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Textos y claves… 2021, ¿Qué hacer con Félix?

Miguel Ángel Arrieta

Si la política es el filtro para catalizar las posibilidades hacia el poder, entonces sus criterios son intemporales y su vigencia prevalece en cada renovación de gobierno, de ahí la preocupación del Senador Félix Salgado Macedonio ante la presentación de indicadores electorales que desdibujan sus aspiraciones para ser candidato de Morena al gobierno de Guerrero.
En enero del 2015, tres semanas antes de que el PRI se pronunciara a favor de Héctor Astudillo como candidato a gobernador de Guerrero, una encuesta ordenada desde Los Pinos reveló que el tricolor tenía posibilidades de recuperar el poder en la entidad suriana ante la crisis que hundió al PRD después de la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, pero siempre y cuando los priistas cuidaran la selección del candidato.
Los resultados de la medición definía que el priista más identificado por los votantes era Manuel Añorve Baños, quien ya había sido candidato en 2011 y alcalde de Acapulco en dos ocasiones, pero su nominación entrañaba elevados riesgos para su partido por la carga de negativos que exhibía la encuesta; según el estudio Añorve era por quien menos votarían los guerrerenses.
Al final de cuentas, César Camacho Quiroz, presidente del CEN del PRI, informó días después que el candidato sería Astudillo Flores, lo que generó una combinación de factores coyunturales para sacar al PRD luego de diez años de gobernar Guerrero.
El reciclaje de escenarios en los análisis partidistas es inevitable, pero las variantes que definen probables resultados se localizan en los personajes y la mezcla de circunstancias que anteceden al periodo electoral. Ahora el PRI ocupa el lugar que en 2015 le correspondió al PRD en cuanto a la reducción en la conquista de votantes, y el partido Morena se ubica como lo hizo el PRI en aquel entonces, con las preferencias a favor.
El dato interpretativo de la encuesta realizada por las empresas Opinión Pública Marketing e Imagen, Social Research Solutions y Systel Voice, sobre las tendencias electorales identificadas actualmente en los quince estados que renovaran gubernatura en el 2021, radica en el fortalecimiento de la marca Morena que garantiza el triunfo por lo menos en doce entidades, y el débil protagonismo de quienes se presumen ya como candidatos de ese partido.
En el caso de Guerrero, el partido de López Obrador ganaría con una mayoría absoluta del 51.4 por ciento, frente a su más ceracno competidor, el PRI, que obtendría un 14.8 por ciento.
Pero al igual que en el 2015 hicieron los priistas, Morena ahora debe transitar por un proceso de selección con proyección de amortiguar la reducción de sus posibilidades electorales de aquí al 2021. Después de todo, falta asimilar el impacto real que registren durante los próximos dieciocho meses las acciones por retraso en la entrega de fertilizante, la eliminación de subsidios al campo, la desaparición de las estancias infantiles, el cero crecimiento económico, la inseguridad, la caída del empleo y el desabasto de medicamentos en hospitales de Salud, IMSS e ISSSTE, entre otros raspones a la expectativa de cambio generada por morenistas.
Por lo pronto, en ese recuento de posibles riesgos entra la aspiración de Félix Salgado Macedonio para ser candidato de Morena, ya que según la misma encuesta el partido de Andrés Manuel pierde puntos con la nominación del Senador.
En Morena saben que Salgado Macedonio no aporta el discurso de regeneración política aterrizado por los promotores de la izquierda. Desde hace años se alejó de la expectativa de inducir cambios que ofrecía como opositor.
Félix Salgado fue alcalde de Acapulco, Senador y diputado federal, y nunca concretizó una sola iniciativa en favor del colectivo guerrerense. Por el contrario, lo acompañan señalamientos sobre antecedentes sospechosos con el Cártel de Sinaloa y sus relaciones políticas tienden un manto protector sobre la serie de intereses que negocia para beneficio particular, como es el caso de los contratos publicitarios logrados desde sus cargos para su periódico La Jornada.
Es el clásico arquetipo del empresario-político: te pega con la izquierda pero cobra con la derecha.
Félix reproduce al emperador Nerón; canta, baila, se presenta como actor de cine, acosa, disfrutaba entre mariachis y botellas mientras el crimen organizado se apropiaba de Acapulco. Roma ardía y Nerón tocaba la lira.
Desde el Senado, un día celebra que se hayan eliminado los programas de cooperación con migrantes mexicanos y la siguiente semana enmudece ante el fracaso del programa de entrega del fertilizante.
En el fondo, la principal inquietud de quienes toman decisiones en palacio nacional es que muchos proyectos de gobierno –Morelos, Veracruz- han naufragado por elegir la opción equivocada; saben que en el 2021 enfrentarán este dilema y se preguntan ¿qué harán con los Salgado Macedonio?
Enviado desde mi Huawei de Telcel.

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