas se corre
la versión que quien manejaba las diferencias entre esos tres personajes era el
subsecretario Ramón Castillo Barrientos, quien mantenía buenas relaciones con
los tres y eso le daba la posibilidad de limar asperezas y destrabar las
diferencias, pero resulta que ahora no está disponible pues obtuvo un permiso
para atenderse de un problema de salud en una pierna y en su lugar nombraron a
un joven e imberbe contador que no da una con el importante cargo.
La ausencia de Castillo Barrientos ha sido aprovechada –esa es
la versión que corre al interior de la comuna- por el síndico para demandar la
asignación de algunas “comisiones” como condición para firmar la cuenta
pública, frenando todo el proceso de rendición de cuentas del municipio de
Acapulco, en lo cual el contralor se muestra sumamente inflexible, acomodándose a la idea de que su cargo se ejerce con independencia.
En el área de Finanzas se arquean las cejas al mirar el brete, pues dicen que al parecer el síndico, que
se obstina en trabar el proceso de entrega de cuentas, no ha entendido que él
es corresponsable de todo lo que ocurra y que también enfrentará las sanciones
que se determinen, por lo cual no se entiende la férrea oposición a que el proceso
fluya, a no ser que esté esperando alguna oferta (o cañonazo al estilo Obregón) para "ablandarse".
Mientras tanto, Soraya Benítez ya hizo explosión por la
presión y el estrés y optó por renunciar al cargo. Falta ver cómo actúa la
alcaldesa Adela Román Ocampo, ante este trabuco que le pone su propio síndico y supuesto aliado de partido, para resolver la situación sin que la comuna se vea en
problemas financieros mayores a los que ha vivido hasta ahora, pues nadie ignora que el problema financiero es lo que impide a la alcaldesa despegar el vuelo, pese a que ya se nota muy encarrerada en el el desempeño de su cargo.
La pregunta que queda en el aire es ¿Por qué frena el síndico Solorio el presupuesto de Acapulco?
¿Será un cálculo político para hacer quedar mal a la actual presidenta para que en la siguiente elección él pueda aparecer como el idóneo para corregir los errores?
Es pregunta!
JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Periodista y escritor. Licenciado en ciencias de la comunicación por la UAGRO y maestrante en Ciencia Política por el IIEPA-IMA; Editor de Trasfondo informativo desde 2011. Columnista en La Jornada Guerrero, Enfoque informativo y en Redes del Sur; ex corresponsal de Notimex, ex jefe de periodismo de investigación de Novedades Acapulco y ex jefe de información de Enfoque informativo. Visítanos en www.facebook.com/trasfondoinformativo, Escríbenos a zenon71@hotmail y recibe toda la información en tu correo totalmente gratis.
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