Por JULIO
ZENÓN FLORES SALGADO*
Lo que se ve
no se juzga: los perredistas Ángel Aguirre Rivero y Evodio Velázquez Aguirre,
están apostando todas sus canicas para participar en la elección del 2021. No
hay -hasta ahora-, ningún impedimento legal para ello.
Ambos han
desarrollado una intensa actividad política que les ha permitido mantenerse
vigentes en el escenario electoral, no obstante que ambos tienen sobre sí
serías acusaciones y procesos pendientes que pueden terminar por dejarlos fuera
de la contienda.
Aguirre
Rivero ha tratado de manejarse en el sentido de que no tuvo ninguna
responsabilidad en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que le
costó la gubernatura en aquel momento, y empujando la idea de una conjura en su
contra para frenar el avance de los gobiernos de izquierda.
Al respecto
el reinicio de las investigaciones ha matizado la lucha de los familiares y
compañeros de los desaparecidos, pero ha sembrado más dudas que certezas en
cuando a la posibilidad de ofrecer resultados creíbles al respecto.
Ese impasse
beneficia los anhelos de Ángel Aguirre, por parecer no culpable.
Sin embargo,
le viene otro problema desde otro ángulo que se hubiera creído ya saldado:
desde el asunto del manejo de los recursos públicos en su administración.
Hace apenas
una semana el diario Milenio le soltó el mazazo, al revelar en sus Trascendidos
que la Fiscalía de Inteligencia Financiera de la SHCP puso bajo la lupa a Henry Paul Hughes Alcocer, relacionandolo (sin mencionar nombre) con quién fuera subsecretario de administración durante el gobierno aguirrista. El "Panterita" Hughes fungio en el primer tramo del periodo de gobierno como Secretario Ejecutivo de CESP.
No hay que olvidar que el clan Hughes, el hermano y sobrino de Aguirre todavía están sujetos al proceso penal por lavado de dinero y enriquecimiento inexplicable, es decir aún no se dicta sentencia definitiva en aquel proceso penal. Gozan de libertad bajo fianza, ya que en el momento procesal se decreto que los delitos que les imputan no eran graves por lo que era procedente enfrentaran el proceso penal en libertad bajo el depósito de una fianza de garantía.
En ese momento se especuló que salieron libres luego de una supuesta intervención de Miguel Osorio Chong, ante las autoridades investigadoras.
No hay que olvidar que el clan Hughes, el hermano y sobrino de Aguirre todavía están sujetos al proceso penal por lavado de dinero y enriquecimiento inexplicable, es decir aún no se dicta sentencia definitiva en aquel proceso penal. Gozan de libertad bajo fianza, ya que en el momento procesal se decreto que los delitos que les imputan no eran graves por lo que era procedente enfrentaran el proceso penal en libertad bajo el depósito de una fianza de garantía.
En ese momento se especuló que salieron libres luego de una supuesta intervención de Miguel Osorio Chong, ante las autoridades investigadoras.
Sería
necesario saber quién le mandó ese mensaje, porque los trascendidos de Milenio
no son ocurrencias de sus reporteros, sino filtraciones y golpeteos de los
amigos de los directivos, para saber qué tanto le afectará realmente en su
carrera por su reposicionamiento político a través de su grupo perredista
formado por su fallecido hijo Ángel Aguirre Herrera, Izquierda Progresista Guerrerense (IPG), que según él
hasta la quincena pasada llevaba ya afiliados a 60 mil simpatizantes y
anunciaba que llegarían a los 200 mil.
Con 60 mil
afiliados IPG-Aguirre estarían en la pelea por el gobierno municipal de
Acapulco y con los 200 mil anunciados, estarían definiendo al próximo
gobernador del estado, al aliarse con cualquiera de los tres partidos o frentes que al
parecer llevarán candidato para sustituir a Héctor Astudillo (Morena-MC, PRD-PT y PRI-PAN).
Por su parte
Evodio Velázquez se ha posicionado sin duda y se ha metido ya a las encuestas
que se hacen para saber los índices de popularidad de quienes aspiran al gobierno
del estado. Tiene a la mayoría de los presidentes municipales del PRD, a los
cuales les ayudó en sus campañas, tiene a la mayoría de los diputados locales
del PRD y acaba de atraer a un legislador recientemente expulsado de la
fracción de Morena, que por cierto trae importante base social, sobre todo en
la región de la Sierra, donde Evodio no tenía gran cosa; además, trae una
importante alianza con los liderazgos estatales de su partido.
Con lo que
tiene hasta ahora, sin duda, Evodio bien pudiera ser candidato a gobernador por
el PRD y los aliados que consiga.
Pero, al igual que ocurre con Aguirre, Evodio también trae problemas que resolver con el uso de recursos públicos:
el titular del órgano de control interno del municipio de Acapulco, parece
traerlo en la mira y con mucha mayor razón se le hurga en su manejo del dinero
público, mientras más se confronta con la alcaldesa Adela Román Ocampo y con el
gobernador Héctor Astudillo.
Del
señalamiento por 170 millones de pesos sin aclarar, se ha pasado ya a más de
400 millones de pesos y como no se ha presentado a las citas con la contraloría
se abre la posibilidad de que ésta radique una denuncia en la Fiscalía General
del Estado, lo que de avanzar en el 2020, lo dejaría fuera de toda posibilidad de contender.
Al igual que
Aguirre, el ex alcalde Evodio Velázquez, ha pretendido deslindar
responsabilidades en sus ex funcionarios que manejaron recursos y eso le ha valido
el alejamiento entre ellos, lo cual es un peligroso boomerang, que puede
ocasionar que éstos opten por salvar su propio pellejo y le carguen las culpas
al ex alcalde.
Sin esos
procesos, tanto Ángel Aguirre como Evodio Velázquez, pueden ser fuertes
contendientes en el escenario del 2021.
Por un lado
el ex gobernador puede catapultar a su primo Manuel Añorve Baños o a su amigo
el ex alcalde Luis Walton Aburto, mientras que él podría quedarse con la
alcaldía de Acapulco, en cualquiera de los dos casos.
Por el otro,
Evodio está en posibilidad de encabezar un frente de la izquierda, sin Morena,
por la gubernatura o, al menos una alianza, como la de 2015, con el PT para
regresar a gobernar Acapulco. En el peor escenario puede ayudar a ganar a un
diputado local de Morena que tiene la mira puesta en el ayuntamiento del parque
Papagayo y eso le permitiría que sus “pecadillos” con los recursos públicos,
pasaran al olvido. Sus operadores ya han sido detectados operando para ese diputado morenista.
La moneda,
en lo que a ellos respecta, está en el aire…
¿Usted qué
opina?xxx
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