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TRASFONDO *Xaltianguis-Culiacán, diferente estrategia ** Adela ¿alcaldesa asediada?


Por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO*

La diferencia entre el operativo realizado en Culiacán, que alcanzó los titulares de los principales medios de comunicación del mundo y el realizado en Xaltianguis, que no pasó de la nota roja en alguna prensa nacional y apenas ameritó seguimiento por media docena de medios locales, es mucho mayor al calibre del sujeto que se pretendía capturar.
En realidad son las antípodas de la estrategia anticrimen: en Culiacán, se exhibió la debilidad del estado (y del gobernador Quirino) ante un personaje de la talla de Ovidio Guzmán, cuyo padre purga cadena perpetua en una hermética cárcel federal de los Estados Unidos, luego de haber sido personaje protagónico de una serie de la exitosa casa productora Netflix, en donde, por cierto, encabeza una ficticia “federación” de cárteles criminales que opera en contubernio con los más altos niveles de gobierno, que se cobijó en el llamado del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, de ofrecer a los delincuentes “abrazos no balazos”, mediante un cambio de rumbo en el combate al crimen organizado.
Al delincuente Ovidio, se le capturó, pero se le dejó ir, tras algunos intercambios de disparos y de medición de fuerzas que dejó algunos muertos, bajo el argumento de evitar una masacre.
Todo ocurrió en Culiacán, Sinaloa, una capital estatal que está más que presente en diversos éxitos literarios llevados al cine, en lo que se conoce como novela negra o “noir”. Los elementos, juntos, una ciudad conocida y un hijo del delincuente más importante del mundo del narcotráfico, dieron para una poderosa reacción de la prensa mundial.
Xaltianguis, en cambio, representó un exitoso operativo de los principales cuerpos del orden federal y estatal, que rescató a un pueblo entero, de cerca de 10 mil habitantes, el más grande del municipio de Acapulco, que llevaba medio año secuestrado por una siniestra banda criminal, que controla, además,  El ocotito y parte de Tierra Colorada y estaba a punto de expandirse al Kilómetro 30, sobre el corredor formado en la carretera federal 95, México Acapulco.
En Xaltianguis, no se disparó un solo tiro, pero se desmanteló a esa pandilla, se les golpeó en sus finanzas al quitarles droga, se les afectó su capacidad de fuego al quitarles decenas de armas largas y cortas, su sistema de comunicación y vigilancia al asegurarles equipo de radio, telefonía celular, drones y computadoras; se golpeó su capacidad logística al destruir sus casas de seguridad y obtener órdenes de aprehensión contra ellos, convirtiéndolos en fugitivos de la justicia, luego de que habían estado gozando de ciertas protecciones políticas, al grado de que el jefe mayor de ellos, Daniel Adame Pompa (El Dumbo), posó en el senado, tranquilamente.
El exitoso operativo de seguridad dio paso a una estrategia de reconstrucción social, llevada por el ayuntamiento con todos sus servicios, una vez que la tranquilidad estuvo garantizada.
En resumen, en Xaltianguis el Estado (y el gobernador Héctor Astudillo) mostró su capacidad estratégica ante el crimen, a diferencia de Culiacán, pero ¿Quién conoce Xaltianguis? Quizás por eso ha pasado desapercibido, ese triunfo del poder del Estado mexicano. Porque ni Xaltianguis es Culiacán ni El Dumbo es hijo del Chapo Guzmán.
ADELA ROMAN ¿Otra campaña?
La presidenta municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo, una de las personalidades a considerar en la línea de sucesión de Héctor Astudillo, hizo hace poco un cambio estratégico en su área de comunicación social al aceptar la renuncia del ex reportero del diario La Jornada Guerrero, Roberto Ramírez Bravo, en cuya gestión fue víctima de más de una campaña negra, sin que se observaran respuestas contundentes.
Apenas a dos semanas de ese cambio de mando en su comunicación social, enfrenta ahora una nueva andanada basada en una supuesta declaración que se le atribuye con una bien pensada inexactitud, según la cual ella habría revelado que una familia de cinco integrantes, que estuvo desaparecida varias semanas hasta que apareció asesinada en una fosa clandestina, era parte del crimen organizado.
El caso de la familia desaparecida, en donde se incluían al menos a dos menores de edad, mantenía en vilo a la sociedad y era tomado como un ejemplo de la falta de seguridad en el puerto y de pronto al aparecer en una fosa clandestina, causó una reacción colectiva de estupor y, en ese marco, salió a relucir la supuesta revelación de su pertenencia al crimen organizado, revelación atribuida a la propia alcaldesa, lo que le representó una dura reacción en las redes sociales.
La verdad, según fuentes cercanas a la edil, ella nunca dijo que la familia era parte del crimen organizado, se refirió, y eso lo confirma un audio en poder de este columnista, a que esa era una de las líneas de investigación seguida desde la Fiscalía General del Estado (FGE), entre otras líneas más, que como tales se tenían que seguir, dado que resultaba anormal que una familia completa de cinco miembros desapareciera de pronto.
Siendo Román Ocampo una abogada conocedora de la ley y como magistrada con licencia que es, resulta ilógico que ella hubiera cometido la imprudencia de señalar que una familia desaparecida formara parte del crimen organizada, cuando no se había concluido ninguna investigación y cuando no es ni siquiera por asomo un área de su competencia.
Por eso, en su entorno cercano se habla de que en realidad sus adversarios le dieron un empujón a esa supuesta declaración, para darle un golpe mediático que le frenara en sus aspiraciones a la alcanzar la candidatura de Morena al gobierno del estado en el 2021, aspiraciones que de por sí están cuesta arriba por las grandes necesidades de un municipio pobre y sin polos de desarrollo como Acapulco, además de sumamente endeudado y con pocos aportes federales.
Sin embargo, el tema de la campaña negra, resulta creíble, pues la teoría clásica de la guerra de posiciones destaca que cuando sea posible dar un golpe contundente a tu enemigo, no lo dudes ni un momento, para evitar que se levante y éste te golpee primero.
Así las cosas.


 xxx JULIO ZENÓN FLORES SALGADO.- Periodista y escritor. Licenciado en ciencias de la comunicación por la UAGRO y maestrante en Ciencia Política por el IIEPA-IMA; Editor de Trasfondo informativo desde 2011. Columnista en La Jornada Guerrero, Enfoque informativo y en Redes del Sur; ex corresponsal de Notimex, ex jefe de periodismo de investigación de Novedades Acapulco y ex jefe de información de Enfoque informativo. Visítanos en www.facebook.com/trasfondoinformativo, Escríbenos a zenon71@hotmail y recibe toda la información en tu correo totalmente gratis.

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